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CAPÍTULO CINCO.
estrellas.
*


En la mañana, Charles me despierta a un horario que en mi estado soñoliento desconozco, pero estoy segura de que es demasiado temprano y la indignación llena mi ser. Además de querer matarme, me quitan mis horas de sueño, es inaceptable. Con el rostro menos amable que tengo —aunque en realidad últimamente he notado que mi sociabilidad está por los suelo— pero, en mi defensa, puedo culpar a la gente extraña del capitolio por eso. Aunque solo haya convivido con Charles. Es suficiente para mí. Como sea me levanto para encontrarme a todo el "equipo" ya desayunando. Me reclamo internamente por siempre ser la última en llegar y tener que ganarme las miradas de todos. Es tan incómodo.

—Por fin, creí que habíamos perdido un tributo antes de siquiera entrar a la arena. —Damon habla mientras le da una mordida a su tostada, podría ofenderme por su comentario, pero veo un deje de diversión en su tono, así que lo dejo pasar. Otra cosa que he notado es el contraste entre ambos vencedores. Columbae es firme pero no dura, distante pero cálida al mismo tiempo. Damon es todo lo contrario, no tiene facetas, solo es como si estuviera enojado todo el tiempo y observa a todos con superioridad. Sin embargo, lo he atrapado riéndose cuando Theodore comenta mi odio hacia los colores brillantes, haciendo referencia al cabello de Charles. Todos lo entienden menos el último nombrado, quien nunca deja caer su sonrisa que en éstas últimas horas he aprendido a tolerar.

—Por desgracia no, tendrás que seguir trabajando para conseguirme patrocinadores. —Bromeo hacia el mentor, dejando sorprendidos a todos en la sala. Me hace pensar en el poco sentido del humor que tengo, pero lo ignoro para servirme comida. Columbae es, como siempre, quien deja atrás la situación incómoda cuando habla.

—Hoy será el desfile, eso quiere decir que todo Panem sabrá de ustedes. —Nos comenta a ambos mientras termina su bocado de sándwich. —Deben confiar por completo en sus estilistas y sacar su máximo encanto para atraer esos patrocinadores que buscan. Si no causan una buena impresión hoy, las probabilidades de que consigan buena ayuda para la arena se reducen a la prueba individual, lo que los deja en menos de un cincuenta por ciento.

—Básicamente, sean los protagonistas hoy o morirán en los primeros días. —Resume Damon, ganándose una mirada desaprobatoria de parte de nuestra mentora. —Por cierto, creí que esto era un tema obvio pero parece que debo recordarselos, no confíen en nadie y mucho menos si son de otro distrito. —Quizá estoy siendo paranoica, pero juro que sentí sus ojos posandose en mí, como una indirecta. —Solo buscaran la manera de encontrar sus debilidades y como usarlas en su contra.

No tenía forma de saber que ayer había conversado brevemente con el mentor del cuatro, al menos no que yo crea, pero todo es posible y dado que es mi mentor y su trabajo es ayudarme, decido guardar su advertencia para un futuro. Después de todo, tiene razón, aunque Finnick haya dicho una especie de comentario alentador, podría no ser más que un acto para verme morir cruelmente en los juegos. Después de sus palabras, toda la sala se queda en un silencio tenso. Los mayores por la incomodidad del momento mientras Theodore y yo parecemos cachorros regañados, si fuera otro lugar y otra situación, me habría reído a carcajadas.

Charles se levanta una vez que termina su desayuno y nos apura a ambos a seguirlo por los pasillos del edificio, nos termina guiando a diferentes puertas en donde tenemos que separarnos. Theodore me susurra un "nos vemos luego" para adentrarse cada quien a su sala. Lo primero que puedo ver es una mujer frente a mi, excéntrica como Charles, de cabello rosado y ojos verdes, quien se levanta de su asiento apenas me ve entrar, sus ojos escanean descaradamente mi cuerpo y suelta una risita nada disimulada para luego acercarse más a mi. —Tus labios, tu cabello, tu ojos y mejillas, oh, Damon tenía razón, eres perfecta. —Muchas de las cosas que dijo me dejaron pensando; primero que es detestable como hace referencia a mi como si fuera un pedazo de carne, y segundo ¿que carajos le había dicho mi mentor? —Me llamó Gendha y seré una de tus estilistas —Por fin se presenta casi como una persona normal. —Ahora no lo sabes pero quedaras irreconocible, Lahos ha pasado meses diseñando tu vestido, te encantará, ya lo verás.

GODDES OF THUNDER, finnick odairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora