Veintidós🐺

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—¡Señor Shi! —la pequeña Ton corrio hacia los brazos del alfa, cuando su padre abrió la puerta la puerta de su casa. Dejando entrar al mayor que se arrodillo en el suelo con sus brazos extendido a la espera de la pequeña que rodeo su cuello con sus delgados brazos. —Lo extrañe mucho.

—Yo también te extrañe. —Zee abrazo el cuerpo de la niña, cargándola en sus brazos para levantarse del suelo y así poder saludar correctamente a su omega. —Hola cariño.

—Hola cielo. —NuNew se puso de puntitas para besar los labios del alfa escuchando un quejido de desagrado de su pequeña. —¿Y eso?

—Babas. Iugh.—la pareja rió divertida por el ceño fruncido de la pequeña que solo hacia que se viera más tierna de lo que ya era.

—¿No vas a darle un beso al señor Shi? —pregunto el omega mientras el alfa acercaba su mejilla al rostro de la pequeña.

Ton lo miro unos largos segundos, pensando si besar la mejilla del alfa. Miro a su padre que le sonreía con ternura y después al alfa que le hacía ojitos con una sonrisa dulce. Ton frunció sus labios y su padre creyó que estaba apunto de negarse hasta que la pequeña se inclino para dejar un pequeño beso en la mejilla del alfa que sonrió aún más, volteando su rostro para besar la frente de la niña.

—La piel del señor Shi es muy suave. —la pareja se miro enternecida antes de reír suavemente por las palabras de la pequeña.

—Gracias pequeña. —Ton sonrió. —Bueno, ¿lista para ir a desayunar juntos?

—¡Sii!

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—¡Vamos a ahí! —Ton tomo la mano del alfa, arrastrándolo hacia una cafetera con juegos infantiles. Mientras que por su parte el omega veía a su pareja ceder ante los caprichos de la pequeña, sonriendo suave mientras los acompañaba a la distancia.

—Buen día, ¿que puedo ofrecerles? —la cajera le pregunto a la pareja.

—Buen día, primero. —el alfa bajo su mirada para tomar a la cachorra entre sus brazos. —¿Que vas a pedir, Nini? —Ton lo pensó, antes de señalar un pastel de chocolate. —De acuerdo.

—Y un capuchino suave, sin tanto café. —Zee asintió ante el pedido del omega.

—¿Tú qué vas a pedir, cielo? —NuNew miro el menú.

—Un café simple nomás. —el alfa asintió.

—Y yo un expreso doble. —la cajera asintió, anotando todo los pedidos en la computadora. —Y añadí un pastel de fresa, otro de café y uno de arándanos.

—De acuerdo, ¿eso seria todo? —el alfa asintió. —Perfecto, ¿efectivo o tarjeta?

—Tarjeta. —el alfa saco su tarjeta, dándosela a la cajera que la tomo para cobrar el pedido, luego de que el alfa ingresará el código.

—Muy bien. —la chica le regreso la tarjeta al alfa, ignorando la penetrante mirada de la pequeña que abrazaba el cuello del mayor. —Gracias por venir, cuando vea el número de su ticket en la pantalla del marcador, significa que su pedido ya está y puede venir a retirarlo con el mismo.

—Esta bien, muchas gracias. —la cajera asintió.

—Son una familia muy bonita. —la pareja miro a la cajera que les sonreía con dulzura. —Se los ve muy unidos, su hija de ser la niña más feliz del mundo.

—Muchas gracias. —NuNew le agradeció mirando a su hija y el alfa jugar entre sí. —Aunque si te soy sincero, no se quién es la niña y quién es el alfa, porque se comportan igual. —la cajera rió viendo con ternura la escena del alfa y la pequeña.

—Se nota que es un buen padre. En esta sociedad, es muy raro encontrar alfas que realmente amén a sus hijos...siempre suelen abandonarlos. —NuNew miro a la cajera. —Espero que sigan así de felices siempre.

—Muchas gracias y espero que tú también lo seas. —NuNew se despidió con una sonrisa. Buscando al alfa y su hija que se habían ido hace bastante tiempo, a buscar una mesa libre.

El omega los busco por un tiempo hasta que los encontró en la mesa más cercana al patio de juegos. Zee ayudaba a la pequeña sentada en suelo, a quitarse sus zapatos para que pudiera irse a jugar a los inflables, mientras está no paraba de mirar fijamente el patio hasta que lo sus zapatos estuvieron fuera de sus pies y pudo levantarse para correr e irse a jugar.

—Wow, es muy rápida. —NuNew rió divertido acercándose a su alfa, que sacudía sus rodillas, limpiando el polvo de su pantalón.

—Lo es, pero solo cuando quiere jugar. —Zee volteo a ver a NuNew, que se sentó en una de las sillas libres. —Tenes que pensar que si tenemos más hijos, venir a aquí se va a volver una rutina.

—Nada va a hacer que me retracte, estoy dispuesto a embarazarte Chawarin. —NuNew se sonrojo, evitando la mirada del alfa que se había sentado a su lado.

—No digas eso tan fuerte, ¿que pasa si se te escuchan?

—¿Eso importa? —Zee dejo los pequeños zapatos de la niña sobre la silla libre, mientras intentaba que el omega volteara a verlo. —Cariño...

—Ya, entendí. Quieres hijos y no hay nada que pueda hacerte cambiar de opinión. —Zee asintió con una sonrisa mientras el omega volteaba hacia el patio de juegos donde su pequeña hija corría de un lado a otro con más cachorros que también estaban ahí. —Vas a necesitar un milagro para sacar a Ton de ahí.

—Lo haré, tu confía en tu alfa. —NuNew sonrió.

Los minutos pasaron, mientras la pareja conversaba alegre sobre lo que harían el próximo fin de semana o cuando el alfa tuviera tiempo.

—¿Vas a volver a trabajar conmigo?

—Lo haré. —Zee sonrió triunfal, tomando la mano de su omega, besando su dorso. —Oh, ya está nuestro pedido.

—Tu ve por él, mientras yo iré por Ton. —el omega asintió tomando el ticket y levantandose de la mesa para ir por el desayuno de los tres. Mientras que Zee se alejaba hacia el patio de juegos, llamando varias veces a la pequeña hasta que está apareció con un triste puchero y las lágrimas callendo por sus ojos. —¿Cariño que paso?, ¿por qué lloras?

Ton estiró sus pequeños brazos hacia el alfa que la tomo en brazos, secando sus lágrimas con su mano y besando repetidas veces su frente para que se calmara. Ton se abrazo con fuerza el cuello del alfa, mientras esté trataba de que le dijera algo.

—¿Ton?

—Un niño...me empujó del tobogán y yo me caí...y y y me raspe la rodilla, el se rió y me dijo que mis coletas eran feas. —Zee frunció su ceño molesto, mirando hacia el interior del patio.

—¿Me puedes señalar quien es? —Tom asintió lento, mientras salía de su escondite en el cuello del alfa. Apuntando con su pequeño dedo índice a un niño junto a un omega. El alfa no lo dudo ni dos segundos antes de acercarse con la cachorra en brazos, directo a enfrentar al niño que la había echo llorar. —¡Ey, tu!

El niño volteo hacia el alfa con el ceño fruncido, por lo que su padre también lo hizo, abriendo sus ojos con gran sorpresa.

—¿Zeepruk? —el alfa se detuvo, pasando saliva con dificultad, cuando sus ojos chocaron con los del omega.

—Saint.

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&SHADOW

El favorito del jefe [ZEENUNEW] OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora