James Potter era alguien obsesivo, estaba obsesionado con el quidditch, con molestar a Severus Snape y obsesionado por poseer a Regulus Black.
(Historia con contenido sensible y explícito)
Artby: Likeafunerall
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☆᤻⠀۪⠀ﾳ⠀ּ⠀Primeros pasos⠀ׄ⠀۪⠀𐂂⠀ּ⠀◗
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Evan y Barty estaban a un lado del bullicio de la gente, parados frente a una ventana larga, abierta de par en par, la vista iba directamente hacia los prados de hogwarts vacíos.
-¿Decís que Regulus va a venir? -Barty preguntó dándole un trago al cóctel sin alcohol que tenía.- No sentí el anillo.
-Yo tampoco, tenemos que ir.
-¡Ey ey ey! Alto ahí loquito sobreprotector, Reg está con Potter, no le va a pasar nada malo, cuando llegue a nuestro cuarto nos avisará, él se llevó la pieza original, acordamos eso.- Vocalizó intentando calmar a su compañero, sin embargo puso una cara de indignación cuando giró su vista y no lo vio a su lado.
Crouch se apresuró a detener a Evan agarrando su brazo y volviéndolo a su lugar, este había apagado su cigarro que estaba por la mitad y dando unos pasos hacia delante, dispuesto a ir en busca del Black.
Desde que había dejado de fumar marihuana era un manojo de nervios y se irritaba por la mínima cosa, incluso Regulus se había llevado una mala mirada por el simple hecho de estar respirando muy fuerte durante una clase, Evan fumaba de noche en el cuarto con sus amigos, algo inútil, ya que luego se iba a dormir para despertar de malhumor al día siguiente.
Barty pasó su brazo por los hombros del rubio para atraerlo más a él, con su mano que no sostenía el vaso le dio unos pequeños golpecitos al anillo de plata en el dedo anular de Evan, el mismo que él y Regulus usaban. Estas joyas contaban con el hechizo proteico, cuando el anillo principal fuera modificado los otros cambiarían el mensaje en ellos.
Los amigos habían decidido crearlos en su tercer año en hogwarts, cuando el acoso a Regulus fue comenzando, con la ayuda y conocimiento de Sr.Rosier lograron elaborar ese método de comunicación sencillo, práctico y disimulado que no llamaba mucho la atención.
Cada que el anillo principal, que por lo general siempre usaba Regulus, cambiaba su mensaje inscrito en la superficie, el metal se calentaba lo suficiente alertando a los dueños de las dos copias.
