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☆᤻⠀۪⠀ᄈ⠀ּ⠀Amos Diggory⠀ׄ⠀۪⠀☼⠀ּ⠀◗

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☆᤻⠀۪⠀ᄈ⠀ּ⠀Amos Diggory⠀ׄ⠀۪⠀☼⠀ּ⠀◗

Se podría decir que Amos Diggory era un chico tranquilo, el típico hufflepuff bonito que caía en el estereotipo de su casa, de cabello castaño y revuelto corto, su rostro era lindo con una nariz respingada que hacía buena cupla con los labios alar...

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Se podría decir que Amos Diggory era un chico tranquilo, el típico hufflepuff bonito que caía en el estereotipo de su casa, de cabello castaño y revuelto corto, su rostro era lindo con una nariz respingada que hacía buena cupla con los labios alargados y finos que tenía.

Amos era atractivo, no había duda de eso, pero, también lo era por dentro. Un joven complaciente, tan dulce y amable con todos que llegaba a ser catalogado cómo un ingenuo por tal bondad. Esa personalidad, a diferencia de lo que se cree, no lo hacía ser tan popular cómo a James Potter.

El gryffindor era un sol brillante para todos, el personaje principal de cualquier historia. Diggory no era eso, no le interesaba destacar. Tenía a su pequeño grupo de amigos y con eso era suficiente.

Se lo podría describir cómo a una flor de león, linda, pero poco llamativa a los ojos humanos que no se detenían a mirar con detalle.

Xenophilius Lovegood y Arthur Weasley, eran sus mejores amigos. Arthur era un año mayor a él y era un gryffindor, Xenophilius un ravenclaw de su mismo año. El de la casa de leones se tomaba muy en serio su papel cómo el mayor del grupo y siempre le repetía lo mismo, que no debía de ser tan bueno, porque el mundo estaba lleno de gente mala, de lobos escondidos tras la piel de ovejas y viceversa.

Amos no tenía problema en mostrarse cómo verdaderamente era, su corazón puro y la lealtad que tanto caracterizaba a los de su casa, lo hacían ser arrastrado al típico cliché de "chico bueno" y lo era. Un cliché, así se sentía también.

Durante las comidas siempre se sentaba con Arthur y Xenophilius, siempre en la mesa de los ravenclaw, ya que eran los más tranquilos. Los ojos almendrados y dorados de Amos siempre se paseaban de alumno en alumno hasta caer en Regulus Black. Ese chico le daba pena, también lo hacía soltar algunos suspiros tontos, los cuales no pasaban desapercibidos por sus amigos. Amos notaba la tristeza en esos ojos grises, en sus movimientos e incluso en los pequeños temblores que sus manos tenían.

Moría por hablar con él, ayudarlo en lo que pudiese, en conocerlo y saber sus gustos.

La primera vez que hablaron fue en la biblioteca, cuando un Amos de segundo año le indicó a un Regulus de primero la dirección hacía la sección de literatura muggle en la biblioteca, quedó extrañado al ver a un slytherin nervioso, peor aún, yendo a una sección que a palabras de ellos mismos era "prohibida". Cuando descubrió que el chico que ayudó era un Black, su curiosidad se intensificó.

Obsession - JegulusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora