Amor artístico

Cita

Llegó el día de la cita, y Tn ya la estaba esperando en el lugar acordado. Estaba vestido con un pantalón azul oscuro y una playera negra. Sana no tardó mucho en llegar, ella estaba vestida con un pantalón negro, y lo que parecía ser una chamarra abierta hasta arriba del estómago, dejando ver que no tenía nada debajo.

—Tn: Realmente te gusta sentirte libre al vestirte.

—Sana: ¿Me veo mal?

—Tn: No, te vez muy bien. Vamos.

Aún con lo reveladora que era su ropa, él ya la había visto desnuda suficientes veces como para no alterarse al verla así.

Los dos comenzaron su cita, lo primero fue ir a un museo. Al ser uno cercano era obvio que los dos ya lo habían visitado antes, pero nunca lo habían hecho juntos, y al tener cada uno un gusto diferente, podría ser una experiencia nueva.

Al llegar lo primero que vieron fueron las pinturas, Sana le explicó a detalle cada una de ellas, mientras él la escuchaba, eso también le ayudaría para mejorar su forma de pintar.

Lo más complicado fue el arte abstracto, él nunca había sido un gran fan de ese estilo, aun así, la escuchó con mucha atención.

Vieron todas las pinturas, y después comenzaron con las esculturas, y aunque ella sabía bastante, seguía siendo menos de lo que él sabía.

Mientras estaba explicándole sobre una que le gustaba mucho, se dio cuenta de que ella lo estaba mirando a él y no a la escultura.

—Tn: ¿Ocurre algo?

—Sana: Oh, no, no es nada. Es solo que me gusta verte así.

—Tn: ¿De qué hablas?

—Sana: Aunque es notorio que sientes un gusto por dibujar, nada iguala tu expresión cuando se trata de las esculturas. Puedo ver enseguida lo mucho que te apasionan, y me gustaba bastante verte así.

Ella le sonrió y él solo se sonrojó un poco.

—Sana: Me recuerda a cuando nos conocimos.

—Tn: Sí, eso fue un poco vergonzoso.

—Sana: Aunque te costó un poco de trabajo tomar el valor de preguntar si podías unirte al club, cuando saqué el tema de las esculturas toda tu vergüenza se fue y simplemente hablaste sin parar.

—Tn: En esa época no tenía a nadie con el que poder hablar de mis aficiones. La mayoría de mis compañeros tenías sueños diferentes, ser el único que quería ser escultor no me parecía algo para presumir, pero tuve suerte de conocerte.

Ahora fue ella la que se avergonzó un poco.

—Sana: Yo diría que los dos tuvimos suerte.

Continuaron con el recorrido al museo, hasta que terminaron todo el recorrido. Fue interesante ver que tenían diferentes perspectivas de las mismas obras, por lo que decidieron ir a algún otro museo cuando tuvieran la oportunidad.

Salieron de ahí y fueron a comer algo, realmente su plan principal era solo ir al museo, pero terminaron antes de lo planeado y ahora tenían que pensar en que hacer.

—Sana: No te preocupes, tengo un plan.

—Tn: ¿Enserio?

—Sana: Sí, la verdad soy inexperta en las citas, por lo que decidí pedir ayuda de Hachioji.

—Tn: ¿De Naoto? Aunque ya tuvo una especie de cita con Nagatoro, no sé hasta qué punto él sea de ayuda.

—Sana: Él tiene conocimientos teóricos sobre esto. Aunque cree que no me daba cuenta, sé que siempre estaba leyendo manga cuando tenía tiempo libre, y muchas veces era sobre romance.