RESISTENCIA
Su Xwing aceleró al sentir el pulso magnético de los acorazados. La sensación era muy extraña, como si estuviera flotando en medio de la nada, aunque algo en esa carencia de gravedad le hacia disfrutar más la experiencia. Aquella lucha entre la ingravidez de su nave y los pesados acorazados, que parecían hundirse en el espacio sideral.
Poe Dameron surcó los cielos estrellados con osadía, acompañado de naves miembros de la fragata Tuailik, traída del planeta Ryloth y algunas naves tripuladas por miembros anteriores de la Resistencia, antes de la suma de más aliados fieles a su causa.
Su misión, según le había dictado Leia unos minutos antes, era rescatar a Rey. Sabía que ella era demasiado valiosa como sensible a la Fuerza. No tendrían ninguna posibilidad si de combates Jedi se tratara, o si necesitaban la intervención de sus poderes a favor de la Resistencia, durante la guerra.
El piloto apenas escuchó los latidos de su corazón cuando disparó por primera vez.
Una avalancha de ties se enfrentó a su Xwing.
Esquivó los ataques, disparó de nuevo, volteretas por los aires, de nuevo el silencio.
La tensión iba en aumento, y todo iba muy rápido.
Debían salvar a Rey. En ese momento, una encarnecida lucha de naves dio comienzo, en medio del aterrador espacio sideral.
PRIMERA ORDEN
Salieron apresuradamente de la sala principal. La manera en la que las ropas de Rey se pegaban a su cuerpo le hacía a Ben recordar los perfectos contornos de su cuerpo, cuya imagen desnuda lo perseguía aún.
Rey sonrió, divertida, cuando percibió como Ben leía su sentimiento mediante la Fuerza, el igual que había leído muchas mas cosas antes en su cuerpo, mientras hacían el amor. Ávidos y presurosos, al igual que se habían vestido unos minutos antes, salieron de la sala para encaminarse hacia los pasillos iluminados de una luz eléctrica, que hacía daño a los ojos.
La presión en la mano de Ben aumentó.
Rey se giró, antes de que los dedos de una vez aprendiz de Jedi se cerraran sobre los suyos. Entonces sus miradas de encontraron.
—¿Escuchas eso? —preguntó Ben.
Rey desvió la mirada hacia el techo, con cierta levedad.
—Es una batalla de naves, puedo escuchar a los Xwing—corroboró.
Ben asintió.
—Exacto, y ahora debes huir para seguir tu destino—en la siguiente frase, su voz se torno como un ronroneo—aunque debo admitir que nuestra cita no ha estado nada mal, yo esperaré muy pacientemente a que vuelvas a ser mi prisionera.
Rey sonrió, y acerco su rostro al suyo para susurrarle.
—Creo que ya soy prisionera de algo mejor—replicó, libidinosa—de tu amor.
Pero no le dio tiempo a besarle, escuchó unos pasos en el corredor. Ben rodeó a Rey con un brazo protector, como si cualquier amenaza que existiera en aquella corta distancia no pudiera desafiar eso, su amor y la protección que él deseaba otorgarla.
—No te muevas—le advirtió a Rey, con un rictus de preocupación asolando su rostro—sé que esto es una traición más de la Primera Orden. Quiero decir, soy el Líder Supremo, y debo cuidarme de las envidias y ambiciones de poder de muchas personas, que se pueden convertir en mis enemigas.
—Pero no tienes por qué seguir este camino.
Rey se aferró más a él, como si creyera que, sujetándolo, tratando de retener al hombre más alto y grande que ella pudiera controlar su destino. Ben sabía lo que Rey iba a decirle, pero le dolería mucho más explicarle que, aunque quisiera seguirla, dudaba de su posición en el Lado Luminoso de la Fuerza.
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LA ETERNIDAD DE LA FUERZA (fanfiction reylo)
Science FictionDespués de los eventos de The Last Jedi, la Resistencia pugna por sobrevivir entre los reducidos planetas del Borde Exterior, tan solo un puñado de aliados claves para ganar la guerra. La Primera Orden se crece en su supremacía, pero entre ambos ban...