El domingo dejamos a los militares en el bus que los llevaba de regreso a su escuela, sus respectivas madres lloraron profusamente y el resto nos despedimos con pena, pues los dos son muy majos y de alguna u otra forma son un buen motor para las relaciones familiares. Juan y Francisco estaban muy contentos con grandes expectativas del nuevo año académico, pero no olvidaron a sus “ex chicas” y antes de salir le dijeron a Ani que cuando viera a Montse y Biocha, que les dijera de parte de ellos que los perdonasen, que no los olvidaran que pronto ellos las visitarían; yo me sonreía, pues ellas no creo que los tomen en cuenta, finalmente despedidos los dos regresamos a casa en silencio.
Un poco antes en la cena hicimos los comentarios usuales, fueron tal vez un poco melancólicos, todo volvía a la rutina y el verano que terminaba no solo cambió mi vida, si no que de todos los que estábamos en casa.
Por la noche los nervios de los que retornábamos a clase llegaron y los sentimientos nos embargaron en la profundidad de nuestros corazones, reflejándose en una silenciosa cena; luego todos nos fuimos a la cama, cuando me disponía a ir con tía Dani a la cama, ella me dijo que yo dormiría en la cama de Juan. Algo cambió a lo anteriormente planificado, ¡no sé que fue!, pero tía Dani anunció otras variantes para esa noche, es así que volví al cuarto de los chicos, Mamá fue al cuarto de tía Dani, por lo que ahora Florencia sería mi vecina; ¡qué puedo decir!, todo estos cambios me sorprendieron mucho; tanto que sospechaba que las adultas algo tramaban entre ellas, así que decidí espiarlas para ver que urdían, la verdad es que estaba tan nervioso, que hasta el sueño se me espantó.
Cuando ya todos estaban acostados partí con “mi misión imposible”, me puse pijama y me preparé esperando que todas estuviesen acostadas, me levanté silenciosamente y cuando iba a salir de mi cuarto sentí como Florencia usaba el baño que ahora compartimos, en ese momento se me ocurrió postergar mi salida de espionaje, con la idea de hacer lo mismo que hice hace un tiempo atrás para espiar a mi madre, esperé quieto al lado de la puerta del baño. Cuando se apagó la luz del cuarto de baño compartido, entré sin encenderlas y me acosté sobre el frio suelo de baldosas, me pegué a las rendijas de la celosía de la puerta que daba al cuarto de Florencia y la vi,…. La luz de su mesita de noche me permitía verla perfectamente, estaba preciosa en ropa interior, veía como se aprestaba a colocarse la pijama, me sonreí y felicité por mi ocurrencia; por fin se develaría ante mí el cuerpo de la más joven de las diosas de la familia, se sacó el sujetador pero de espaldas a mí, solo vi un poco de una de sus tetas, era muy linda (para mí son todas lindas), se notaba firme, alta pese a lo grande que era; en cuanto a su culito, también se notaba firme y le daba una linda forma de reloj de arena a su escultural cuerpo, al quitarse las bragas alcancé a ver perfilado su coñito que se asomaba en el pequeño espacio libre que deja sus nalgas y las tonificadas piernas.
A mi parecer Flo se parecían más a su madre que a Ani, mi verga reaccionó de inmediato, estaba extasiado, pero de pronto ella se giró en dirección al baño, ¡Dios Mío!, me levanté como un resorte y me metí a la tina ocultándome ahí, sentí como la humedad de la bañera mojaba mi pijama, ¡pero era eso o ser descubierto!, encendió la luz y comenzó a cepillarse el cabello; lo sé porque lo oía, pero no me atreví a asomar ni un pelo, no quería ser descubierto, pero de pronto ella dijo:
Flo: Ya puedes salir de la bañera, si no pescaras un resfriado, ¿Cómo lo supo?
Claudio: Bueno, disculpa, dije con voz avergonzada….¡yo, el que ya no me avergonzaba con los chicas!
Flo: ¿Viste lo suficiente o quieres algo más?
Claudio: Perdón…no quería molestarte.
Flo: No solo querías espiarme, y ver si estaba buena, dijo con tono duro.
Claudio: Sí, algo así, respondí más que avergonzado.
Flo: Bien y ¿cómo estaba según tú?, dijo desafiante
