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Familia

—¿Madre, yo? Nunca me lo imaginé

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—¿Madre, yo? Nunca me lo imaginé.

Esas palabras eran verdad, nunca pensó en ese aspecto de sus responsabilidades como líder del Clan. "Tener un hijo o hija que heredera el Clan."
No lo hizo por el estilo de vida que no era una en la podías criar a un ser humano, era muy consciente de ello. Estaba llena de altibajos sin nada que fuera muy duradero, exactamente lo que un niño necesitaba. Aunque ahora pensándolo bien, mala madre no sería, pero ahora no era el momento más ideal que pensar en eso. No especialmente cuando hay una maldición suelta por ahí que la quiere matar.

—Serías buena madre como yo buen padre.

—Tú serías un niño adulto Gojo, como paso con Megumi. Hasta él parecía más maduro a esa edad que tú a los dieciocho.—se burló ella.

—Dejando eso de lado, ¿nunca lo has pensado?

—Nu-uh.

Terminaron de desayunar y se arreglaron para ir a esa reunión. Aunque primero Gojo amenazó varias veces al pobre Ichiji que creará un nuevo horario para el director Yaga durante dos horas para que Shinei y él pudieran hablar con el director Gakuganji sin interrupciones. Entraron a la Escuela de Jujutsu y buscaron la habitación en la que Gakuganji estaba esperando a Yaga.

—¡Buenos días director Gakuganji!—exclamó falsamente alegre el albino con la tela tapando sus Seis Ojos. Shinei entró detrás de él, tenía unos lentes negros puestos.—Traigo compañía conmigo.

—Satoru Gojo.—pronunció algo irritado su nombre, sin pasar desapercibido a la mujer sentada a su lado.—Y Shinei Jinsei, explíquense, ¿cuál es el significado de todo esto?

—Director Gakuganji, no finja que no sabe de lo que venimos a hablar.—dijo ella sin el mínimo interés en el director de Kioto.—Digamos que sabemos que trama algo contra Itadori Yuji, nosotros dos solo hemos venido a dejarle un pequeño recordatorio.—se bajó un poco sus gafas de sol, dejando ver sus Ojos Divinos.—Si intenta hacer algo durante el Festival de Intercambio, te aseguraremos que no nos comportaremos tan educadamente como esta vez con usted y el resto de los Altos Mandos.

—No entiendo por qué vienen aquí con acusaciones sin fundamentos ni pruebas. Es algo bastante grave acusarme de algo así.—contestó el director Gakuganji.—Especialmente tú, Shinei Jinsei, te creí por una persona más razonable.

—Bueno soy razonable en ocasiones, aunque cuando planean quitarle la juventud a un adolescente, me vuelvo un poco más difícil.

—No te mataría tenerme un poco de respeto, mocosa líder del Clan Jinsei. Aún no puedo creer con lo razonables que dan tus queridos padres, te hayan dejado el Clan a una persona como tú. Encima que los matarás más tarde.

—Eso me da más razones para no tenerte respeto, los altos mandos os creéis tanto cuando no aparentáis más que ser una personas altaneras y soberbias.

—Esperamos que con esta pequeña conversación sea más que suficiente, odiaría tener que tomar otros métodos más molestos.—dijo Gojo terminando la conversación, ambos se levantaron para irse.—Ah, y el director Yaga llegará dos horas más tarde. Le ha surgido un pequeño cambio de horario.

Lo decía casi riéndose Gojo, le encantaba tomarle el pelo y molestar a los altos mandos. Ya que era muy consciente de lo intocable y especial que él mismo era para ellos y para el Mundo de la Hechicería. Shinei lo seguía mientras caminaban por los pasillos de la Escuela, en los que una vez hace tiempo ellos eran el dolor de cabeza de todos. Y muchos les tenían miedo a ambos por ser algo alocados durante los últimos años como estudiantes aquí. Geto y Shoko eran como la voz de la conciencia y razón para ellos, los que los sacaban de problemas y mayoritariamente intentaban evitar que se metieran en ellos en primer lugar.

Era nostálgico venir a este lugar, que albergaba tantas memorias como buenas y malas. También era un recordatorio constante de que el mundo que ellos conocieron una vez, había desaparecido junto con los sueños que tuvieron cuando eran jóvenes. La realidad que vivían ahora, estaba muy alejada de la que una vez pensaron que tendrían a esta edad. Triste, pero no valía la pena pensar en eso o quedarse ahí estancado por algo que no era posible cambiarlo de ninguna forma. "Quizás ellos cuatro nunca estuvieron destinados a permanecer juntos, si no hubiera sido Geto quien muriera, habría sido otra persona. Seguramente entre los cuatro, Shinei debería ser quien muriera."

—¿Sabes que Yaga nos dará un buen regaño en cuanto se dé cuenta de lo que hicimos?— comentó Shinei al salir del edificio principal.

—Lo sé y no me importa, ya tuvimos suficientes regalos de él cuando aún éramos estudiantes. Aunque más yo que tú porque estaba de una misión a otra.—contestó.—Ahora entiendo lo que solías decir, de que el Mundo de la Hechicería no era un lugar seguro para nadie. Ni siquiera los mismos hechiceros porque la mayoría no tiene la libertad de oponerse a misiones y eso lleva a la muerte de camaradas. Te tengo que confesar que al principio no me caías bien, ¿sabias?

—Tú tampoco es que me cayeras bien del todo, eras solo un niño arrogante que se creía el más fuerte de todos.—respondió honestamente.

—Quizás era por los aires de superioridad que sentía de ti, o como siempre te tenían un trato algo preferencial. O que mi ego estuviera dañado por no poder ser el más fuerte.—se rió de sí mismo, siempre lo hacía así para hablar de sus problemas internos.—Siempre nos decían que éramos el futuro de nuestros clanes, cada uno quedó desolado por nosotros. Irónico.

—Seguramente, pero ahora hay una nueva generación de jóvenes hechiceros.—refiriéndose a todos los estudiantes de Jujutsu en la actualidad.—Son el futuro de la Hechicería y yo no me veo en ese futuro incierto. No quiero.

—Es nuestro trabajo guiarlos y es agotador.

—Coincido.—afirmó ella.

Caminaron un rato más, querían disfrutar de estos momentos de tranquilidad que rara vez experimentaban. En especial tras los recientes eventos que le sucedieron a ella, esta paz hasta se sentía algo incomoda porque no era a lo que estuvieran acostumbrados normalmente. Los estudiantes de primer año estaban en una misión con Nanami, mientras que los de segundo seguían en el territorio de la Escuela. Casualmente mientras pasaron por el Campo de Entrenamiento, los vieron ahí.

—Están entrenando a su manera.—comentó al ver como entrenaban cada uno individualmente, Panda haciendo movimientos raros, Inumaki sentado reservando su garganta y Maki con uno de esos muñecos que se usaban a veces para entrenar.—Ahora entiendo porque quisiste ser uno de los profesores aquí.

—Hm...¿Y por qué quise ser un profesor aquí?

—Los estudiantes son como tus hijos y tu el padre soltero aquí, sois como una familia muy unida.

—Los estudiantes son como tus hijos y tu el padre soltero aquí, sois como una familia muy unida

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𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍-gojo satoru ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora