"¿Tienes alguna novedad sobre mi sobrino?" Aemond aplastó el cigarrillo con la punta de su zapato, evitando así mirar al policía que lo estaba molestando.
"No... voy a dejar el caso", dijo Cregan con un tono de resignación en su voz. Aunque Cregan no lo notó, los ojos de Aemond reflejaron un profundo alivio. Aemond llevaba puestos unos lentes oscuros que ocultaban sus verdaderos sentimientos.
Aemond apretó los labios con fuerza para evitar que una sonrisa se asomara en su rostro. Finalmente, Cregan dejaría de investigar el caso de Lucerys y Aemond ya no tendría que ser tan cauteloso y cuidadoso con él.
"Bueno, por un lado me alegra que deje el caso por mi hermana Rhaenyra. Ella todavía no ha superado lo sucedido y el hecho de que alguien le dé falsas esperanzas sobre encontrar a su hijo la sume en una profunda tristeza", Aemond fingió una voz triste y melancólica, tratando de transmitir empatía por la situación de su hermana.
Mientras pensaba en su interior, Aemond se decía a sí mismo: "Este maldito policía finalmente saldrá de mi vida y me dejará en paz de una vez por todas".
"Sí, me lo dicen a menudo y no quiero causarle más sufrimiento a la señora Rhaenyra", respondió Aemond con un tono de preocupación. Cregan buscó algo en sus bolsillos y se acercó a la ventana del auto, extendiendo una paleta hacia Rhaegar, el hijo de Aemond, quien esperaba con entusiasmo la aprobación de su padre.
"Tómala", dijo Aemond con cansancio, deseando poder marcharse cuanto antes. Rhaegar agarró la paleta con alegría y gratitud.
Cada vez más, Cregan notaba el sorprendente parecido entre Rhaegar y Lucerys, pero eso no probaba nada en realidad.
"Puede irse, Aemond", dijo Cregan, apartándose del auto. Aemond inclinó ligeramente la cabeza, haciendo que sus lentes oscuros se resbalaran por un momento.
"Espere", pidió Cregan, apoyando una mano en la ventana y señalando el rostro de Aemond, en particular la cicatriz que cruzaba su ojo. La cicatriz era visible pero no resultaba aterradora. Cregan sentía una curiosidad insaciable por conocer la historia detrás de esa marca en el rostro de Aemond.
"¿Qué me ocurrió?", preguntó Aemond, acariciando su propio rostro y colocándose los lentes oscuros de nuevo.
"Fue un intento de robo", respondió Aemond, recordando vívidamente el momento en que Lucerys lo había herido con un objeto afilado.
"Es extraño que no haya ningún informe al respecto", comentó Cregan con una sonrisa enigmática. Aemond apretó con fuerza el volante del auto, sintiendo una mezcla de frustración y ansias por marcharse de una vez por todas.
"Papá, llegaremos tarde", interrumpió Rhaegar, apretando la camisa de Aemond con impaciencia.
"Ya escuchaste al niño", murmuró Aemond mientras encendía el auto y dejaba a Cregan con mas preguntas que quizás nunca serían respondidas. El motor ronroneaba suavemente mientras Aemond comenzaba el viaje hacia la escuela de Rhaegar. Sentía una tensión creciente en su cuerpo, apretando con fuerza el volante hasta que sus nudillos se volvieron blancos. Gotas de sudor frío resbalaban por su frente. Por alguna razón, Cregan lo había dejado extremadamente nervioso. Aemond se quitó los lentes y los arrojó descuidadamente detrás de los asientos. Rhaegar, mirando a su padre con cierta preocupación, abrió la paleta que le habían dado y Aemond la tomó bruscamente para lanzarla por la ventana. Aemond odiaba que el policía supiera tanto sobre él, incluso cosas que no habían sido reportadas, como su "accidente", y seguramente Cregan sabía que no había sido atendido en un hospital, sino por Aegon. Pero ya no importaba, Cregan había dejado el caso y no lo molestaría más.
"¿Por qué?" El fuerte llanto y sollozo de Rhaegar sacudió a Aemond de sus pensamientos. El sonido desgarrador de la voz de su hijo lo hizo reaccionar.
ESTÁS LEYENDO
3096 días [Lucemond]
Hayran KurguLucerys es secuestrado a los diez años por su tío Aemond y lo encierra por 3096 días,¿podrá Lucerys escapar de las garras de su sádico Tío?. Advertencia ⚠️: esto tiene muchos errores ortografíacos que estaré corrigiendo. •Ambientado en un mundo mode...