Parte 3 de Clara y Oscar (espero q sea la ultima jajsjsja)
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OscarA la mañana siguiente me desperté con un peso sobre mí. Aún con los ojos cerrados, sonreí.
Su perfume inundaba mi nariz, su cuerpo irradia un calor reconfortante. Abro los ojos para encontrarme con su cabeza y torso recostados sobre mi pecho, una de sus piernas cuelga de mi cadera y su brazo rodea mi cintura con fuerza. Me tiene completamente enredado.
Y me atrevo a definir este momento como mi lugar feliz.La alarma de su teléfono comienza a sonar sobre la mesa de luz. Ni siquiera se inmuta por el sonido.
Me recuerda a esa primera vez que viajamos juntos.-Clara, amor...-susurro contra su frente dejando caer un beso- Tu teléfono está sonando
-Mhmmm.-se queja enterrando la cara en el hueco de mi cuello
-Puede ser importante.-me río
Una de mis manos pasea por su espalda y termina en la curva de su cadera, se estremece apretando su agarre en mi cintura
-Estoy muy cómoda.-habla bajito
-Soy una buena almohada humana. Anotado, es bueno saber.-bromeo haciendo cosquillas en su costado
Ella suelta una carcajada y comienza a retorcerse.
El sonido de su risa hace eco en la habitación. Me permito cerrar los ojos y disfrutar de la dulce melodía.-Sabes a lo que me refiero.-dice tímida luego de calmarse volviendo a su posición de antes
Automáticamente mis brazos, como si supieran qué hacer, la envuelven buscando el contacto de su piel.
-¿A qué te refieres, cariño?.-pregunto curioso
-Me siento cómoda contigo. Me gusta lo que me haces sentir. Segura. Confiada. Hermosa.-confiesa con sus tiernas mejillas coloradas
Mi corazón se detiene para luego revivir con los latidos a mil por segundo.
Teniéndola aquí, entre mis brazos luciendo como un ángel y la mirada brillosa puedo darme cuenta de cuán colado estoy por ella.Puede tomar lo que quiera de mi y consideraría un honor tener su atención.
-Eres hermosa, Clara.-subo una mano hacia su mejilla acariciándola con el pulgar- No mereces nada de lo que has vivido. Eres una mujer valiente, creo ciegamente que cumplirás todo lo que te propongas en la vida porque eres así de genial.-ella se ríe
Coloca cada pierna al costado de mis caberas y se acomoda en mi pecho con las manos bajo la barbilla para verme.
Nos cubro con la sábana y la atraigo hacia mi rostro. Nuestras narices se rozaban en una dulce danza mientras su respiración se volvía errática.Mis ojos memorizan con delicadeza cada detalle de su rostro. Desde su suave frente, bajando por sus finas cejas hasta sus ojitos verdes, su nariz estaba adoranada de algunas pequeñas pecas haciéndola lucir más hermosa.
Seguí el recorrido por su rosada boca. Su labio superior un poco más fino que el inferior. Mi primer pensamiento al verla es besarla. Dejar caer un dulce beso suavemente para guardarlo en mi corazón.-¿Entiendes a lo que me refiero?.-susurra deslizando su dedo índice por mi barbilla- Me gustaría hacerte sentir como tú lo haces conmigo. Me gustaría hacerte saber que eres magnífico, Oscar. Conocerte es uno de los mayores privilegios que tuve en mi vida.
-Cariño, si no te detienes ahora mismo, voy a salir corriendo a una joyería y compraré el anillo de comprimiso que sea igual de precioso como tú y me arrodillaré aquí mismo para proponerte matrimonio.-gruño en tono serio haciéndola reír
-Eres un exagerado pero tierno.-da un golpecito en mi nariz- Gracias Oscar.
-Por ti, cualquier cosa.-susurro conectando nuestras miradas