La Madre de Biocha, aún reticente, se sentía atrapada por su hija que le enseño uno delos videos, intentó convencernos de que no le hiciéramos nada, que ella sería una buena mujer y que siempre cuidaría de Biocha, pero su hija, la consideraba una gran zorra y creo que tenía razón en pensarlo, luego de mucha presión confesó que tenía ya varios años de ser infiel a su esposo que si bien era un buen amante, no le daba todo lo que ella necesitaba o quería.
Casi forzada fuimos a su cuarto y ella entre sollozos se desnudaba a las órdenes de Biocha, yo era solo un mudo espectador de ello, al ver su anatomía nuevamente alucinaba. La madre de Biocha era como ya dijimos, una aún atractiva mujer de unos 45 años, con el pelo rubio ondulado en melena, tenía un cuerpo fenomenal debido a su genética que la había heredado su hija, no era delgada pero tampoco gorda, diríamos que su cuerpo era fuerte y bien formado, caderona con un culo ancho; sus tetas eran de gran tamaño comparables con los de su hija que eran descomunales, en fin todo muy bien puesto, era lo que hoy en día lo que definimos como una madre a la que me gustaría tirarme o simplemente MILF Caliente por lo que veía, comencé a besarla, en la cara, ella esquivó mi boca, pero no por eso dejó de sacar mi verga tras las instrucciones de su hija que monitoreaba su proceder, comencé a pasar mis manos por su anatomía y la de Biocha que se encontraba cerca, pese a que ella me decía que solo me dedicara a su madre. Finalmente me dejó besarla metiendo mi lengua sin problemas, su boca era menos carnosa que la de su hija, pero su lengua era más experta, me la metió entre los labios, recorrió mi lengua y paladar, podía notar que mis caricias ahora la calentaban, con gran deseo la liberé de las dos últimas prendas que le quedaban, su sujetador y las bragas, tomé sus senos calientes y enormes, comenzando a juguetear con sus pezones, que gusto estaban muy duros, amasé sus deliciosas tetas con algo de rudeza como me pedía Biocha, al no hacerlo como ella quería mi nueva amante le dio dos cachetadas en el culo a su madre para demostrar el punto.
Verónica: Pero hija, eso duele.
Biocha: Eso querías que me dieran a mí, te las aguantas.
Cada vez me sentía más excitado, mi verga se levantó hasta el cielo, Verónica la tomo y la apretaba con intensidad cada vez que le comía las tetas con más dureza, cuando de repente, bajó la cabeza hacia mi desnuda verga y de un solo bocado ¡se la metió en la boca!!!, el placer fue indescriptible, aún cuando no podía tocarle las tetas fácilmente, por lo que Biocha se ocupó de comérselas sin cortarse ni un pelo, junto con darle cachetadas en ellas como si fueran unas masas inertes, dejando las dos masa de carne coloradas por las para nada suaves caricias, tal parece que Biocha quería mas que nada castigar a su madre por el sufrimiento causado, al ver a las dos arrodilladas ante mí, no pude resistir y las levanté para enfrentar sus tetas y comerlas juntas, el morbo era tremendo, mientras hacía eso, exploraba los dos orondos culos, el de Verónica era algo mayor que el de su hija, pero el de Biocha era más firme, mis caricias que incluían tanto los respectivos ortos como sus coñitos, comenzaron a sacarles suspiros y gemidos, en un momento, no sé cuando Biocha besa a su madre en un tórrido beso francés, el cual aceptó sin reparos.
Las hice bajar a continuar con la mamada, ahora ambas compartían mi verga, mientras les acariciaba la cabeza, la madre de Biocha no solo se comió mi bálano completo si no que también mis cojones, que sensación más eróticamente agradable, luego ella con sus manos ayudó a que su hija me la mamara hasta tragársela casi completa, tomando el control de la adolescente, para luego marcar el ritmo de la mamada con las manos empujando la cabeza de arriba abajo, viendo que ya me iba a correr, la detuve y se la metía a ella hasta al fondo, tanto que tuvo unas arcadas, pero se la comió toda, al correrme no le hizo ningún asco a mi leche y se la tragó toda, una de las cosas que me impresionó es que era prácticamente la primera vez que acababa antes que una de sus amantes, ella comenzó a besar a Biocha y le traspasó parte de mi corrida, me impresionó que esta última pese a la repulsión inicial, se la tragara luego de mostrármela, les seguí tocando las tetas mientras las besaba a las dos y sentí el ocre sabor de mi propio semen, Verónica limpió mi verga ante la atenta mirada de Biocha, bajó sus acariciándome el culo, y me acarició el orto con un dedo, di un respingo que le causó risas a las dos, nunca me lo habían hecho a mansalva y sin advertencia, pero no fue tan malo, pese a que no es mi preferencia.