Capitulo 14: Static

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El grupo de amigos terminaron con sus respectivos interrogatorios, se juntaron en la entrada de la estación, hablaron entre ellos, compartiendo las respuestas que habían dicho, las cuales obviamente fueron distintas, pero con nada fuera de lo normal.

-¿Deberíamos llamar una vez a Tara y Amber?- hablo Liv mientras sacaba su celular, dispuesta a llamarles.

-No no, creo que es mejor dejar a Tara tranquila, quizás ahorita quiere tener su mente ocupada y no pensar en esto- respondió Chad mientras abrazaba con uno de sus brazos a su novia, la cual tenía un rostro notablemente preocupado.

-No se preocupen, yo iré a la casa de Amber para ver cómo están- ofreció Wes, quizás con eso lograría calmarse tanto él como los demás.

-¿Estás seguro? Digo, no creo que sea muy buena idea que andes solo por ahí con un asesino suelto- arremetió Mindy.

-Estoy muy seguro, no me pasará nada a plena luz del día.

Los hermanos Meeks se miraron cuando el rubio menciono aquello último, ellos sabían muy bien que eso no era muy cierto, lo sabían por lo que le había pasado a su tío años atrás.

-Voy a estar bien chicos, se los prometo.

Mindy estuvo apunto de hablar, pero Chad le detuvo poniendo su mano sobre su hombro.

-Esta bien Wes, cuídate entonces.

El jugador fue el último en hablar, las chicas se despidieron del hijo de la Sheriff, mientras esté salía de la estación de policía. Quien era observado por su madre por una de las ventanillas, mientras se encontraba haciendo algo del papeleo.

-Hector.

-¿Si?

-¿Podrias hacerme el favor de vigilar a mi hijo? Yo puedo quedarme aquí haciendo todo el papeleo.

-Como usted diga.

No podía oponerse a su superior, su palabra era ley en la comisaría, así que si pedía algo, tenía que hacerse en ese instante, y si ella decía que podía con una cosa, pues era porque decía la verdad.
El policía con barba tomo sus cosas, tales como las llaves de su patrulla, y su arma, para así salir del edificio para comenzar el seguimiento al joven.

***

Llegó el momento en el que Tara tenía que irse, Amber quería que no se fuera, quería tenerla más tiempo junto a ella, quería tenerla en sus brazos por más tiempo, quizás para siempre, pero eso no era posible ahora.
Se encontraban en la entrada de la casa, estaban teniendo una pequeña plática.

-Muchas gracias Amber por dejarme quedarme.

-No hay de que Tara, sabes muy bien que mi casa es tu casa.

-En ese caso ya se donde quedarme si es que mi madre me tirará a patadas de la casa.

Las dos rieron ante aquel comentario, a pesar de que sabía que esa situación era muy difícil que se diera, después de todo la madre de la más baja no estaba en casa la mayoría del tiempo, por ende no tenía nada de tiempo para enterrarse de lo que pasaba en el pueblo o con su propia hija.
A Freeman era más que obvio que tal comportamiento de la señora Carpenter le enojaba, a tal punto de pensar que sería una buena idea acabar con ella, nadie se daría cuanta de su ausencia, pero por eso mismo le era imposible dar con ella y por ende matarla, así que tenía que lastimosamente para ella tenía que mantener esas ideas como fantasías.

Tara dejo de reírse, para después mirar a su amiga la cual aún seguía riéndose entre dientes, y no pudo evitar formar una sonrisa en su rostro, no iba a negar que Amber se veía linda cuando reía. Se le quedó viendo un par de segundos, y a decir verdad le hubiera gustado mirarla más, pero sentía que no estaba bien, era su amiga, nada más.
Carraspeo para así sus pensamientos desaparecieran, llamando la atención de la más alta, teniendo ahora sus ojos sobre ella, lo cual la puso nerviosa.

If I Can't Have Her No One Can - TamberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora