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Trabajar en una cafetería tiene sus ventajas y desventajas. Las ventajas claramente era el café gratis y la comida, algunas veces los clientes y su amabilidad, aunque esta parte tambien entra en las desventajas. Pueden haber dias en donde todxs los clientes eran amables y respetuosos, pero después estaba él. El peor cliente que me pudo haber tocado en mis dos años trabajando aquí.
Nunca creí en el odio instantaneo hasta que me lo tuve que cruzar. Obvio que lo conocía, quién no. El niño favorito de Mclaren: Lando Norris. Para todxs, era la persona mas dulce y graciosa que podrían conocer, para mi? El ser mas insoportable. Cómo puede alguien comportarse de una manera con todxs alrededor y cuando se trata de mi, es ser el humano mas agrio que existe. He estado en este mundo por 23 años, he conocido mucha gente, de todo tipo y todas las personalidades, pero Lando, desde el dia uno, pasó a mi lista negra.
Ese día habia comenzado con el pie izquierdo. Tenía trabajos de la universidad para hacer, asistir a las prácticas y, claramente, hacerme cargo de mi y mi hijo gatuno, Homero. Esa semana estaba acabando conmigo, lo único que me mantenía contenta era que ya llegaba el fin de semana. Podría dormir, descansar y ponerme al día con la universidad, pero claro, era todo muy tranquilo para ser cierto.
Mientras terminaba de cobrar a un cliente, escucho la campanilla de la puerta. Camino hacia la mesa donde tres hombres tomaban asiento y sacaban sus computadoras, agarro mi cuadernillo y una lapicera, aclaro mi garganta y pongo la mejor sonrisa. Dos de ellos me la devuelven pero el tercero me dedicó una mirada fría
-Buenos días, bienvenidos. Qué puedo ofrecerles?-pregunto ignorando al de la mala cara, los otros dos sueltan una risa silenciosa
-Buenos días Clara. Te pido un flat white y un muffin de arándanos.-dice amable el de ojos marrones
-Hola, buenos días. Yo te pido un moccha latte y un trozo de cheesecake de frutos rojos. Gracias-dice el otro con una leve sonrisa volviendo la vista a su computadora. Espero que el tercero me mire y diga su pedido pero ni siquiera levanta la mirada
-Traeme un americano con un croassint. Puedes retirarte.-quedé muda. Ni un gracias o por favor. Di la vuelta y voy a encargar sus pedidos. En la caja veo a mi amiga Noah aguantando la risa, ella sabe lo mucho que odio a los clientes maleducados y más aún, quedarme callada sin poder ponerles en su lugar. Me acerco y ruedo los ojos
-Estoy a nada de tirarle su americano y arruinar esa bonita remera que tiene. Lo peor de todo esto es que soy fan de la Formula 1 y el maleducado de rulos es Lando Norris.-masajeo mi frente y voy hacia la parte de pastelería tomando los pedidos
-Lo sé, te tengo mucha envidia y aún más porque no solo estás atendiendo a Lando, sino también a Carlos Sainz -dice en un susurro emocionada. Ambas solemos pasar los domingos juntas y mirar las carreras.
-Puedo pedirle amablemente que te de un autógrafo en alguna servilleta-propongo agarrando una bandeja. Apoyo mi cadera en el mostrador esperando que ella termine con los cafés
-Ni se te ocurra!-exclama con los ojos bien abiertos-Me da verguenza interrumpir su día, probablemente eso le debe pasar unas miles de veces. Debe ser molesto-dice volviendo a su trabajo, estaba terminando el flat white y le agregó un pequeño corazón de canela. Nos reímos en silencio.
Termina con los pedidos y sujeto fuerte la bandeja para acercarme a la mesa donde se encuentran. Voy dejando uno por uno, hasta el pedido de Lando. Suavemente apoyo la taza y la comida frente a él pero ni me dirige la mirada. Doy vuelta y fijo la mirada en Carlos quién pide disculpas
