James Potter era alguien obsesivo, estaba obsesionado con el quidditch, con molestar a Severus Snape y obsesionado por poseer a Regulus Black.
(Historia con contenido sensible y explícito)
Artby: Likeafunerall
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☆᤻⠀۪⠀ﾳ⠀ּ⠀Paliza⠀ׄ⠀۪⠀𐂂⠀ּ⠀◗
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¿Por qué estaba sintiéndose tan prepotente? no lograba tranquilizarse, sentía que era una bomba de tiempo y si no hacía algo rápido iba a arruinar todo, se conocía a si mismo.
Por eso antes de salir de su capa se aseguró de que nadie lograra verlo, Rosier estaba mirando hacía atrás con cara de indignación y los demás muy ocupados viendo la paliza de Regulus, era el momento perfecto.
Un puñetazo limpio, seco y certero fue a parar a la mejilla izquierda de Grant, tan duro que le llegó a dar vuelta la cara, tirándolo hacia un costado.
El hufflepuff soltó un quejido de dolor exaltando a sus amigos que aún mantenían su agarre en los slytherins, se llevó su mano a la zona golpeada con una cara de dolor, había sido tan fuerte que sus dientes sonaron en un chirrido agudo. Fue él quien le pidió que lo golpeara de verdad, pero no pensaba que James fuera tan fuerte.
Cuando levantó su mirada vio algo que lo palideció, James Potter estaba rojo del enojo con sus labios temblando por ese sentimiento, había sido él quien planeó todo sin embargo su reacción parecía tan real que Grant miró al suelo asustado.
Al darse cuenta de cómo estaba comportándose James levantó a Regulus del brazo, este lloraba aún intentando cubrir su rostro, cuando Potter lo puso de pie sus piernas no lograron tener la fuerza suficiente cómo para soportar su propio eso, flaquearon un poco y de no ser por el agarre de James habría caído al piso.
Lo tomó entre sus brazos sin mucho esfuerzo para cargarlo, no dijo nada más y se fue haciendo ruidos con la suela de sus zapatos.
Los demás en el pasillo se quedaron inmóviles, incluso Barty y Evan habían dejado de intentar escaparse. La espalda de James estaba desapareciendo por el pasillo, el cuerpo de Regulus colgaba entre sus brazos y se aferraba a su espalda, aun llorando de forma desconsolada mientras se escuchaban sus disculpas a moco tendido.
-Sigan con estos. -Grant le dijo a sus amigos, acariciando su mejilla adolorida.
Sirius, quien aún seguía allí, esperó a que los matones esos volvieran a lo suyo para poder huir del lugar sin ser visto. Sus cejas no lograban relajarse, tenía la cara tan fruncida que se le formaban unas arrugas al costado de los ojos.
