𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍-gojo satoru ✅

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Debilidad

"Si una diosa tiene una sola debilidad,
sus enemigos no harán más que explotarla."

Como la futura líder del Clan Jinsei nunca me permití a mí misma cometer ningún tipo de error, ya sea debido a la madurez desde la temprana edad y por la presión de mis padres. Debía de ser perfecta en cualquier sentido y todo momento, no debía de mostrar miedo o debilidad porque arruinaría la reputación del Clan según ellos. Aunque también había que decir que estaban un poco bastantes dementes y no pensaban con claridad la mayor parte del tiempo. Me di cuenta de eso cuando empecé mi adultez. Aunque los odiara tanto por todo lo que me hicieron sufrir, seguí con esos morales el resto de mi vida. Hasta que mi única debilidad llegó, Suguru Geto. Lo amaba pero no de esa manera, para mí, era un hermano más. Mi segunda familia, si incluíamos a Shoko.

—¿Crees que me he vuelto más débil?

—Para nada, eres aún la Hechicera más Poderosa y la Divinidad del Clan Jinsei.—respondió con un tono honesto.—Tu apellido lo dice todo.

—Cierto.

—¿Pero por qué preguntas sobre eso?

—Necesitaba la opción de alguien que no fuera yo, tengo una sensación extraña sobre mi.

Era una noche tranquila, con pocas nubes visibles aunque la Luna no hizo su aparición. Solamente unas cuantas estrellas esparcidas por el mar nocturno con espuma de color plata, que le quitaba protagonismo a las estrellas. Todo se había vuelto estabilizar tras su accidente, yo no lo consideraría como una derrota. Era de todos los sentidos un accidente causado con el repentino problema que estaba sufriendo por las previsiones. Ninguno de los dos dormíamos muy bien, nos gustaba hablar entre nosotros sobre temas que no hablábamos con otras personas.
Era un momento íntimo que nos gustaba compartir.

—Oh, es Keishin, me pregunto porque me llama tan tarde. Debería de estar durmiendo.—murmuré mientras tomaba la llamada.

De lo que mi hermano me iba a informar, tenía que decir de sobra que no me esperaba nada eso. Todo menos esa noticia que hundió a mi corazón a los segundos de haber procesado la información dada. Y mi mundo pareció perder algo de color y a mi alna le faltaba una parte.

—¿Qué sucedió?—preguntó el albino intrigado.

—Tora ha fallecido por una maldición.

Las noticias del fallecimiento de uno de sus hermanos le sentaron como si le hubieran lanzado un cubo de aguas helada. Se quedó paralizada procesando toda la información y sus sentimientos por unos minutos, hasta que reaccionó, el ya la estaba abrazando, seguramente en un vago intento de consolación que ella aceptó. Era lo único que tenía.

Se vistieron rápidamente y bajaron a la morgue de la Escuela de Hechicería, justamente esa noche como todas las demás, Shoko obtuvo el turno de noche. Fue reconfortante ver a una cara conocida pero ese sentimiento se desvaneció nada más ver el cuerpo. Hasta ese momento, me negaba a aceptar su muerte, mi cerebro ya lo aceptó pero mi corazón ni mi alma podrían. Tora era una parte de mi, de mi sangre y familia, sufrió también bajo este Clan liderado por ineptos y lunáticos. Mi hermano mayor que falló rotundamente a las expectativas de mis padres y fue condenado por ello. Fue castigado por algo que estaba fuera de su alcance, solo porque no tenía la "Previsión", y sí los Ojos Divinos, mis padres lo ignoraron toda su vida.

"Eres mi única hermanita, quien sea que te dañe, sufrirá las consecuencias." me solía decir durante mi niñez y adolescencia. Siempre se refirió a mí como su hermana pequeña o por algún mote cariñoso que se le hubiese ideado, nunca como la Heredera del Clan Divino o la líder del Clan Jinsei. Siempre fue Shinei o su hermana pequeña. También se preocupaba demasiado por yo me ponía demasiada presión sobre mí o que simplemente me sobre esforzara. Tora era de los que preguntaban constantemente si te encontrabas bien, nunca podías mentirle.

—Shinei, quizás no quieras verlo en este estado. Para el momento que salió del dominio de la maldición, su cuerpo...

—Tendré que hacerlo cuando lo entierre, quiero ahorrarme los disgustos.

Literalmente, no había la otra mitad de Tora. De cintura para abajo, lucía que se lo comió esa maldición con un desgarre tremendo. Su hermano tenía una expresión tranquila y de no haber vivido su vida con remordimientos, aún muerto tenía esa típica expresión que ponía para que los demás no se preocupasen por el. Era un buen hombre y el mejor de los hermanos. Justo en el momento que de su rostro empezaron a brotar lágrimas, Keishin se levantó de la silla y la abrazó, tratando de calmarla mientras esta murmuraba palabras incoherentes entre sus lágrimas.

—Os dejaremos solos.—comentó Shoko, recibiendo un gesto positivo de su parte.

Con eso la de cabello castaño y el albino de los Seis Ojos se fueron de la morgue y se sentaron en las escaleras que habían fuera, mirando al cielo. Ellos no veían en muchas ocasiones a Shinei llorar, rara vez ocurría y si lloraba, era por algo grave que hubiera pasado. Y esta vez era una de ellas.

—¿Cómo crees que se sentirá ahora?—preguntó Satoru.

—Como mierda, su hermano mayor acaba de morir justo cuando hace no más de unos cuantos días ellas ha tenido dos encuentros cercanos a la muerte muy seguidos.—contestó Shoko.—No me gusta este sentimiento, Gojo.

—A mí tampoco.—afirmó el.—Esto no es coincidencia, hay mucho más trasfondo que aún no sabemos pero creo que ella no está preparada para decírnoslo.

—Venga ya Gojo, puedes decirlo, todos lo hemos notado.

—¿A qué te estás refiriendo?

—Shinei se ha debilitado, ya no es la misma de antes, ¿o no lo notaste? Se ha convertido más humana, como tú. Pero ella en cambio, debe de cargar con ese peso de ser la más fuerte, ¿no?

"La diosa omnipotente estaba sufriendo por un momento de debilidad, muchos de sus enemigos aprovecharían esto para atacar. Quién sabe cuando se presente otra oportunidad así."