Capitulo 12: oficial Cregan Stark

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Perdón por no actualizar este fanfic
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[Lucerys ocho años]

Era víspera de Navidad y el ambiente festivo llenaba el aire. La familia se preparaba para reunirse una vez más en la casa, creando un vínculo especial que se había vuelto una hermosa tradición. Rhaenyra, la hermana mayor, regresaría para pasar las fiestas junto a Viserys y sus medio hermanos. Este acuerdo había sido impuesto por el propio Viserys, quien deseaba mantener a la familia unida y evitar la separación que tantas veces los había afectado.

Sin embargo, Rhaenyra no tenía intención de quedarse por mucho tiempo en aquella casa. Había algo que le resultaba insoportable: su madrastra, Alicent. Esta mujer derrochaba el dinero de su padre en fiestas extravagantes y costosas, sin preocuparse por las necesidades reales de la familia. Para Rhaenyra, estas festividades eran un recordatorio de ese derroche irresponsable y la distancia que había creado entre ellos.

Mientras tanto, para Aemond, la Navidad tenía un significado especial en aquel momento. Desde que Alys terminó su relación con él, no podía dejar de pensar en la promesa que Lucerys le había hecho: "Podría ser tu novia". Aunque sabía que eran simplemente palabras inocentes de un niño, esas palabras seguían resonando en su mente. Aemond sentía una curiosidad creciente por su pequeño sobrino y deseaba conocer más acerca de él. Por eso, había empezado a entablar conversaciones con su padre, quien le había contado con lujo de detalles las cosas que Lucerys disfrutaba y le gustaban.

Aemond se observa detenidamente en el espejo, analizando cada detalle de su apariencia. Con delicadeza, acomoda su cabello con un pequeño peine, asegurándose de que cada mechón esté en su lugar. Luego, dedica especial atención a su corbata, asegurándose de que esté perfectamente ajustada. Su deseo ferviente es tener un momento a solas con su pequeño sobrino, Lucerys, sin ninguna molestia, especialmente sin la presencia de Rhaenyra, quien siempre se muestra sobreprotectora y nunca permite que sus hijos estén solos.

Desciende las escaleras con cautela y al llegar a la sala, se encuentra con un bullicio de empleados que se afanan en decorar el lugar. Su madre, destaca en medio del caos, luciendo un hermoso vestido verde adornado con joyas del mismo color, su favorito. Curiosamente, cuando se acerca la llegada de Rhaenys, Alicent mostraba un afán desmedido por que todo esté perfecto, sin permitir ni el más mínimo error.

"Aemond, acércate, hijo", llama Alicent mientras se posiciona frente al espejo, arreglándose el maquillaje. "¿Cómo me veo?", pregunta, girando ligeramente para que su hijo pueda admirarla. Aemond no puede evitar sonreír y exclama: "Te ves hermosa, madre". Alicent sonríe complacida por el cumplido.

"Lamentablemente, no puedo obtener la opinión de tu padre, está demasiado ocupado", murmura Alicent con cierto resentimiento. Viserys se encontraba sumergido en la animada charla alrededor de la fogata, disfrutando de la compañía de Daemon, quien, de manera inusual, ha decidido pasar la Navidad con ellos.

"No puedo esperar a que se vaya de una vez", murmura Alicent con fastidio mientras saborea un sorbo de champaña. El timbre de la puerta interrumpe sus pensamientos y sus ojos se abren de par en par. Sin perder tiempo, se apresura hacia el espejo, asegurándose de que su aspecto sea impecable antes de abrir la puerta.

Pero Aemond decidió abrir la puerta y ansioso recibir a su sobrino personalmente. Al hacerlo, una sonrisa iluminó su rostro al encontrarse con Rhaenyra y Laenor. Aunque Lucerys,el pequeño, estaba jugando con Jacaerys. en entretenido Lucerys no le prestó atención.

El corazón de Aemond se aceleró al ver a Lucerys vestido con un pequeño traje. Su delicado rostro y sus regordetas mejillas eran tan adorables que Aemond sentía deseos de acercarse y besarlas. Sin embargo, esa sensación también le provocaba una ansiedad intensa, ya que deseaba fervientemente tener a Lucerys cerca de él.

3096 días [Lucemond]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora