Jungkook es un estudiante que sueña con convertirse en cantante. Su vida da un giro inesperado cuando cruza con Jimin, el chico problemático de la universidad. Mientras se acercan al límite y cruzan barreras prohibidas, Jungkook debe decidir si vale...
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—¿Puedes repetir ese verso? —preguntó Namjoon—. Creo que todavía podemos hacerle algunos arreglos.
Desde que la banda recibió sus resultados el fin de semana, los ensayos cobraron más vida que nunca, quedaban cinco días para la primera etapa y tenían que poner todo en marcha para que estuvieran más listos que cualquier otro artista del concurso.
Estos días serían muy agitados, pues también estaban organizando el cumpleaños de dos chicos de la banda, Namjoon y Jungkook.
Namjoon estaba acostumbrado a las celebraciones grandes, con su nivel de fama en la universidad era de esperarse, para esta ocasión pretendía juntar el cumpleaños de Jungkook con el suyo por primera vez en una gran fiesta que se daría justo en uno de los salones de fiestas de la residencia.
Jungkook no tenía mucho que decir, al principio se había negado porque no estaba acostumbrado a recibir tanta atención, sin embargo, Namjoon fue mucho más insistente y terco de lo que él era capaz, así fue como ganó la discusión.
A este punto ya todos en la residencia sabían qué día era la gran celebración y todos estaban invitados.
Incluyendo a Jimin.
La fiesta no sería el día de cumpleaños de Jungkook ni el de Namjoon, sería un fin de semana, apenas un par de días tras la primera etapa del concurso.
Casi todo estaba listo.
La puerta del estudio se abrió a medio ensayo y apareció un Seokjin sonriente y resplandeciente, saludó a los demás con un movimiento de mano y a Namjoon con un beso en los labios incómodamente duradero que hizo sorprender a todos en la sala.
Era la primera vez que Jungkook lo veía aquí adentro, ¿lo curioso? Justo se trataba de un día en el que Yoongi había decidido no venir a practicar.
—¿Qué haces aquí? —preguntó Namjoon, más desconcertado que feliz.
—Quería darte una sorpresa, ¿no puedo hacerlo?
—No es eso, cielo, sólo...
Seokjin miró a los demás en la sala, Hoseok y Jungkook.
—¿Podrían darnos un momento a solas?
—Creo que podemos dejar el ensayo aquí, ¿no? —dijo Hoseok—. Ya hicimos suficiente hoy y tengo hambre.
—Necesito ajustar unas cosas con Jungkook antes —contestó Namjoon, apresuradamente—. ¿Por qué no...?
—Cariño —Seokjin tomó el rostro de Namjoon entre sus manos—. Los chicos ya están muy cansados, ¿no crees? Déjalos ir un rato.
Namjoon frunció el ceño.
Jungkook podía ver que había algo extraño entre ellos dos, especialmente con Seokjin, se veían más eufórico que de costumbre, incluso descarado, una actitud que no solía tener con Namjoon.
