Nunca pense que haría estos tipos de regalos pero ella saca lo mejor de mí y hace que la llene de mil regalos, se merece el mundo entero.
Quería sorprenderla y necesitaba llevarla al coche porque mi sorpresa estuvo siempre en el maletero.
—Vamos hermosa salgamos de acá—Le dije a Liv.
—Bueno Nick, dime cual es la sorpresa dale—Me respondió mientras quitaba la mirada de la ventana.
—Ya lo veras copito—Se la veía muy emocionada.
Salimos del restaurante y fuimos al estacionamiento para dirigirnos a mi coche. Al llegar puse a Liv en frente para que tuviera buena vista del regalo.
—Quedate aquí—Le dije mientras me acercaba al coche.
Me fui directo a el maletero y cuando la abrí, mire su expresión, no podía creer lo que veían mis ojos. Si la había sorprendido, le regale un peluche grande de color blanco hermoso con un corazón en el medio.
—Esto es para ti copito y además de eso tengo dos entradas para el cine. Es dentro de media hora, ¿Vamos?.
—Estoy muy sorprendida, no lo puedo creer Nick, muchas gracias. Me encanta y si vamos al cine pero la próxima vez pregúntame antes de sacarlas.
—Esta bien Liv, te juro que lo haré.
Coloqué una mano junto a su mejilla y acaricié aquellas pecas que tanto me estaban gustando. Tenía la piel tan suave, no pude evitar inclinarme y besarla para sentir su suavidad contra mis labios. La besé en la mejilla y después la besé en el hueco de la garganta, hundiendo mi cara en ella y saboreando su dulce piel. Soltó un suspiro apenas audible y ya no pude aguantar más.
Nuestros labios se juntaron y mil sensaciones diferentes se apoderaron de mi cuerpo: nervios, calidez, y un profundo y oscuro deseo. Pegué su cuerpo al mío tanto como pude, aprisionándola contra el coche y sintiendo como ella se derretía entre mis brazos.
No pude evitarlo y acerqué una mano a su cintura tirando de ella hacía a mí. Sus ojos buscaron los míos con duda pero a la vez expectantes.
Su lengua buscaba la mía y cuando se encontraron casi muero de placer. Sus manos tiraron de mi nuca, acercándome más hacia ella y no pude controlar mis manos que comenzaron a manosearla sin control.
Ella soltó un grito ahogado cuando mis dedos comenzaron a subir por sus muslos hasta la parte inferior de su ropa interior. Dios, quería tocarla, quería hacerla suspirar de placer, quería oír como decía mi nombre una y otra vez.
—Nick...—dijo entrecortadamente.
—Dime que pare y lo haré—le dije mirándola a los ojos, aquellos ojos que parecían haber llegado desde el infierno para torturarme y volverme loco.
No me dijo nada por lo que seguí con mi incursión. Mis dedos apartaron la tela y ella soltó un mini grito ahogado contra mi hombro. Estaba temblando y la sujeté con mi brazo mientras le daba placer con mi otra mano.
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Una Bonita Casualidad | Iambelf
RomantizmLiv Brown se enamora del capitán de fútbol de la universidad, la persona que tanto odia. Pero después Nick Smith le declara que se enamoro de ella desde que se chocaron en la salida de la universidad.