James Potter era alguien obsesivo, estaba obsesionado con el quidditch, con molestar a Severus Snape y obsesionado por poseer a Regulus Black.
(Historia con contenido sensible y explícito)
Artby: Likeafunerall
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☆᤻⠀۪⠀ﾳ⠀ּ⠀Soborno⠀ׄ⠀۪⠀𐂂⠀◗
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-Esa misma tarde, unos minutos antes.
Sus pasos eran fuertes, rebotaban en las paredes haciendo un eco insoportable, estaba molesto y sus dientes apretados lo mandaban al frente, los pocos estudiantes que lo llegaron a ver se dieron cuenta de que James Potter parecía fuera de sí.
Tenía en sus manos el mapa de los merodeadores, lo miraba con atención, el nombre de Regulus siempre era fácil de encontrar para él, se la pasaba mirándolo así que por instinto su mirada se dirigía directamente a él.
Pero en esos momentos estaba buscando otro.
"¿Donde mierda está este imbécil?" pensó para sus adentros Potter, no fue hasta unos segundos más revisando que vio cómo la persona que buscaba estaba cerca, sólo debía de doblar hacia la derecha, caminar un poco más y subir las escaleras al tercer piso.
Apuró sus caminata, casi era una corrida, guardó el mapa en sus bolsillos y se llevó las manos a la cara para disimular su enfado frotando sus pómulos. No podía mostrarse así, necesitaba pedir un favor y tenía que verse lo más amigable posible para que el o la estudiante en cuestión aceptara.
Cuando por fin tenía a la persona que estaba buscando en su rango de visión fue hasta ella, con una gran sonrisa llena de luz y la espalda recta para mostrarse superior, ya que eso hacia que la gente tuviera más confianza.
-¡Ey! -Exclamó con su clásico tono alegre, sacudiendo su mano cómo saludo mientras se acercaba. - Grant, amigo, que bueno verte.
No era su amigo, estaba lejos de serlo, pero bueno, su fachada era la de ser simpático con todos sin importar quien fuera, menos con Snape o la mayoría de los slytherins, claro.
Grant estaba con cuatro amigos más saliendo de la biblioteca entre risas, era un grupito de cinco, perfecto para Potter. El castaño que parecía liderarlos sonrió con sinceridad al verlo.
-Buenas, James ¿Todo bien?
Le dió unas palmadas amistosas en los hombros a James cómo saludo, su tono de voz era amigable, el que usarías para hablar con una persona que te cae muy bien. James no quería que lo tocara, pero debía de seguir con su postura fraternal.
