Capitulo 27: Labyrinth

785 106 12
                                    

Liv se encontraba sentada en el sofá grande de la sala de la casa de Amber, hablando claramente molesta por las recientes actitudes de Mindy, su estado tan paranoico, junto a sus sospechas basadas por estúpidas películas de terror le ponía de los nervios, hacia que su sangre corriera hasta su cabeza dándole ganas de explotar de la irá, pero no, ella no era así, así que solo se mostraba irritada.

-Tan solo pensar en ella me hace querer gritar.

Movió sus piernas un poco al recordar la pequeña discusión que había tenido con la freak de las películas de terror, odiaba estar enojada con sus amigos, pero no podía evitar mostrar tal disgusto ante como acusaban a la mejor amiga de Tara de algo tan grave, eso no estaba bien, los amigos se supone que se apoyan entre ellos, no se culpan por cosas tan idiotas.

-No solo eso, Chad también dijo algo tan idiota, que casi le gritaba a él también.

La peliteñida se estaba desahogando, se sentía un poco mejor dejar salir tales emociones de ella, era bastante liberados, a pesar de que Amber no le estaba poniendo la mínima atención.
La pelinegra estaba en la cocina, limpiando varios cubiertos, entre ellos un cuchillo de cocina, era grande, afilado, y con un brillo que le encantaba a Freeman, paso la punta de sus dedos por el filo de aquel "arma" mientras escuchaba de fondo las palabras de McKenzie, respondiendo con un simple.

-Vaya dolor de cabeza- le hablo con un tono monótono, siendo esta frase una clara indirecta hacia ella.

-¿Lo sé verdad?- recargó su tensó cuerpo sobre el sofá, frotando sus manos hacia su rostro.

"¿Debería matarla?"

Pensó Amber al ver aquella chica desde la cocina con el cuchillo en mano, jugando con el, es como si aquel objeto afilado le estuviera rogando por cortar algo de carne, y que se deslizara aquel líquido carmesí por el frío acero. Pero no, no sería muy inteligente de su parte.
Por lo que le había dicho, era obvio que aquellos gemelos sabían de que ella había venido a su casa, si desaparecía, ella sería la primera sospechosa, así que si quería acabar con ella tenía que ser en otro sitio o situación, aunque Liv no le traía mucho problema, no sospechaba de ella, así que no tenía mucho motivo para matarla, claro a no ser que metiera su nariz dónde no le llamaban.

-Eso no es lo más estresante.

Hablo una vez más la novia de Chad, haciendo que Freeman suspirara cansada, respondiendo con un "¿Que?" buscando que toda esta palabrería acabará rápido.

-La hermana de Tara está en el pueblo.

Escuchar aquello hizo que los ojos de Amber se abrieran completamente, estaba en shock, tal fue el impacto de la noticia que hizo que su dedo índice hiciera presión sobre la punta del cuchillo, clavándose la punta y por ende haciéndose un corte.
¿Que hacia ella aquí? Le había dicho a Richie que hiciera todo lo posible para que no regresará, y mira ahora, tenía a quien más odiaba en Woodsboro, la persona que haría todo lo posible para encontrar a Tara y por ende mandar al carajo todo su plan.

"Eres un puto imbécil Richie"

Sacó su celular de su pantalón, el cual llevaba bastante tiempo con las notificaciones silenciadas, cuando prendió la pantalla es cuando se dió cuenta que Kirsch no era el único idiota en esta situación.
Abrió el chat que tenía con él, viendo que a pesar de que falló en su parte, le aviso con bastante tiempo para que ella pudiera actuar, pero al estar bastante ocupada con su "víctima" no pudo ver aquellos avisos. Tensó su quijada, sentía la irá en su garganta, lista para ser expulsada por su boca, pero no, debía mantener la compostura y no dejarse delatar.

"Eres una idiota idiota idiota idiota estúpida estúpida estúpida"

Se insulto en su cabeza, mientras apretaba con más fuerza sus dientes, y de manera inconsciente apretó su mano contra el filo del cuchillo, comenzando a sangrar la palma de su mano. Hubiera continuado con esta acción, si no fuera porque una gota de sangre golpeó el fregadero, haciendo reaccionar a Freeman.

-Liv...

Hablo de una forma sería, llamando la atención de la nombrada, volteando a ver a hacia la dirección donde estaba la chica.

-Hazme un favor y ve al baño por unas vendas... Por favor.

-Ah claro.

McKenzie se levantó del sofá algo extrañada por la petición de Freeman, así que antes le pregunto.

-¿Está todo bien?

-Tu solo ve por lo que te dije...

Sintió un escalofrío correr por su espina dorsal al escuchar aquella voz tan fría de su amiga, le estaba dando mala espina está situación, Amber no había hablado demasiado en todo este tiempo, y cuando lo hacía se mostraba tan extraña, incluso se podría decir que ¿Sospechosa? No, eso no está bien, quizás solo está sobrepensando las cosas, o quizás la idiota la Mindy le había pegado su tonta paranoia.

"Dios, ¿Te estás escuchando Liv? No pienses tales cosas"

Puso su mano sobre su cabeza, esperando poder sacar aquellos pensamientos de su cabeza, y así dirigirse hacia el baño de la casa para tomar lo que le había pedido la dueña de la casa.

Una vez tomó lo que le habían pedido, bajo las escaleras para dirigirse a la cocina, iba a pasar por la sala de estar para llegar ahí, así que paso enfrente de la puerta del sótano. Puerta que estaba entreabierta, abriéndose un poco una vez paso frente a ella, llamando su atención.
Se detuvo frente a la puerta, abriéndola lentamente con su mano, intentando hacer no tanto ruido.

-Liv... ¿Que tanto haces?

-Eh nada, es solo que casi me caigo de las escaleras.

-Apúrate entonces.

Dios, esa voz le ponía de los nervios, tenía que admitir que aquella chica podía llegar a dar mucho miedo algunas veces, pero no, no tenía que sentirse intimidada por una amiga, todo estaba bien, Amber no era una mala persona, solo era ella la que estaba poniendo ideas absurdas en su cabeza.

"No pasará nada si doy un pequeño vistazo"

Bajé las escaleras de aquel oscuro sótano, la madera rechinaba cada vez que bajaba un escalón, era un situación típica de una película de terror, pero esto no es una película ¿Verdad?
Una vez la peliteñida llegó hasta abajo, prendió el foco que iluminaba a duras penas aquel oscuro sitio. No había nada, solo el refrigerador, y a su costado una mesa de madera, dió un suspiró de alivió ¿Por qué de alivió? Ni ella misma sabía, quizás solo se quitó un poco de tensión de encima.

"Eres una tonta, era obvio que no había nada aquí"

Se dió la media vuelta para dirigirse a las escaleras, y ahí fue cuando se dio cuenta que quizás había hablado demasiado pronto.

-¿Ta... Tara?

Su voz estaba temblorosa, incluso aquella sensación se expandió por su cuerpo al ver el estado de la chica.

Estaba atada, temblando, con la boca sellada con una cinta, y con sangre en su ropa, estaba cabizbaja pero cuando le llamo su nombre alzo su rostro, viendo sus ojos cansados y incluso con claras señales de falta de sueño.
Soltó las vendas, y rápidamente se acercó a la chica.

-Dios Dios Tara- miraba todo el cuerpo de la morena, viendo cómo está estaba atada a la silla de madera, al ver cómo la chica cabeceaba tomo su cabeza con sus manos para que le mirará -Tara por favor, mírame, no te duermas.

Carpenter intentaba mantener mantener sus cansados ojos abiertos, pero le estaba costando lo que no estaba escrito, lo que le había hecho Amber le había dejado muy débil.

-No te preocupes, te sacaré de aquí.

Comenzó a romper la cinta de las temblorosas piernas de la cautiva.
No podía creerlo, simplemente no podía, Mindy tenía razón, y ella fue una tonta en no creerle, ahora estaba en un problema muy grande, se había metido en la boca del lobo. Tenía que ser rápida si no quería que Freeman le atrapará, y que capaz terminará igual o peor que su amiga.
Libero la mano izquierda de la joven Carpenter, para ahora por fin quitarle la cinta de su boca, escuchando la débil respiración de Tara.

-Tranquila, ya casi estamos- puso sus manos sobre la otra mano atada, intentando apurar sus movimientos -Saldremos de aquí.

-No lo creo, Liv.

Mierda, no había sido lo suficientemente rápida.

If I Can't Have Her No One Can - TamberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora