Prologo

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Podía ver la sangre salir del cuerpo del hombre que salvo su vida, su mundo... Y todo lo que pudo pensar de eso fue

Estoy hambrienta.

El miedo por sus propios pensamientos la paralizó, y tapo su rostro con sus manos sintiendo sus afilados dientes contra estos ¿Que le estaba pasando? ¿Acaso ella...? ¡No! ¡No podía ser! ¡Ella era un ser de la naturaleza! ¡Ella no podía ser!

¡No!

¿Que era ahora?

Maldijo su existencia, maldijo su nombre, maldijo a Dios, y por sobre todo maldijo su corazón.

Los del pueblo tenían razón.

Su amor si cargaba una pena de muerte...

Ella estaba maldita.

Aclaraciones:

Bueno por un tiempo esta historia me ha estado haciendo ruido porque la hice cuando comencé a escribir hace unos años y ahora verla me da vergüenza ajena... Así que la mejoraré espero les guste.

Sangre y realeza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora