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TOM

Claire estaba frente mío, se encontraba aún sobria,o eso parecía. Soltaba palabras, oraciones, contándome quien sabe que, era imposible prestar atención a lo que su boca decia y lo era porque mí mente no dejaba de pensar en Bill, y el hecho de que tenía novio. ¿Era en serio?

¿Cómo podía salir con ese bulldog? Entendía que era rubio, y alto,y blanco y bueno era un gran estándar si se veía desde otro punto pero, pero...mierda ¡Si era un buen partido! ¿Por qué me molestaba tanto? Empezaba a estresarme, no entendía que era lo que ese maldito pelinegro provocaba en mí. ¡Bueno! Si lo entendía, se muy bien lo que me pasa, pero no podría aceptarlo. Y si lo hiciera, sería una estupidez. Siempre me gustaron las mujeres, siempre me gustaron. Siempre.

Pero Bill, tenía algo.

Bill era un chico afeminado.

Era un chico lindo.

¿Lindo? Perdón ,esa palabra quedaba corta frente a él.

Bill...era Bill.

Bill era Bill y lo supe desde que lo ayude a llegar a su casa

Y aunque que exista el hombre más macho o heterosexual o mujeriego del mundo, miraría a Bill, y cambiaba a ser un puto gay de inmediato. Y era lo que me estaba pasando

Bill me estaba cambiando.
Y eso me asustaba.

Ahora que se que le gustan los hombres, hubiera tratado de conquistarlo sin duda, pero el hecho de que tenía novio, y era ese rubio oxiginado que de seguro pasa sus exámenes raspando,y que ni debe saber dónde se encuentra el clitoris. y aún así había conseguido ser alguien especial para Bill. ¡Hijo de puta!

Aunque ¿Que mierda me importaba eso a mí? Nunca me preocupe por eso. Llevaba relaciones con mujeres casadas y nunca me detuve a decir "pobre hombre" para nada! Que le importaba eso a mí polla!

–Claire ya vengo— dije de la nada ibterrumpiendola —Bueno, mejor  te seré sincero— ella paro en seco dejando de hablar — me aburriste ¿Si? Ahora ve a casa o sigue haciendo lo que se te cante, pero adiós. — dije antes de despedirme con un beso en la mejilla, mientras que ella quedaba perpleja por tal acción —Para que veas que no soy tan hijo de puta— agregué sacando mí billetera y dejándole dinero para que lo usase para un Uber o para lo que ella quisiese.

Pero no me importaba, yo iba a buscar a Bill.

Empecé a buscarlo con la mirada, mientras caminaba al centro del lugar pensando que talvez se encontraría ahí. Pero no fue así. Seguí a pasos rápido tratando de esta vez salir de ese agujero negro, atravesando a toda esa gente que intentaba bailar conmigo o me tocaba el hombro. Pero una vez que estuve a casi afuera del lugar me detuve.

–¿Estás bien?— pregunté

Era la amiga del pelinegro. Natalie.
Estaba llorando, sentada en uno de los sillones, sola. ¿Donde estaría Bill? Claro! Con su novio el bulldog.

–¿Eh?— pregunto levantando su cabeza para mirarme,y notar que tenía todo el rimel corrido y la nariz roja. Si no fuera porque ansiaba saber dónde estaba Bill, hubiera huido de aquel escándalo. Pero como no es el caso, me quedé.

–¿Estás bien?— volví a preguntar

–S-si...

–Pues no lo creo, ¿Por qué estás llorando?— me escucho y detuvo sus expresiones, pasando su pequeña mano por sus ojos para secarse las lágrimas,y mirarme otra vez

–Es que...Es que extraño a mí ex novio— Y volvió a largar el llanto como una nena.

Mier!da ¿Que debía hacer? Nunca me gustó lidiar con problemas de otros. Nunca supe cómo manejar situaciones así, dónde la gente...llora. Me ponía nervioso el verla de tal forma.

Love Who Love You Back // TollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora