Tras la inesperada visita que Billy había recibido de Harrington durante su desafortunada primera jornada de clases, éste no se había dignado a hacer acto de presencia por la residencia Hargrove en el transcurso de los días posteriores.
Billy se había esforzado por mantener un semblante ecuánime y ocultar lo ansioso que lo tenía su ausencia y había evitado hacer comentarios al respecto. Sin embargo, estaba seguro de que alguno de sus progenitores sacaría el tema tarde o temprano.
No obstante, para su desconcierto, ni Susan ni Neil mencionaron en ningún momento el nombre de Steve Harrington, ni se mostraron intrigados por su desaparición, ni parecían echarlo de menos.
Intrigado y cada vez más nervioso, Billy decidió acompañar a Max cuando ésta se dirigía al Arcade, considerando la remota posibilidad de que Steve se encontrara con aquellos nerds pubertos a los que solía cuidar. Sin embargo, al llegar al lugar, se llevó una decepción al descubrir que Harrington no estaba allí.
Y cuando interrogó a los mocosos con la esperanza de encontrar respuestas o al menos alguna pista sobre el paradero de Harrington, ellos respondieron con evasivas y risas maliciosas y no perdieron la oportunidad de burlarse de Mike. Billy no entendió ni la mitad de lo qué hablaban, pero parecían estar implicando que Harrington y Nancy debían estar juntos en algún lugar.
No transcurrió mucho tiempo antes de que Billy determinara que, después de todo, no le interesaba pasar ni un minuto más en ese sitio y optó por marcharse del establecimiento, con gesto sombrío y malhumorado.
Aquellos comentarios insinuantes que habían hecho los amigos de Max parecían corroborar lo que Buckley le había contado a regañadientes y refunfuñando, en la cafetería de la escuela, justo antes de prohibirle de manera tajante volver a mencionar el nombre de Steve en su presencia.
Billy se había limitado a encoger los hombros con un gesto de indiferencia, puesto que el tema le tenía sin cuidado. El breve relato de la despechada chica NO le había provocado un nudo en el estómago ya que la vida sexo-afectiva de Harrington NO podía importarle menos y la situación NO lo había tenido obsesionado toda la semana, intranquilo e impaciente, anhelando que el niño bonito apareciera en su casa y le hablara con honestidad de una buena vez. No, Billy tenía cosas más interesantes en que ocupar sus pensamientos.
Pasó un rato practicando sus tiros en solitario, pero tan distraído que perdía la concentración cada vez que escuchaba un automóvil aproximarse por la calle.
Con una creciente mezcla de frustración y abatimiento en el pecho, regresó al interior de la vivienda y se dejó caer en el sillón frente al televisor en que Neil tenía sintonizado un juego o algo similar.
—No vino, ¿ah? —inquirió su padre mirándolo de soslayo. Billy negó con la cabeza sin apartar los ojos de la pantalla, porque no quería que se le notara la profunda desazón que sentía—. Quería hablarte de ese muchacho... —dijo el hombre luego de un breve momento de silencio pesado—. No quiero que lo vuelvas a ver.
Billy demoró un poco en reaccionar, incapaz de comprender de inmediato las inesperadas palabras que acababa de escuchar. Giró hacía el hombre, mostrando una expresión confusa e interrogante.
—¿Qué...? ¿Por qué...? —titubeó sin pensar, tan desconcertado que había olvidado que su padre detestaba que lo cuestionaran. Sus músculos se tensaron al notar como su padre cerraba los puños y resoplaba airado.
—No me gusta como te mira —articuló con una mueca de repugnancia—. No me gusta como te toca. Estoy seguro que es... un afeminado.
Su corazón palpitaba con fuerza dolorosa y sus manos sudaban profusamente. Sin embargo, a pesar del miedo que lo invadía, una sonrisa amenazaba con esbozarse en sus labios.
He allí la confirmación que no había solicitado. No había sido sólo su imaginación. ¡Neil también lo había notado!
—¿Y qué si a ti no te gusta como me mira o lo que sea...? —desafío con tono cáustico, porque no tenía instinto de autopreservación—. Sólo importa si a mí me gusta, ¿no?
El silencio se apoderó de la sala y se prolongó por tanto tiempo, que Billy llegó a pensar que Neil no había escuchado sus palabras. Temblando, se incorporó y pretendió escabullirse a su habitación, pero el hombre se levantó y se lo impidió. Lo empujó contra la pared, con brusquedad, y lo retuvo inmóvil, agarrándolo fuertemente por la ropa. Acercó la cara para que Billy viera con claridad su mirada cruel y perturbada.
—Preferiría tener un hijo muerto que uno marica —le espetó despiadadamente.
Billy se quedó petrificado, con los ojos desorbitados. Arrebatado de la realidad, perdió la noción de lo que pasaba a su alrededor. Cuando se recobró de la impresión, no había rastro de Neil. En su lugar estaba Susan, que tenía los ojos húmedos mientras lo acariciaba y le hablaba con dulzura.
—... No lo decía en serio... No tienes idea de lo angustiado que estuvo cuando estuviste en el hospital...
Billy apartó a la mujer con una violencia de la que se arrepintió al instante.
Incapaz de controlar los espasmos de su cuerpo, salió por la puerta, que apenas podía ver a través de la humedad que le empañaba los ojos.
Abordó su auto y condujo sin rumbo fijo hasta que se quedó sin lágrimas. No fue consiente de la dirección que había tomado, pero terminó frente a la casa de Harrington.
Estuvo varios minutos frente a ella, sin saber qué hacer, apretando con fuerza el volante, con la mirada clavada en el automóvil de Nancy Wheeler, que se burlaba de su dolor aparcado plácidamente al final del sendero del acceso principal de la vivienda.
Cuando atravesó el umbral, Neil hizo ademán de ir en su dirección. Billy había evitado sus ojos y no había visto su expresión, así que no sabía si su mirada era de satisfacción o de compasión, sin embargo, debió considerar que ya era suficiente castigo el desengaño patente en su semblante, pues le había permitido que se encaminara a su cuarto sin mediar palabra alguna.
***
Perdón por la tardanza. He estado un poco ocupadilla.
Pero, ojalá que haya valido la pena la espera y que hayan disfrutado mucho este episodio
😇👼
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Amores extraños (Steve x Billy - Harringrove)
FanfictionSteve Harrington tiene la sensación de que últimamente le ha fallado a sus amigos. Por lo menos todavía puede estar para su amiga Max, quien le pidió el favor de llevarla de visita al hospital militar.