El favorito del jefe [ZEENUNEW] OMEGAVERSE

Cuarenta y siete

—Déjame cargarlo, Zeepruk. —La voz de Janis sonó firme, pero Zee negó con la cabeza, abrazando al bebé con más fuerza, pegando su pequeño cuerpo contra su pecho. Alejándose de su hermana, quien parecía tener toda la intención de quitarle al pequeño.

—¡Zeepruk! —La voz de Janis se elevó, pero él la ignoró, el instinto paternal y la necesidad de proteger al recién nacido opacando cualquier argumento.

—No, es mi hijo. Yo lo hice. —Zee murmuró, casi sin poder contener su emoción. No era egoísmo, era pura necesidad. Su bebé, tan pequeño, tan vulnerable, tan perfecto. Era su responsabilidad cuidarlo, protegerlo.

Janis bufó, cruzándose de brazos. Miraba con desdén a su cuñado, esperando que él, como siempre, interviniera y pudiera calmar las tensiones, pero él no parecía dispuesto a ceder. Janis, al darse cuenta de que no iba a lograrlo, giró hacia su cuñado, aún esperanzada en que él tuviera una palabra que decir.

—A mí no me mires. Ya hice mi trabajo, ¿querías un sobrino? Pues ahí lo tienes. —El tono de su cuñado era un tanto sarcástico, pero también se notaba el cansancio de tantos días de esperar, de tantas horas en el hospital. Señaló al bebé que, ahora dormido, parecía tan ajeno a todo lo que ocurría alrededor. —Pero primero tendrás que quitárselo a Zeepruk. Está embobado con el cachorro. Las únicas veces que lo suelta es cuando hay que alimentarlo.

Janis, algo exasperada, decidió cambiar de tema y hacer una pregunta que rondaba en su cabeza.

—Hablando de alimentar bebés... ¿le darás pecho? —Su mirada se posó en NuNew, quien asintió con calma.

—Sí... bueno, más o menos—dijo NuNew, mirando a su cuñada.

—Pero dime —dijo Janis, con una sonrisa. NuNew se sentó cuidadosamente en una silla mecedora, ayudado por Janis, mientras las últimas semanas de recuperación seguían doliendo tras la cesárea.

—Depende del tipo de omega y lo que el cachorro necesite —respondió NuNew, comenzando a explicar los detalles sobre la lactancia. Janis lo miró confusa, intentando entender todo lo que NuNew estaba diciendo. — Mi nivel de feromonas es bajo, aunque sigo considerando que mi linaje está errado y que no soy un omega dominante. No tengo problemas con dar pecho, pero tengo que estar medicado. Por eso, prefiero hacer mitad fórmula, mitad pecho. —NuNew habló con una sinceridad que sorprendió a Janis, quien solo pudo asentir en silencio.
—Y lo que sobra es para mí. —De repente, Zee apareció en el marco de la puerta, meciendo al bebé con una sonrisa satisfecha. Miró a los dos omegas, quienes le lanzaron una mirada de desdén.

—¿Qué? —El alfa se encogió de hombros, sin comprender la reacción de su hermana.

—Eres un pervertido asqueroso —dijo Janis, refiriéndose a la ocurrencia de Zee.

Zee, con una risa juguetona, le sacó la lengua a su hermana.

—Como sea, ¿qué tal va la mudanza? —Preguntó Janis, tratando de desviar la atención.

—Solo nos falta traer algunos muebles y mandar a pintar el cuarto de Ton. Ahora no le gusta el verde, quiere celeste pastel. —Janis sonrió divertida por los cambios drásticos de su sobrina, quien nunca dejaba de sorprenderla con sus decisiones caprichosas.

Zee sonrió, recordando sus problemas al encontrar una casa. Sabía que su vida estaba por cambiar, que la familia comenzaba a expandirse, pero también sentía el peso de la responsabilidad. Recientemente habían comenzado a planificar la mudanza. La casa de NuNew, con sus dimensiones cada vez más reducidas, ya no era suficiente para una familia que crecía rápidamente. El departamento de Zee tampoco era el lugar ideal para criar niños, por lo que la búsqueda de un nuevo hogar había comenzado.