— Así que dime ¿Es verdad que destruiste dos pueblo cuando tenías 6? — Pregunto Ciel curioso ya que si iba a morir en las próximas horas quería al menos saciar su curiosidad.— Técnicamente la naturaleza lo hizo pero si...
— ¿Porque? — interrogó elevando una ceja.
— Cuando era pequeña mí madre enfermó... Y yo recuerdo pensar en lo injusto que era que solo ella enfermara... Era algo egoísta y cruel, pero era una niña y no entendía porque solo yo debía perder a mí madre, después de eso todo el pueblo enfermo excepto yo. — Admitió con algo de culpa. — Los del pueblo vecino decidieron quemar el nuestro para evitar que la enfermedad se esparciera y me llevaron con ellos, hasta que me vieron con la naturaleza y me tomaron por bruja... Intentaron quemarme no les fue muy bien. — Hizo memoria pero luego de que prendieran la hoguera todo estaba bastante borroso. — Ahí fue cuando conocí a Teo, el oyó de mí y fue por mí, logro sacar me del fuego antes de que me hiciera algún daño permanente y por los del pueblo... Fue algo parecido al incidente de la cocina, solo que con mucha más sangre involucrada.
— Puedo imaginarlo. — Murmuró haciendo una mueca ante la imagen mental. — ¿Porque no traicionarme?
— ¿Disculpa? — Pregunto no entendiendo su pregunta.
— Si sigues con el ritual tendrás lo que tanto deseabas de vuelta y tus manos estarían limpias de toda sangre dado que fue tu ex amante quien lo hizo todo. — Explicó y ella le vio con una ligera sonrisa para luego negar.
— No todo lo que deseo. — Contesto viendo el techo un segundo pensando en una buena forma de expresar lo que tenía que decir. — Teo no estará de vuelta, la inocencia que perdí, mí Jove amo. — Le cerró un ojo divertida ganándose un pequeño sonrojo del conde. — Además creo que la razón por la que me gustaba tanto la idea de ser una druida era porque quería purgar por mis pecados de alguna forma... Me dejaba huir de la culpa que me provocaba pensar en las cosas que hice.
— ¿Que hay de la magia y la naturaleza?
— Era maravilloso sentir las plantas crecer a mí alrededor... Y la serenidad que venía con ello, pero jamás pedí por eso, para mí siempre fue tanto una bendición como una maldición y sinceramente no tener que preocuparme por qué una rama le atraviese el pecho a alguien por decir una broma estúpida es un alivio. — Río ligeramente.
— Así que si salimos de aquí ¿Piensas vivir? — Dijo notando el pequeño silencio que se formaba entre ambos.
— Creo que tienes razón. — Contesto con suavidad. — por primera vez en mucho tiempo, tan solo quiero vivir.
— Eso está bien, porque no planeó que ninguno de nosotros muera por ahora. — Dijo con algo de seriedad. — Esa es una orden, sobrevivir y sacarnos de aquí ¿Entendiste?
— Yes, my Lord. — Respondió viendo la puerta ser abierta y como dos personas encapuchadas entraban por la puerta, era la hora de jugar, todo o nada.
— — ( O — O ) — —
Lucas miraba algo ansioso el lugar donde se llevaría a cabo la ceremonia, ya casi estaban en la hora y Selene aún no llegaba ¿Que podría tomarle tanto tiempo? Sólo era un demonio, una simple alimaña de las sombras, debería ser pan comido para una bruja como ella. Pasó una mano por su cabello arreglándolo viendo como sus lacayos traían a su Genevieve y al mocoso, sonrió, pronto ella le perdonaría y podrían estar juntos, y esta vez serían incluso más felices que antes...
— Traigan los aquí. — Señaló el trisquelion hecho con sangre y otros ingredientes en el piso, y los sirvientes asintieron haciendo lo pedido. — Ya casi estamos en la hora... Ya pronto. — Aseguró viendo a la chica sentada de rodillas frente a él. — Traigan el cuchillo para la ceremonia. — Ordenó y uno de sus sirvientes le extendió una daga de plata con una gema blanca en la empuñadura.
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Sangre y realeza.
FanfictionDesde que era pequeña su única misión en la vida fue morir, primero para expiar sus pecados, luego porque era su destino... E incluso cuando se volvió un vampiro la muerte fue lo único que llenaba su cabeza. Hasta que cierto Conde decide emplearla...