Liv Brown se enamora del capitán de fútbol de la universidad, la persona que tanto odia. Pero después Nick Smith le declara que se enamoro de ella desde que se chocaron en la salida de la universidad.
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—Ya no te odio Nick y tampoco puedo odiarte.
Me sorprendió la respuesta de Liv, no sabia que le cause daño cuando éramos chicos y llego a odiarme por eso. Solo fui su amor de infancia y fui solo un momento para ella.
Lo que no sabe es que me parece muy linda y me vuelve loco en todos los sentidos. Quiero agarrarla y pegarla a mi para poder besarla, demostrarle que yo si la haría feliz.
Me acerque y no pude evitar mirarla a los ojos, al estar tan cerca de ella puedo ver perfectamente lo hermosa que es. Sus ojos azules son tan bellos, sus pestañas largas, las minis pecas que nunca me había fijado y sus labios que deseo con todo mi ser poder saborearlos.
Esta mujer no pude ser tan perfecta por dios y pone mi mundo de cabeza.
—Nick?. Te quedaste muy callado, ¿dije algo malo?—La vi a los ojos.
No mi importa si tiene novio lo haré de una vez por todas, esta tan cerca mío que no lo puedo aguantar más.
Agarre mis manos y las puse en su cintura, me miró confundida por el movimiento que hice.
—No copito, no dijiste nada malo solo que...
Me acerque de a poco y la bese, no puedo creer que estoy besando a esta belleza. Sus labios eran suaves y la bese apasionadamente porque era lo que tanto quería hacer desde que la vi hoy.
Ella aún no se separaba de mi, lo estaba disfrutando tanto como yo. Hasta que me separé un poco de ella para susurrarle algo al oído.
—¿Qué tal si abres la boca para otra cosa que no sea decir gilipolleces?—Le susurré.
La seguí besando pero esta vez con lengua hasta que reaccionó y me aparto de ella, la mire a los ojos y parecía estar confundida con lo que acaba de pasar.
—Esto no está bien, nos vemos Nick.
Abrió la puerta y se fue, no puedo creer que a pesar de como termino esto estoy feliz. Pude besarla y fue el mejor beso en toda mi vida.
Debía darle su tiempo así que espere un rato antes de bajar al living de mi casa pero al hacerlo ella ya no estaba, tampoco sus amigos.
No debía dejar que eso me afecte así que seguí celebrando con mis amigos de la victoria de hoy. Tomamos una locura y terminamos invitando a chicas para que cada uno esté con una.
Yo quería celebrar con ella a mí lado no con una cualquiera pero se fue por la cagada que me mande.
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