Capitulo 33: Try Not To Destroy Everything You Love

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-Esto es un caos.

Hablo Amber mientras tomaba la mano herida de su "amor", mirando con atención aquella gran apertura.
Pero en lugar de hacerle algo doloroso, le comenzó a curar, vendado su mano, no tenía el equipo necesario para hacer un mejor trabajo, así que rodear la herida con vendas para evitar infecciones era lo mejor que podía hacer.

-Lo mejor que podemos hacer ahora es huir del pueblo.

Ese comentario hizo que Tara alzará su mirada, además del agotamiento mental e físico, se podía ver negación en su rostro, no quería abandonar aquel sitio, había nacido aquí, si había pasado por muchas cosas malas en este sitio, en especial estos últimos días, los cuales parecían sacados de una pesadilla, pero aún así, aquí había gente que aún la quería, Mindy, y Chad, quería recordar a más amigos, pero recordó que los que faltaban ya no estaban vivos, se les había sido arrebatados por la persona que estaba enfrente suyo.

Negó con su cabeza, no quería irse, no podía, no quería abandonar a nadie, no quería repetir lo que hizo padre con ella, y mucho menos, no quería irse sola con Amber.
Cuando despertó en este sótano, su vida había dado un giro de ciento ochenta grados, pero aún así, no estaba lista para tomar tal decisión.

Comenzó a sollozar, llamando la atención de Freeman, quien puso su mano sobre el rostro de la morena.

-Todo estará bien, no te preocupes.

¿Por qué su voz sonaba tan dulce ahora? Hace unas horas había degollado a un hombre, manchando de sangre el suelo, y ahora teniendo al cadáver de tal persona en la esquina del sótano, no tardaría mucho en comenzar a pudrirse en un lugar como este.

Carpenter movió su cabeza para apartar su rostro de la mano fría de Amber. La odia, la odia con toda su alma, le había hecho su vida miserable en cuestión de días, pero aún así... ¿Por qué?

-Confía en mi.

"¿Por qué?"

-Por favor, inténtalo.

"¿Por qué eres así?"

La psicópata puso ambas manos sobre el rostro de Tara, giro con delicadeza su cabeza para que le mirará directamente, sus ojos estaban llenos de lágrimas una vez más, no maldecia, no se veía enojada, era tristeza lo que reflejaba esa mirada.
Acarició las mejillas de la azabache, quitando un par de lágrimas que caían de aquel bello rostro.

-Te amo Tara, más que nada en el mundo.

No sabía que le dolía más, escuchar esa voz tan cariñosa una vez más, viendo que aquella persona se había vuelto una asesina, o sentirse aún atraída por esa chica después de todas las cosas horribles que hizo.

-Se que tú también me amas, ¿Verdad?

Sollozó una vez más, quería mirar hacia abajo, no quería admitirlo, se sentía mal por aceptar tal sentimiento, esto no estaba bien, pero aún así lo sentía, y entre más lo negará, más le carcomía por dentro.
Dió un pequeño jadeó tratando de calmar sus espasmos, para fijar su mirada una vez más al rostro de Amber, ¿Dónde estaba ese rostro de desquiciada? No sé lo ponía fácil, tenía aquel rostro tan lindo que poseía antes de que todo esto sucediera.

-Amber...

Su voz era temblorosa, no paraban de caer lágrimas, y el nudo en su garganta no parecía desaparecer en ningún momento cercano.

-Yo... Yo...

Sus manos temblaban, no quería, no queria decirlo, no se lo perdonaría, se arrepentiría por el resto de su vida, pero necesitaba sacarlo de su pecho, su corazón le dolía demasiado cargar con tal cosa.
Pudo sentir como el rostro de la contraria se acercaba al suyo, una vez más estaban a centímetros, Amber besó con delicadeza las mejillas de Tara, es como si su antigua versión hubiera regresado por un instante, siendo más cuidadosa con su amada.

If I Can't Have Her No One Can - TamberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora