Especial:Academia Phantomhive

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Nota de la autora: Si, también subire este por amor al caos~> disfruten.

Skye supo en el momento en que piso Inglaterra que el país no sería de su agrado, pero su padre adoptivo, Teo, le prometió que pronto se adaptaría al lugar y llegaría a gustarle tanto como su amada Italia. Skye entendía que el mayor buscaba lo mejor para ella y luego de todo lo sucedido con su familia un cambio de aires no era malo, pero ¡A ella le gustaba Italia! ¡Su comida especialmente! A los ingleses les gustaba el té y ella era una devota al café ¿Ven? Diferencias irreconciliables.

Aún así hizo el intento, tan solo para pensar que Teo la metió en la escuela con la gente más loca posible, comenzando por el cocinero de la escuela Bard, Un exmilitar, y estaba muy segura que los hornos eran mejores que los lanzallamas al menos para cocinar. Siguiendo con los alumnos, tales como el torbellino rubio conocido como Lizzie, su auto proclamada mejor amiga, su novio, que tenía un aire emo y de "no me toques" , para continuar finalmente con los profesores y ahí estaba el mayor problema de Skye.

Madame Red, era un amor... La mayoría del tiempo, sus clases de etiqueta eran buenas y sus comentarios aunque escandalosos divertidos, incluso el profesor de Biología Undertaker era algo pasable con todas las disecciones, aprendía y ese era el punto ¿No? Su mayor problema y dolor de cabeza tenía nombre y apellido.

Sebastián Michaelis, el profesor de historia, que desde que posó sus ojos en ella hizo de la misión de su vida hacer su vida un infierno, ahora no era como si fuera abusivo o algo por el estilo, solo... Era algo en su forma de ser con ella la ponía de los nervios... Cada mirada que recibía de su parte le hacía creer que sería devorada y ¿Era necesario acercarse tanto a ella para decirle algo? ¿Que acaso no sabía de los límites personales?

Ahora para mencionar porque odiaba tanto al condenado país podemos ir a su situación actual, donde se encontraba en un apretado armario de suministros con su no tan querido profesor de historia detrás de ella al mismo tiempo que ella intentaba escuchar por la puerta a cierta chica rubia.

¿Cómo llegamos aquí? Simple, Skye como cada mañana estaba caminando a su salón cuando fue interceptado por el misión rubio AKA Lizzie, quien tenía un hermoso vestido rosa en sus manos y ahora la italiana conociendo perfectamente a la chica, hizo lo que cualquier persona sana y mentalmente estable haría, ella corrió.

Corrió con todo lo que sus zapatos de Tacón de diseñador le permitieron, y si, entendía que no era prácticos ¡Pero eran divinos! Así que los uso de todas formas esa mañana. Para su suerte cuando giró en una esquina chocó con alguien que logró atraparla en sus brazos antes de que al suelo por la fuerza del choque.

— G-Gracias. — Dijo antes de fijarse en los brazos de quién se encontraba.

— Debería ser más cuidadosa señorita Skye. — Le recordó Sebastián con una sonrisa en sus labios, que la morena no creyó pero al escuchar los gritos de la rubia poco le importó.

— ¡Vamos Skye te quedará fantástico! — Grito Lizzie y la italiana miró a todos lados despertarás hasta que vio un armario detrás de ellos y sin dudarlo se metió dentro con profesor y todo.

— Shh... — Murmuró la castaña al profesor dejando un dedo sobre sus labios para luego girarse e intentar escuchar a la rubia por el pasillo.

Ahora Sebastián era un hombre que creía fuertemente que cuando la vida te da oportunidades debes aprovecharlas porque pueden no volver a presentarse y eso te dejaría como un idiota por no aprovecharlas cuando pudiste. Así que cuando caperucita roja se mete voluntariamente en la boca del lobo, no queda más opción que comerla ¿No? Era lo que el sentido común dictaba.

— ¿Que..? — Murmuró la italiana al sentir unos brazos en su cintura. — ¿Que haces? — Grito por lo bajo hasta que sintió el cuerpo del profesor casi por completo sobre el suyo y su aliento sobre su cuello. — Esto es acoso sexual. — Se quejó jadeando al sentir como mordía su oreja.

— No aún... — Contesto divertido paseando sus labios por su cuello besando la piel a su disposición que era tan dulce y suave como pensó que sería.

— ¡D-Dejate! — Prácticamente chillo mordiendo su labio inferior cuando sintió una mordedura en su cuello.

— Si no te controlas podrán escuchar tu voz afuera y serás encontrada... — Le aviso y ella abrió los ojos con sorpresa girando su rostro para asesinarlo con la mirada.

— Tu— se calló cuando sus labios fueron robados por el profesor aprovechando el momento de sorpresa para girarla por completo sujetándola de sus piernas para que ella enrrollara sus piernas en su cintura... Ahí fue cuando todo se fue a la mierda, o más precisamente cuando sus caderas chocaron con la dureza en los pantalones contrarios, santa mierda.

— ¿Es eso un sonrojo lo que veo? — Pregunto con sorna el profesor y Skye estaba por responder cuando volviendo a aprovechar su oportunidad el profesor la beso con mayor intensidad que antes introduciendo su lengua en su boca.

La italiana a penas y podía tener un pensamiento racional en su cabeza debido a la sobre estimulación, todas las sensaciones que estaba experimentando eran nuevas para ella por lo que no sabía cómo reaccionar, bueno no además de suspirar despacio sobre los labios del contrario. No, hasta que su cuerpo cometió la última traición y comenzó a mover sus caderas en busca de más contactó sacando un pequeño gemido de sus labios que en cuanto salió de su boca la trajo de vuelta a la realidad.

— E-Espera... — Logro decir empujándolo un poco de los hombros. — N-No deberíamos.. — argumento avergonzada.

— ¿En serio? — Pregunto sobre su cuello haciéndola suspirar al sentir su respiración caliente sobre su piel. — Además... No creo que realmente quiera parar. — Y para agregar énfasis a su Punto movió sus caderas fingiendo embestidas contra ella haciéndola gemir por lo bajo nuevamente y que se aferrara a él con fuerza.

— Solo... — Murmuró mordiendo su labio inferior para esta vez ser ella quien enterrara su rostro en el cuello del mayor. — Solo no aquí. — Así que en pocas palabras ella si deseaba seguir con esto, solo que no en el armario... Entendible, sinceramente Sebastián no pensó que llegaría tan lejos o que ella quisiera seguir... Incluso estaba preparado para una demanda por acoso pero ya que las cosas terminaron así...

— Solo dame un segundo. — La bajo con cuidado y abrió la puerta viendo que ya no quedaba nadie en los pasillos ya que estaba por tocar la campana para el primer periodo, una vez estuvo todo despejado se giró para ver a la chica temiendo que ya hubiera arrepentido. — ¿La enfermería está bien? — aún no contrataban a aún reemplazante por lo que debería estar vacía y con una puerta con seguro y camillas.

— Si... — Asintió con las mejillas rojas antes de casi gritar al ser jalada a los brazos del profesor quien la sujeto de la cadera y la otra mano en su barbilla besándola más suave y dulcemente que antes.

— Vamos. — Tomo su mano y salió con ella camino a la enfermería.

Ahora lo que pasó después de eso Skye culparia de ello a la sobre estimulación y a la demencia temporal, al igual que todas las otras veces que volvió a suceder...  Hasta que después de su año de pequeños lapsos de demencia temporal finalmente, acepto que quizás, y solo quizás si tenía sentimientos por su profesor, pero solo quizás.

Sangre y realeza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora