Plegarias rotas

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Jimin no respondió y cuando Jungkook iba a dar un paso afuera de la habitación, este se interpuso de golpe, extendiendo ambos brazos para retenerlo si intentaba irse

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Jimin no respondió y cuando Jungkook iba a dar un paso afuera de la habitación, este se interpuso de golpe, extendiendo ambos brazos para retenerlo si intentaba irse. Sin embargo, era como un muñeco de papel, sus brazos apenas hacían el trabajo de mantenerse en el aire sin temblar.

—No te vas —masculló con la voz plana—, si no me dices, no te vas.

Jungkook se sintió desconcertado e intentó avanzar un paso, sin embargo Jimin no hizo nada por moverse.

—¿Decirte qué? —interrogó.

—¿A dónde? —Jimin tenía los dientes tan apretados que a Jungkook le dolían los suyos de solo ver los contrarios—. Contesta y jura que es verdad.

Taehyung fue claro al decir que Jimin no podía saber que estaba yendo a una carrera con él. Jungkook podía mentir y jurar, ¿pero qué significado tendrían las palabras si todos fueran mentirosos como él?

—Voy a salir con Taehyung —prefirió contestar.

—¿A dónde? —repitió Jimin, endureciendo la voz.

Las palabras no salieron, mientras Jimin lo miraba con unos ojos de los mil infiernos, Jungkook apenas ponía en orden sus ideas y lo que podía responder.

—No lo sé... —masculló—. Solo vamos a salir.

—Entonces no vas a ir a ningún lado.

Las manos de Jimin empujaron a Jungkook de vuelta al interior y tras entrar cerró la puerta con llave, el rostro de Jungkook se puso pálido al ver la insistencia del mayor por retenerlo en este lugar.

—¿Qué demonios...? —jadeó sorprendido—. ¿Qué estás haciendo?

—Nos quedamos —cortó Jimin—. ¿Dónde está tu llave?

Jimin bajó la mirada y encontró la llave en la mano derecha de Jungkook, nunca se había ido de ahí, en cuanto intentó tomarla Jungkook la apartó de golpe y retrocedió, siendo perseguido por Jimin en cada movimiento.

—Solo... Jimin, basta... —Jungkook continuó moviendo la llave de lado a lado, misma que Jimin perseguía con la misma insistencia con la que los gatos persiguen punteros láser—. ¡Basta! 

—¡Me odias! —soltó Jimin de golpe, sus manos cayeron a los costados, rendidas de seguir con esto—. ¿Por qué me gritas? Me odias... Me odias... Me odias...

Taheyung también fue muy específico al decirle a Jungkook que no podía tardar más de 5 minutos en bajar y ahora la puerta estaba cerrada, tenía la llave y también tenía a Jimin sobre él actuando de una manera preocupante.

Su mirada estaba tan perturbada, no veía a Jungkook a los ojos, veía hacia la nada.

Jungkook bajó las llaves e intentó calmarse.

—¿Qué pasó? —preguntó de la forma más suave que pudo—. Quiero entenderte, ¿de acuerdo? Pero necesito saber qué está mal.

—¡Sólo dilo! —gritó Jimin—. ¡Di a dónde vas!

Stardust Lover | kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora