Se quedó sentada en las escaleras, recargaba su cabeza contra la pared, mientras aún presionaba aquella bolsa de hielo contra su costado, y así había estado por alrededor de unos diez minutos, mirando fijamente la entrada de su casa, sonriendo.
Era normal que Tara viniera a su casa, pero ahora sería "diferente" por decirlo de alguna manera, que inclusive había comenzado a hacerse ilusiones en su cabeza de todas las posibilidades.Los cuales fueron interrumpidos cuando escucho como alguien tocaba la puerta, teniendo que levantarse, para caminar de manera algo torpe hacia la entrada.
Al nada más abrir la puerta, sintió como los brazos de la joven Carpenter le rodearon en un abrazo, haciendo que está diera un paso hacia atrás de la impresión.
-¿Tara?- tenía que mostrar confusión, para poder ocultar la emoción que sentía en ese instante, no era el momento adecuado.
La más baja apoyó su frente en uno de los hombros de su amiga, buscaba consuelo era evidente, así que no dejaría pasar esta oportunidad.
Puso su mano libre sobre la cabeza de Tara, para así juntar mas su cuerpo con el suyo, por Dios, necesitaba tenerla más cerca, mucho más cerca, acarició su cabello azabache, la chica estaba sollozando, pero al parecer decidió reprimir aquella actitud, ya que se separó un poco de la más alta, tallando sus ojos para eliminar las lágrimas que se estaban acumulando en sus ojos.
Freeman puso una de sus manos sobre la mejilla de Carpenter, pasando uno de sus dedos por sus ojos, ayudándole a limpiar sus lagrimas, las cuales intentaban escapar de los ojos cerrados de la morena.-Esta todo bien Tara, aquí estoy ¿Si?- hablaba con una voz extrañamente dulce, ya que ella no solía hablarle así a nadie, ni siquiera a Tara, está era la primera vez que su voz sonaba dulce, que llegaba a ser algo espeluznante ¿Acaso era porque la estaba viendo llorar? ¿Le gustaba verla en ese estado? -Yo estoy aquí.
La más baja asintió con la cabeza, termino de tallar uno de sus ojos para por fin abrirlos, mirando al fin el estado en el que estaba su querida amiga.
-Dios Amber- su voz se escuchaba algo quebrada por los sollozos, pero eso no quitaba la angustia que sintió al ver el rostro de la más alta, ahora era ella quien tenía sus manos sobre la cara de la contraria -¿Q-Que te paso? T-Te ves tan... Tan...
-¿Tan mal se ve?- su sonrisa permanecía en su rostro, necesitaba que los nervios de la morena desaparecieran, por más que le doliera -Solo fue un pequeño accidente con la bicicleta, ya sabes llegó a ser algo torpe- tomó con gentileza una de sus muñecas, para comenzar a acariciar la suave piel de la hermosa chica.
Tara ladeó un poco su cabeza, intentando encontrar más heridas sobre aquel rostro, no encontró nada grave, pero cuando bajo un poco la vista, observó como su amiga tenía una bolsa de hielos contra sus costillas, lo cual le preocupó más.
Se inclinó un poco, tanteando un poco con sus dedos por encima de la ropa de Amber, escuchando como esta soltaba un pequeño quejido.
-No puede ser Amber- tomo a la mencionada de uno de sus brazos, para así comenzar a guiarla al interior de la casa.
Freeman casi se tropieza con sus propios pies por el movimiento tan repentino, estiró un poco su pierna para poder cerrar la puerta de su casa, y seguir a Carpenter hasta la sala, dónde le pidió de manera amable que se acostara en el sofá, petición a la cual acató sin dudarlo.
Una vez estuvo acostada sobre el mueble, Carpenter se puso sobre ella, lo cual hizo que la homicida sintiera como su cuerpo temblará ¿Tara estaba haciendo esto a propósito? ¿Quería ponerla nerviosa? Si ese era el casó, se dejaría llevar. La más baja tomo la playera de su amiga de la parte inferior, pero antes de hacer otro movimiento, miro a la herida, le estaba pidiendo permiso.
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If I Can't Have Her No One Can - Tamber
Hayran KurguAmber Freeman siempre ha estado perdidamente enamorada de su mejor amiga Tara Carpenter, quien desde que tiene memoria a estado con ella, en las buenas y las malas. Pero todo dará un giro cuando vea como su querida amiga comienza a acercarse a más g...