Un maratón en la soledad

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Jimin se volvió ausente y eso no fue una sorpresa

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Jimin se volvió ausente y eso no fue una sorpresa.

Taehyung fue y le dijo todo, fue lo primero que hizo y Jimin sólo asintió y continuó su vida como si lo dicho sobre el desastre con Yoongi fuera lo más normal del mundo.

No obstante, se volvió silencioso y ausente, siempre estaba cansado, salía temprano, volvía tarde, dormía durante las pocas horas que estaba en la habitación y era casi imposible sostener una conversación con él sin escuchar sus suaves ronquidos tras algunos minutos.

Jungkook comprendió que esto se debía al nuevo trabajo de Jimin, no por otra cosa, y también se preguntó qué tan graves eran sus problemas financieros como para matarse del sueño trabajando en cosas extrañas y mirarse frágil durante las mañanas.

No importaba lo que otras personas pudieran pensar sobre la química en el cerebro de Jungkook, tal vez él mismo tampoco entendía sus decisiones del todo, pero si de algo estaba seguro era que desde que encontró a Jimin en esa habitación, todas sus prioridades cambiaron.

No tuvo tiempo de digerirlo ni siquiera el día de su cumpleaños, porque en ese momento lo único que su cabeza recitaba era cosas sobre Jimin.

Sobre cómo se encontraba, sobre sus mensajes, sobre sus sentimientos, sobre su cabello rubio desaliñado, sus párpados bonitos y negros por el maquillaje corrido, el sudor que corría desde su frente hasta su cuello con cansancio y que Jungkook se dedicaba a secarle.

No pudo pensar en otra cosa que no fueran ellos dos cara a cara, admirando cada una de las facciones del otro sin decir nada, ni una palabra.

¿Qué se supone que hacían? ¿De qué se trataba ese sucio juego?

No es que no fuera normal hacerlo, no es que fuera raro desear gastar todo el día haciendo algo por estar con una sola persona, como sentarse uno frente a otro y leerse con una mirada durante horas (sin cansarse) o que cada vez que compartieran palabras mil fuegos artificiales sonaran en algún lugar no muy lejano.

Lo que no era normal era que se tratara de ellos dos.

Jimin tenía problemas, Jungkook seguía sin saber cuáles, pero al menos ya estaba al tanto de que existían y Taehyung intentaba darle una pauta antes de explicarle, sin embargo, no sólo eran los problemas que tuviera, sino los que venían con él.

¿Qué problemas? Un novio frente al que hasta el más valiente temblaba y un negocio que, según Taehyung, ponía en riesgo a quien estuviera cerca.

Y Jungkook, por otro lado, tenía un sueño tan elevado que tocaba el cielo, uno del que no podía despegarse y que requería de sacrificios en el camino, mucho en lo que dedicar horas de estudio y una familia con la que reconciliarse.

¿Tenía la capacidad de poner cada uno de esos deberes en el fuego solo por Jimin? No tenía idea.

Y cuando Jimin preguntó si acaso Jungkook estaba enamorado...

Stardust Lover | kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora