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El arco de Shibuya
"El mismo error de siempre"

Llegaron a la escena en nada después de recibir una llamada telefónica del director Yaga, pasaron la barrera negra que rodeaba la totalidad de la estación de Shibuya

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Llegaron a la escena en nada después de recibir una llamada telefónica del director Yaga, pasaron la barrera negra que rodeaba la totalidad de la estación de Shibuya. Justo en el centro y apogeo de la ciudad. Con sus habilidades grandiosas de cada uno, caminaron por encima de los humanos normales quienes solamente murmuraban ante su llegada. Se colocaron en una posición central, una en la que podían ver casi todo el lugar, menos la estación de metro subterránea. Estaban de espaldas al otro, analizando detenidamente su exterior. "Esto no será difícil, habrá que encontrar quien sea que haya planeado esto." pensó Satoru.
Pudieron sentir la energía maldita de alguna a maldiciones debajo en el metro.

—Me encargaré yo de eso, tú trata de que estas personas se vayan fuera de la barrera. Rómpela, sabes.—le dijo el albino antes de esfumarse.

—Okey Satoru.—murmuró ella.

Camino a paso lento hacia el borde de la barrera de color negro, trató de "romperla" con su Técnica Divina: Destrucción, pero no funcionó. Parecía repeler el efecto y dos civiles pegados a la barre sufrieron esas consecuencias. Ella miró de reojo, dos hombres de mediana edad y solamente rodó los ojos en irritación. "¿Por qué cojones la barrera Jinsei está aquí puesta?" pensó Shinei. Lo reconocería hasta en kilómetros, pero debido a que carecía de esas características físicas que la barrera clásica poseía, no lo recibió de inmediato.
Lo supo porque era la única barrera capaz de revertir tal técnica divina. Los únicos que aprendieron a usarla fueron sus padres, sus dos hermanos mayores y ella misma. Era de tipo defensivo, que requería muchísima energía de su usuario. Nadie "normal" lo hubiera conseguido crear a tal magnitud.

—Y ahora no me deja salir, que bien.—musitó ella molesta a este punto. Tenía el presentimiento de que algo iba a salir rotundamente mal este día y esto se sentía parte de ello.—¿Crees que me puedes atacar así sin más? Recuerda tu lugar, pedazo de escoria maldita.

Parecía una maldición humanizada, tenía todas las ases de un humanos pero ciertas marcas en su cabeza lo distinguían. Además de la energía maldita, la cual se sentía familiar a aquel tío que se hizo pasar por Suguru Geto. Ignoró ese hecho, que error. Fue fácil atacarlo, relativamente fácil, porque ella era monstruosamente fuerte. Ni se molestó en matarlo del todo, solamente lo dejó incapacitado digamos. Quizás se llevó algunos civiles en el proceso, pero esa era la última de las preocupaciones de Shinei Jinsei. Ya que las vidas de los humanos normales tenía un valor casi nulo en estos casos que estaban atrapados dentro de una barrera.

"¿Eso es todo?" pensó Shinei, esto era fácil de por sí, pero demasiado fácil. Luego dio una vuelta en su podido, intentando buscar a Gojo. "¿Dónde está? Debería de haber vuelto para ahora? Oh mierda.." Ella sintió un dolor agudo en su pecho, más intensamente en la zona donde su corazón estaba localizado en. Y un "pum" resonó por todo el lugar, como si algo de gran magnitud hubiera chocado contra el suelo. Algo andaba mal en la pelea de Gojo, así que decidió bajar a la zona del metro, donde aún habían civiles.

—¿Tú otra vez?—pregunte de forma retórica tras darme cuenta de quién estaba detrás de todo esto.—Sabes que juré que esta vez te mataría, me permití hacer ese error las dos primeras veces y estaba vez no pasara.

—Sabía que a ti no sería tan fácil engañarte como lo fue para el usuario de los Seis Ojos. Incluso en mis tiempos gente como tú existían, había una persona en especial justo igual que tú, pero ella sí era una divinidad. Creo recordar que su nombre era Hana Jinsei, ¿sabes de quién hablo?

Era un nombre que vagamente recordaba cuando sus padres la hicieron estudiar la historia del Clan, no sabía mucho sobre ella ya que fue hace tantos años que ni se tiene información sobre su vida o cosas por estilo. Aunque sí que fue justo como Shinei, alguien que heredó los Ojos Divinos y la Previsión al mismo tiempo. Por todo el timoteo que había pasado, era más o menos como una leyenda y también habían algunas historias extrañas que la rodeaban. Aunque no eran tomadas muy en serio dentro del Clan.

—Ella es como yo.

—Para nada, ella era una diosa realmente tan lejos de nosotros pero tú..—se acercó a ella, manteniéndose aún a algunos pasos de distancia.—Eres su maldita reencarnación, y yo la amaba.

—¿Hasta qué la mataste, cierto? ¿es eso a lo que llamas amor?

—No lo entenderías, estás demasiado lejos para entenderlo.

Estaba a punto de atacarlo, su historia por más verídica que pareciera, simplemente le aburría y no valía su tiempo. Especialmente mientras que selló a Gojo frente a sus ojos y caminaba impune, a la vez, manchando aún más la memoria de Geto de lo que ya estaba por sus antiguos errores. Pero hubo algo que la distrajo justo cuando iba a lanzar el primer golpe, esa voz, era su hermano. Giró su cabeza para verlo, y realmente estaba ahí. El se suponía que había muerto, que se tomó esa pastilla porque ella vio su cuerpo muerto y sin pulso o vida. Para que no hubiera un error como tal, se encargó personalmente de todo y esto era imposible simplemente.

—¡Shinei, qué bueno verte después de tanto tiempo! Ese lugar en el que me has guardado, era algo pequeño y estrecho para mi gusto.—dijo "Keishin" mientras se estaba estirando. Mantenía una caja blanca en su mano, le resultaba extrañamente ese objeto. El cual era maldito por esa energía maldita que soltaba.

Fue inevitable para ella cometer el mismo error de siempre, se volvió débil y eso le paso factura. No podías ser débil si ostentabas el privilegio de ser considerada y llamada por los demás como una diosa, una divinidad, un ser superior al resto de los mortales en la Tierra. Le dejaron en bandeja de plata el mismo problema de la última vez, pero reaccionó casi igual a ese momento. En este caso era su medio hermano, Keishin Jinsen, una persona que ella amó mucho en su tiempo pero cuando decidió matar a su propio hermano mayor, así traicionándola, no permitió esa falta de respeto sucediera.

Algunos podían tacharla de cruel o severa si no la conocían realmente, esa era la reputación que la precedía de los antiguos líderes del Clan Divino. Aunque eso estaba muy alejado de la realidad. Si tú la ponías al lado de los líderes que estuvieron antes que ella, por ejemplo sus padres, Shinei era un pan de Dios que no dañaría ni a una mosca. En cambio, poseía un poder no visto desde hace seis siglos en la historia contemporánea, ella era fuerte pero con un corazón humano, uno débil.

Por lo que al ver a Keishin quien ella mató ahí atrás saludándola tan alegremente, su corazón se rompió por segunda vez. Tal como lo hizo cuando sucedió lo de Suguru Geto.

"Era mi hermano y yo lo maté por el bien de todos, creo que he sacrificado suficiente."

"

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𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍-gojo satoru ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora