Maratón (1/3)
—¿Estrellas muertas? —los ojos de Jimin escaparon de sus órbitas cuando el abuelo Jeon lo mencionó—. ¡Pero yo puedo verlas...! ¿Cómo es posible?
—La luz se toma su tiempo en llegar —explicó el sabio hombre mientras hojeaba el gran libro cósmico en su regazo—. ¿Cuánto tiempo te toma llegar de la escuela, Jiminnie?
—Umm... —el pequeño pensó e hizo cuentas con los deditos bajo la atenta mirada de su mejor amigo, quien estaba tumbado en la alfombra—. ¿15 minutos caminando?
—Bien, algunas estrellas están muy muy lejos, no podrías contarlo ni siquiera en horas.
—¿Días?
—Más. La luz viene corriendo desde allá para llegar a tus pequeños ojos azules y le toma muchos años llegar. Mientras tú y yo estamos aquí sentados hablando, la imagen de estas estrellas debe seguir viajando en el espacio —el abuelo acarició su barba blanca—. Hay muchas cosas sucediendo que jamás llegaremos a ver, pero debemos estar felices porque las futuras generaciones lo verán algún día.
—¿Entonces cuál es el chiste de saber que sucederán? —preguntó Jungkook, un surco se formó en su entrecejo—. Si de todas formas nosotros no lo podremos ver.
—Si lo piensas así... Estamos viendo cosas que otros tampoco pudieron ver —dijo Jimin, se inclinó en el sofá y le regaló una sonrisa a Jungkook—. Como ese cometa que pasó el fin de semana.
La bella imagen del pequeño rastro de polvo estelar volvió a la memoria de Jungkook. Ese fin de semana mencionado despertaron antes de que saliera el sol y, todavía somnolientos, el padre de Jungkook llevó a todos en la camioneta para ver el cometa desde el mirador de la ciudad.
La madrugada era una calma onírica. Jimin tomó las manos de Jungkook y las calentó escondiéndolas en su abrigo de pana mientras el señor Jeon instalaba el telescopio de su padre y este bebía café dentro del vehículo.
Jungkook no creía que ninguna otra experiencia cósmica volvería a ser tan memorable como esa, con todos sus seres queridos reunidos en una mañana fresca y un evento en el cielo que no volvería a repetirse hasta dentro de más de 500 años, cuando ninguno de ellos siguiera en la tierra.
—De todas formas... —Jungkook apartó la mirada—. ¿No es triste ver fantasmas?
El abuelo soltó una risa debido a la ternura propiciada por el par de niños. La adorable costumbre de Jungkook por cuestionar todo, combinada con la paciencia de Jimin para responder, era una combinación invaluable. De pronto Jimin los sorprendió a ambos cuando dijo:
—A mí me parece bonito poder ver las memorias de las estrellas. ¿No te parece que es como viajar en el tiempo? Me hace pensar que todos somos viajeros, Gguk, no solo los astronautas.
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Stardust Lover | kookmin
FanfictionJungkook es un estudiante que sueña con convertirse en cantante. Su vida da un giro inesperado cuando cruza con Jimin, el chico problemático de la universidad. Mientras se acercan al límite y cruzan barreras prohibidas, Jungkook debe decidir si vale...