CAPÍTULO XXV: EMPIEZA LA GUERRA

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El traqueteo de la nave despertó al chico, se movió lentamente, sin atreverse a abrir los ojos, su respiración agitada le indicaba que seguía vivo, su pelo se derramaba sobre su frente, Ben abrió los ojos, despegando los párpados lentamente y escrutó la aterciopelada oscuridad, no había una sola fuga de luz, aquella carencia incomprensible de luminosidad le concedió la certeza de que se encontraba en una celda.

Oyó unos pasos y se preguntó si serían los caballeros de Ren, dispuestos a regodearse y criticarle otra vez, pero a él le daba igual, nada de lo que dijeran le importaba ya, era un traidor, y estaba orgulloso de ello.

Los pasos contra el suelo de metal le atormentaban, logró colocarse con gran esfuerzo sentado, con la espalda pegada a la pared, pero no habló, permaneció en silencio.

Thrawn se acercó a los barrotes, con una linterna futurista en la mano, Ben se lo quedó mirando, no le tenía ningún miedo, es más le ignoró, como si su vista estuviera perdida en ninguna parte, como si él fuera invisible.

Su piel azulada se atisbaba entre los destellos intermitente de luz nacarada, proveniente del artilugio que la emitía, sus pupilas estaban apagadas.

Como no hablaba, Ben dijo:

---¿Hablas tu primero o hablo yo? ---, Thrawn ladeó la cabeza.

---Líder supremo, lo estabas haciendo tan bien...--- comenzó a decir Thrawn,

---Yo ya no soy ningún líder, y menos supremo, soy Ben Solo, hijo de Han Solo y Leia Organa, nieto de Anakin Skywalker y Padme Amidala--- le interrumpió, recitando todos sus parentescos familiares.

---¿Por qué lo estropeas ahora?, ¿Por qué te unes al enemigo? --- dijo su interlocutor, como si no le hubiera oído, Ben se movió un poco, tratando de encontrar una posición más cómoda, le miró airoso

---Supongo qué porque estoy harto de un atajo de almirantes trajeados, o debería decir, inútiles que Palpatine asesinará, da igual si haya perdido o ganado la guerra---, advirtió que dicha afirmación inquietaba al alienígena, que cuadró los hombros, molesto.

---Bien, no he venido a discutir, Ben, si así es como quieres llamarte---

---Entonces has venido a lucir tus placas de almirante, que son trofeos insípidos porque cuanto menos te atribuyen la estupidez, lo que pasa que los tontos nunca se dan cuenta de lo tontos que son--- se rio Ben.

---¡Bueno basta ya! --- le cortó Thrawn, gritándole como un loco, con las pupilas ahora dilatadas, ---Prepárate a morir--- sentenció.

Ben se inclinó hacia delante, mientras el almirante se iba, con las manos detrás de la espalda, al ver que el recluso no le temía, solo venía divertirse y desequilibrarle con sus evasivas, pero no lo había conseguido.

---¡Y sabes que!, si muero voy a morir siendo un Skywalker, no un asqueroso manipulador, es mejor morir que vivir sin amor, sin compasión por los demás --- le gritó él, triunfante.

Se quedó mirando como el resplandor parpadeante de la linterna era engullido por la negrura del lugar.

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Al salir de la nave Rey sintió un escalofrío, una entidad que removía la fuerza, abrumando todo lo demás con su creciente oscuridad, percibió la daga sith en su cinturón, la tomó entre sus manos con cuidado, esta estaba indicándola un camino hacia un lugar desconocido, vibraba y las letras de su inscripción se recolocaron tenebrosamente formando un mapa.

Rey se quedó terriblemente asombrada, y siguiendo las indicaciones del místico plano, oteó el horizonte y se giró hacia los demás.

---Por aquí, seguirme--- dijo, y todos se pusieron en camino.

LA ETERNIDAD DE LA FUERZA (fanfiction reylo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora