Capítulo siete

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06 de abril, 2013

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06 de abril, 2013

Hoy es el día, aun no me creo que haya ido a pedirle a Alex que fuera mi novio falso y más aún que los últimos días se fueran volando, sentí como si hubiera cerrado los ojos y ¡BOM! Adiós jueves y viernes.

Y heme aquí, alistándome para ir con el idiota del Alex a la casa de mis padres. No me iba a alistarme mucho la verdad, iría un tanto casual, en sí me puse un vestido ligero azul marino con lunares azul agua, si me gusta mucho el azul. Me llega más o menos a la mitad del muslo, me puse unos zapatos a conjunto con el vestido, me maquillé un poco, me puse labial rojo no muy fuerte, dejé mi cabello suelto sin hacerle nada, no quise plancharlo. Eran alrededor de las 4:20 p,m, y el orco no aparecía. Tome mi móvil y le llame, ya me escuchara.

¿Diga? se escuchaba jadeando y se le entrecortaba la voz.

— ¿Quién te crees que eres? — le pregunté casi gritando, ¿cómo no hacerlo? Llegaríamos retrasados.

¿Quién '*me creo que soy? Soy Alex Brown el capitán de fútbol. contestó altaneramente, haciendo que me riera.

— Mira orco, si no estás aquí en menos de media hora, no volverás a jugar a tu preciado fútbol. ¿Sabes qué hora es?

Si, si ya voy, no te enojes si no te pondrás más fea, bruja.

Corta la llamada y vuelvo a echar un vistazo en el espejo, me retoco un poco más los labios para luego despistarlos, me siento indecisa.

***

El aroma a auto nuevo y la del orco se mezclaban haciendo una sola. En realidad nunca pensé que me subiría a un Audi, cuando lo vi afuera de mi casa me sorprendí; en fin, la actitud del tipo que tengo a mi lado, es un asco, se podría decir que desde que estamos en camino a la casa de mis padres no habíamos hablado, en si solo me pregunto la dirección, dijo no sé qué cosa de un entrenador y me callo, en los pocos minutos que llevábamos en camino nos mantuvimos en silencio, solo se escuchaba el tránsito y algún que otro claxon. Cuando decido preguntarle alguna cosa equis para saber de él, no sé, qué le gusta o que no le gusta, tal vez es alérgico a alguna fruta, o comida y él está jugando como si no le importara nada.

— ¿Podrías tomarte esto en serio? — quería sacarme de mis casillas, eso es seguro. — Tomaré esa respuesta como un no. Si llegas a ser alérgico a algo, dejaré que te mueras ahí mismo.

— Si, si, como sea. — hace un ademán con su mano. — No soy alérgico a nada, así que no te preocupes por eso.

Ya no le pregunte nada, sería inútil hacerlo, mejor me evitaba que me contestara así. ¡Ash! Ojalá fuera alérgico a algo para poder darle una comida y que su muerte sea natural.

No me había dado cuenta que en la guantera tenía pegado un Post It, lo tome para leerlo, me topé con una hermosa caligrafía y buena ortografía, dudo mucho que sea del orco. Domingo, a las 6:30, cena con mamá.

¿Novios Falsos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora