Tomé un bus pese a que tanto tía Dani como mamá se ofrecieron para ir a dejarme, no quise molestarlas dejándolas con un poco de pena y calentura, ya que el salir de casa fue una lluvia de besos y más de algún toqueteo, a los que se sumaron Ani y Flo. Una vez libre de mis musas, tomé mi equipaje y cuando iba a abrir la puerta estaba entrando Isa que me obligó a despedirme en toda regla, o sea una nueva despedida, en fin solo pude salir después de darle un tremendo morreo que de seguro la dejó tan caliente como yo lo estaba. El trayecto fue sin ninguna novedad, es más por ser sábado pasado el medio día, fue sumamente rápido, llegando a mi destino un poco antes de las tres de la tarde.
Aproveché que un vecino del edificio donde vive papá salía, por lo que entré sin anunciarme en la botonera del intercomunicador de entrada. Saludé al conserje y subí en el ascensor sin mayor dilación, presentándome ante la puerta; toqué el timbre, pasaron unos dos minutos hasta que la puerta finalmente se abrió
Paula: ¿Mi amor volviste?
Claudio: Sí, corazón volví.
Paula: ¿Pero qué haces aquí?, tu padre no está y no eres mi amor.
Claudio: Pero lo podría ser, jejeje
Paula: Vete de aquí, no debes verme sin tu padre presente.
Claudio: ¿Por qué?, ¿te da morbo tenerme cerca con mi padre presente?
Paula: No, no es eso, no debes estar aquí conmigo, lo de la vez anterior fue una locura un desastre que no puede ser.
Claudio: Paula, déjame entrar y conversemos.
Paula: No eres un chiquillo peligroso... no debes entrar.
Claudio: te prometo que no te haré nada, solo conversar.
Paula: Okey, está bien entra pero pórtate bien.
Claudia: Lo prometo
Entré y vi que Paula estaba en pijamas, uno de esos cómodos que parecen de hombre, dada sus curvas se veía demasiado deseable, yo por mi parte maravillado por su atractivo y casi sin razonar comencé a calentarme; mi verga se fue endureciendo en la medida que veía sus contoneos al caminar, era realmente embrujadora. Ella hizo que me sentara en el sofá mientras ella se situaba en una silla del comedor del diminuto apartamento.
Paula: Tú dirás, me dijo.
Claudio: Paula, vine por que sentí que congeniábamos muy bien
Paula: la verdad es que lo que hicimos fue más que congeniar y eso no está bien.
Claudio: Puede que no esté bien, pero es una realidad a la que no puedo desechar.
Paula: Mira Claudito, ya el hecho de haberme inmiscuido entre tu madre y tu padre fue malo, créeme que involucrarme con el hijo de ambos es malísimo.
Claudio: Yo no lo veo así, puede que el embrujo de mi padre ya te haya pasado y ahora estás apreciando otras opciones que son reales.
Paula: Mira quiero a tu padre, tal vez no es un amor profundo pero es un amor que se iba fortaleciendo día a día hasta que apareciste tú,... no sé que me pasó, tal vez el brujo eres tú y tu magia me alteró, no lo sé. Lo único que tengo claro que no puedo estar contigo a solas, ya que cometería una estupidez.
Claudio: No creo que fuese una estupidez,... no tiene por qué ser algo traumático, si nos gustamos hagamos algo que nos haga sentir bien...
Me levanté del sofá para acercarme a ella, pero automáticamente se levantó para iniciar un escape que no duró mucho, la tome con ambas manos de su cabeza y la besé profundamente, ella izo un ademán de rechazo pero finalmente se entregó a mi beso, desde ese momento comencé a acariciarla entera. El sentir sus trémulas carnes bajo la pijama enardecieron mi accionar, Paula me volvía loco (para ser sinceros, todas me vuelven loco), hasta que de un solo empujón me dejó sentado en el sofá, me sentí realmente sorprendido, había pensado que ya la tenía subyugada, pero no fue así.