Trope: Enemies to lovers
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HannahSer una ingeniera en un mundo liderado por hombres es difícil pero, créanme, no imposible. Mi primer año en RedBull estuvo lleno de sorpresas y una de ellas fue el primer campeonato mundial de Max Verstappen, formar parte de su equipo es un honor pero no conocerlo... no tanto.
Entiendo su arrogancia, está justificada porque es un piloto excelente pero como persona deja mucho que desear. Siempre tiene algo que decir, en cada carrera se encarga de desobedecer órdenes y sugerencias. Sería un trabajo más simple si tan sólo se tomara el tiempo de dejar de mirar su ombligo y trabajar mejor en equipo.
Al parecer, sólo tiene un problema con trabajar conmigo porque mecánicos y otros ingenieros hablaban maravillas del niño de oro, pero yo? Mi opinión está lejos de ser buena.Cada fin de semana tenía alguna forma de meterse bajo mi piel. Sus ojos verdes me perseguían donde quiera que esté, tomando mi café, en reuniones, en el paddock. Aprendí a ignorarlo pero mi cuerpo estaba en desacuerdo.
Lo sentía en cada nervio, un escalofrío bailaba por todo mi cuerpo cada vez que lo sentía y un calor me recorría de pies a cabeza. Sí, no se puede negar su atractivo y su encanto pero no nos soportamos, cómo es posible que mi cuerpo responda de esa manera?A pesar del nivel de eficacia que tuvimos este año, me sentía cansada. Viajar por todo el mundo tiene su belleza pero la falta de sueño y las horas de trabajo estaban pasándome factura. Aparte de mi título de ingeniera, tengo una pasión por la literatura, el año pasado encontré online una tecnicatura en corrección literaria y me anoté sin pensarlo. Terminé el segundo año hace una semana y mi cabeza está en su limite.
Estamos en la última carrera del año 2022, el segundo campeonato mundial ya pertenecía a la estrella de RedBull, mi némesis, pero estoy contenta y satisfecha por el asombroso trabajo que hemos hecho durante todo el año. Me merecía unas buenas vacaciones y un trago pero por hoy, comencemos por el trago.
El sábado de clasificación terminó con pole para los dos RedBull. Salí de la reunión de equipo y fui a buscar mi bolso, la puerta se abrió y una voz me asustó
-Necesito que hablemos de la estrategia para mañana.-el acento neerlandés lo delató
-Acabo de salir de la reunión con el equipo, si te hubieras molestado en aparecer, probablemente sabrías que iremos por el plan C.-contesto sin voltearme, sigo guardando mis pertenencias
-Y ahora quiero hablar con mi jefa de estrategias y hasta dónde yo sé, esa eres tú.-siento el timbre de sarcasmo
-Mi horario de trabajo terminó y ya no tengo la paciencia para lidiar contigo en este momento, a no ser que tenga un vaso de gin tonic en mis manos. Así que, si me disculpas, nos veremos mañana en la reunión previa a la carrera.-digo en tono robótico
Volteo al mismo tiempo que él toma unos pasos hacia mi. Con un paso de distancia, puedo percibir el aroma de su perfume. Pongo mi mejor cara de aburrimiento y lo enfrento
-¿Algo más?
-Vamos.-dice decidido- Te pagaré el trago que necesitas y hablaremos de las estrategias
-¿Te golpeaste la cabeza de chiquito o solo te haces el que no escucha? No hablaré de trabajo fuera del horario laboral.-doy un paso para esquivar su cuerpo pero atrapa mi brazo y me atrae a su costado
-¿Cuándo dejarás de ser tan obstinada? ¿Tu máscara de la reina del hielo nunca descansa o ya es parte de ti?-dice burlón. Siento como un nudo se va instalando en mi garganta
Durante toda mi adolescencia tuve que crear una armadura para evitar que comentarios como éste me lastimen. He pasado por muchos apodos e insultos pero aprendí a manejarlos y poner mi mejor cara demostrando que no me interesa pero éste apodo en particular, era el que más dolía y hasta hoy, nunca había escuchando de su boca llamarme así.