Treinta y cuatro🐺

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Zeepruk se levantó de la cama, buscando su camisa para poder limpiar al omega que permanecía acostado boca abajo, sudado y con leves espasmos en su cuerpo. El alfa volvió tiempo después mirando el desastre que era su novio después de cuatro días de compartir sus celos, le parecía adorable lo pequeño que se podía ver su omega después de varias rondas de sexo.

—¿Estás bien? —el omega lo miro, asintiendo suave para después volver a girar su rostro. —¿Seguro?

—No siento las piernas. —Zee sonrió acariciando la espalda de su pareja suavemente, para después limpiar el interior de sus muslos que estaban llenos de su escencia. Tal vez, si debió usar condón, al menos una vez.

—Vete acostumbrando a que mis celos son mucho más largos, pero como es el primero juntos...tome algunos supresores para cortarlo. —NuNew asintió, agradecido porque si tenía que aguantar el celo de su alfa otros tres días más, posiblemente se desmayaría. —¿Con quién estoy hablando ahora con NuNew o con su travieso lobo?

—Con NuNew, ni mi lobo te aguanto. —Zee rió con ganas acostándose a un costado del omega y arrojando su camisa lejos.

—Tu querías pasar nuestro celo juntos, no es mi culpa. —NuNew volteo sobre su cuerpo, mirando al alfa con el ceño fruncido. —No me mires así.

—Idiota. —Zee sonrió, bajando su mirada al abdomen del omega, llevando una de sus manos hasta su vientre bajo.

—Te verías hermoso con un cachorro en tu vientre. —las mejillas de NuNew se tiñeron de rosa mientras Zeepruk daba suaves caricias en su abdomen. —Te amo.

—Tambien te amo. —NuNew sonrió besando la mejilla del alfa que volteo su rostro para besar sus labios, llevando su mano hacia la cintura del omega, atrayendo su cuerpo hacia el del alfa.

—¿Otra?

—No. —el alfa hizo una suave puchero que el omega beso para después sonreír. —Eres cruel.

—Tenias muchos omegas para elegir pero te quedaste conmigo.

—Y no me arrepiento.

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—¿Ton? —La voz de Janis era suave, cargada de una ternura que apenas ocultaba el cansancio acumulado durante esas largas horas. La pequeña, que había pasado nueve horas en su forma animal, finalmente había regresado a su forma humana gracias a la ropa de su padre omega que Janis había ido a buscar. La omega se acercó con pasos cuidadosos, sabiendo que la niña todavía podría estar asustada o confundida por lo que acababa de pasar. —¿Estás bien?

Ton, quien se encontraba en la cama, sentada con las piernas cruzadas, levantó la mirada con algo de timidez. Sus ojos grandes, aún húmedos por las lágrimas recientes, brillaban con la inocencia de una niña que no entendía del todo lo que había experimentado, pero que, de alguna manera, sentía el peso de haberlo hecho.

—Tía Janis... —La pequeña alfa habló con voz temblorosa, su tono suave y cargado de culpabilidad. —¿Te lastimé también a ti?

Janis negó con suavidad, acercándose a la pequeña con una calma que intentaba transmitirle seguridad. A medida que la niña levantaba los brazos, Janis la abrazó con fuerza, envolviéndola en un cálido y protector abrazo. Las pequeñas manos de Ton se aferraron a ella con desesperación, como si temiera que algo malo pudiera ocurrirle si la dejaba ir.

—Tranquila, Ton. No lastimaste a nadie, esto es completamente normal. —La omega acarició con suavidad el cabello de la pequeña, luego besó su frente y sus mejillas, como si intentara borrar las lágrimas que manchaban su rostro. Los ojitos de Ton se humedecieron nuevamente, y unas pequeñas lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas, saliendo de esos ojos dorados que reflejaban confusión y tristeza. Janis, con el corazón encogido, secó las lágrimas con la palma de su mano, sintiendo una mezcla de dolor por la niña y ternura infinita por ella. —Ton... no te culpes. Sé que puede ser difícil de entender porque eres pequeña, pero esto es algo que nos ha pasado a todos. A tu papá le pasó, a Zeepruk también, e incluso a mí.

El favorito del jefe [ZEENUNEW] OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora