𝖢𝖺𝗆𝗂𝗇𝗈𝗌 𝖳𝗋𝖺𝗓𝖺𝖽𝗈𝗌『Bʀᴏʟʏ x Kᴀʟᴇ』

21. Toqueteos de media noche

Capítulo Veinte y uno.

Kale.

Me arrodillo frente a la cama cuando Broly trae a Noah envuelto en una toalla luego de haberlo bañado.

La electricidad acaba de volver, sin embargo, al irse había dejado una ola de calor, lo cuál estaba estresando al hijo de mi tía y por eso tenía tanta chilladera.

Hikari no sé quién diablos se cree, se va y me deja cuidando a su hijo como si yo fuese una maldita niñera; sé que le dije que tenía que prepararme para cuando tuviera los míos, pero que me cojan de nana a cada rato no me cautiva.

Pero por suerte tengo a mi perra a mi disposición 24/7; o sea, a Broly. Y cuando necesito ayuda, él está al rescate.

—Pásame el pañal. —Me pide y le entrego lo que pide— Talco.

Broly unta con talco los genitales del bebé para que el pañal no lo queme. Y cuando tiene la intención de ponerle el pañal; Noah suelta un chorro de orín hacia arriba, y logra orinarlo en el pecho.

Suelto a reír y Broly me mira mal mientras busca algo con qué secarse. Noah ladea la cabeza, sus ojos se encuentran con los míos y lo contagio de mi carcajada.

—El día que te orine o cague no te reíras como lo estás haciendo. —Broly se quita la camisa, dejando al descubierto su torso musculoso.

Por segundos me quedo observando los seis cuadritos que le adornan el abdomen y la V que se le marca en la cintura.

«¿De dónde salió este hombre?»

«¿Qué mujer sería capaz de parirle un hijo a Broly sin morir en el parto?»

Preguntas existenciales que no me dejan dormir.

Broly me pide que le ponga ropa a Noah luego de que le coloca el pañal, y se va en busca de no sé qué.

Visto a mi primo con una pijama de pantalón y buzo de figuritas de ositos bonitos, calcetines y gorro de lana.

El moreno vuelve a aparecer, pero con la cuna de Noah y la ubica a unos metros lejos de la cama.

—Tu tía no ha llegado a causa del mal clima, por lo tanto, seremos los niñeros de Noah. —Me explica Broly lo que ya sé— Ese niño ahí dónde lo ves; es una plaga. Y no hay que perderlo de vista ni un segundo.

—Okey.

—Arreglale las sábanas a la cuna mientras yo le doy el biberón.

Le entrego el bebé a Broly y acato su orden sin perder de vista lo que hace.

Verlo como alimenta a un bebé que no es suyo y cuida como si de verdad lo fuera; te causa ganas de abrirle las piernas y pedirle que te haga un hijo para que haga lo mismo que hace con los hijos ajenos.

Termino rápido con la tarea y Broly acuesta a Noah en su cuna luego de haberle sacado los gases y dejado dormido.

Lo bueno de cuidar al hijo de mi tía, es que él no da muchas vueltas a la hora de dormirse y no molesta mucho, en cambio a otros que dan ganas de lanzarlos por la ventana cuando empiezan a fastidiar.

Dejo a Broly a cargo antes de encerrarme en el baño para tomar una ducha. Me doy un baño completo y cuando salgo el moreno ya ha asegurado todo; cerró la puerta principal, las ventanas y los balcones.

Hacemos cambio al igual que el día que fuimos a recoger a Noah.

Me pongo la pijama antes de acomodarme en la cama, y apago una de las lámparas; dejando solo una encendida para cuando Broly salga.