Bodas de sangre final.

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Skye miro los documentos que el asiático les dio y suspiro, ella conocía esas cantidades y ese tipo de drogas, no era nada bueno... Mordió su labio inferior apretando los documentos.

— Asumo que tú expresión significa que tienes una idea de lo que sucede. — Le llamo la atención Ciel entrando seguido por Sebastián.

— Las drogas usadas, la cantidad de mujeres desaparecidas y las características de las novias... — Murmuró apretando sus labios. — Son ingredientes para un ritual...

— ¿Que tipo de ritual? — Pregunto curioso.

— Para revivir a alguien.

— ¿Eso es posible?

— Puedes revivir el cuerpo, pero el alma no volverá, por eso está prohibido.

— Entiendo... ¿Algún sospechoso? — Interrogó el joven Conde mientras su mayordomo preparaba su té. 

— Puedo pensar en algunas opciones, pero lo mejor sería adelantar la fecha de nuestra boda.

— ¿Que?

— Necesita un último ingrediente o novia para su sacrificio, y encajo con el perfil de las novias que busca, debemos actuar antes de que ataque otra vez y desaparezca para siempre. — Finalizó decidida.

— Sebastián, está es una orden, arregla todo para la boda, y deten al secuestrador.

Yes, my Lord. — Contesto El mayordomo inclinándose de forma respetuosa con una leve sonrisa en los labios.

— — ( O — O ) — —

Sky miraba su reflejo en el espejo mientras sostenía un pequeño frasco entre sus manos esperando que el secuestrador apareciera.

— Ese es un interesante tatuaje... — Escucho en su espalda y se giró viendo a un hombre joven con cabellos ceniza y ojos grises.

— Aléjate. — Dijo retrocediendo un poco sintiendo que sus manos temblaban, hacerle esto a alguien como ella... Aún hermano no era algo que quisiera hacer.

— Vamos, tu vida servirá un noble propósito. — Se acercó a nuevamente chocando con el espejo detrás de ella.

— Está no es la solución y lo sabes... Lo que intentas hacer no funcionará, solo terminarás manchando tus manos de sangre inocente. — Intento convencerlo viendo la sorpresa en sus ojos.

— ¿Que...? ¿Cómo sabes lo que...? El tatuaje es más que estética ¿No? — Pregunto con una sonrisa en sus labios. — Es mí día de suerte, encontrarse una druida... Tu serás lo que asegurará el éxito de mí plan, después de todo este es tu destino ¿No?

— Solía serlo ... — Susurro levantando su vista para verlo a los ojos que brillaron de Rojo. —  Ya no más. — Abrió el frasco en sus manos y tiro su contenido al brujo quien retrocedió sorprendido al ver como el polvo se convertía en un perfecto círculo a sus pies.

— ¿Muérdago? — Pregunto intentando salir pero fallando.

— Es todo tuyo... — Suspiró yendo a la puerta dejando al demonio entrar junto al Conde.

— ¿No te quedarás para el show? — Quiso saber el joven Conde. — Pensé que estabas bien con matar a quien se lo mereciera.

— Él solo está ... Desesperado, puedo entenderlo. — Murmuró mordiendo su labio inferior.

—  ¿Puedes?

— Tan solo haz tu trabajo, estaré esperando afuera. — Dijo yendo al patio de la iglesia no queriendo saber lo que pasaría dentro de esas paredes.

— — ( O — O ) — —

— ¿Cómo sabías del ritual? Estoy seguro de que no es algo que sea de conocimiento común para los druidas. — Pregunto Ciel luego de que obtuvieran la información que querían y estuvieran por volver a la mansión.

— Cuando me convertí... Odiaba mí propia naturaleza, detestaba lo que era y busque una cura... Lo que fuera. — Relato viendo por la ventana del coche en movimiento.

— ¿Lo consideraste? ¿Hacer lo que el intento para recuperar tu humanidad?

— Lo... — Cerró los ojos mordiendo su labio inferior. — Lo pensé por medio segundo antes de darme cuenta que de hacerlo, aún si fuera humana de nuevo tan solo estaría cambiando una maldición por otra.

— Ya veo... — Susurro por lo bajo viendo el atardecer con la ventana del carro.

— ¿Que hicieron con él?

— Pensé que no deseabas saber. — Hablo el demonio elevando una ceja.

— Tan solo tenía curiosidad, eso es todo. — Murmuró por lo bajo.

— Está vivo, después de todo la orden de la reina fue detenerlo, no es nuestro trabajo hacer de verdugos y jueces, aunque si pusimos de ese polvo tuyo en su celda... ¿Que era?

— Muérdago, funciona contra la magia prohibida y por lo que estaba haciendo asumí que debía estar contaminado por ella.  — Finalizó acomodándose para dormir.

— Su prometida fue quien murió... Luego de saber quién era la policía investigo un poco sobre el y su prometida murió poco antes de su boda, un verdadero estupido, lo que se perdió ya no se puede recuperar.

— Nunca más... — Agrego haciendo un intento por quedarse dormida.

— — ( O — O ) — —

— Una lástima que alguien con tus habilidades termine en un lugar así. — Comento un hombre de ojos de distinto color viendo al preso encerrado en uno de los calabozos.

— ¿Que quieres? — Pregunto de mala gana levantando su mirada del piso.

— Puedo ayudarte a salir, e incluso a verá tu prometida de nuevo... Tan solo quiero algo de información a cambio.   — Dijo para sorpresa del preso levantándose de su lugar para ir a su encuentro sujetando las rejas de la celda en sus manos.

— Lo que sea, solo dilo.

— Estoy buscando a una chica con un triskelion tatuado en su espalda, ¿La has visto?

— ¿La novia? — Pregunto curioso. — Su alma no te servirá, está manchada, lo pude ver en sus ojos, marcados por el Rojo de la bestia.

— ¿Donde la viste? — Ignoro su comentario para la sorpresa del contrario.

— Estaba en compañía de un demonio y un noble humano ... Phantomhive, me parece. — Balbuceo ansioso. — Ahora sobre sacarm— se callo al sentir algo atravesar su corazón viendo una cuchilla entrar en su pecho.

— Gracias por la información. — Sonrió sacando la cuchilla lamiendo la sangre de esta haciendo que sus dos ojos brillarán carmesí. — Que seas feliz con tu prometida en la otra vida. — Le deseo mientras salía del calabozo.

— ¿Donde? — Pregunto la chica que le esperaba a fuera.

— Averigua todo lo que puedas de los Phantomhive, estaremos visitando los pronto.

Sangre y realeza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora