Trope: best friends to lovers
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Alena
El amor es una mierda.
Si, no es una buena oración para empezar esta historia pero es la verdad. Sin embargo, él lo hace sentir como la mejor emoción del mundo.
Me hace sentir como si volara cada vez que me mira con esos ojos hermosos color bosque con un toque de mar. Desde la primera vez que nos hicimos amigos me hizo sentir única. Como si valiera la pena conocerme.
Hace 8 años, Lando Norris se presentó con unos rulos preciosos y una sonrisa compradora. Estaba jugando cuando se acercó con sus autos de juguete y una ofrenda de amistad. Fue instantáneo.
Crecer juntos fue una de las mejores experiencias. Desde jugar en nuestro viejo vecindario hasta acompañarlo en su ambición de ser corredor de Fórmula 1.
En el 2019 cumplió su sueño de llegar a la máxima categoría junto a McLaren y un contrato de 2 años. Estaba feliz y orgullosa de él aunque aquello implicara estar lejos de casa por mucho tiempo. Entre estudiar en la universidad y trabajar medio tiempo, no tenía tiempo de acompañarlo durante las carreras pero no nos impidió mantener el contacto.
Los mensajes y las llamadas hasta altas horas de la noche han sostenido la amistad... y mi enamoramiento por él.
Suena super cliché, lo sé pero, ¿cómo no sentirme así cuando él ha hecho todo lo posible para hacerme feliz? Lando es esa persona que te mantiene activo, que te acompaña en todos tus proyectos y te apoya hasta el final. Desde que me inscribí en la carrera de periodismo, fue el único que creyó en mis sueños. Ni siquiera mi familia confiaba en mis planes para el futuro pero él estuvo firme a mi lado, patrando mi trasero cada vez que quise rendirme. Le debía parte de mi éxito.
Y con eso creo que me puso fácil el camino de caer por él. Profundamente.
Le bastó una semana para convencerme de que estaba perdidamente loca por él.
Flashback
Este es el peor día del mundo. Tengo dos ensayos para escribir y un final que estudiar. Para colmo, mi jefa decidió descontarme de mi sueldo porque pedí el día libre para dedicarme a la universidad.
Dormí 4 horas y mi departamento es un desastre. No puedo concentrarme porque, claro está, a mi mente le encanta sufrir. Hace un mes y medio Lando comenzó la temporada 2023, no lo veré hasta las vacaciones de verano y eso no es hasta dentro de otros 2 meses.
Definitivamente el peor día.
Tomo un sorbo de mi café y sigo escribiendo el primer ensayo cuando escucho el timbre. Frunzo el ceño extrañada porque no esperaba a nadie. Corro a la puerta y abro encontrándome con mi mejor amigo
-Hey cariño!.-Lando aparece con una bolsa, un girasol y una sonrisa encantadora
Quedo estupefacta. Hace algunos meses que mis sentimientos comenzaron a cruzar la línea de la amistad con él. Cada vez que veía esos ojos, mi corazón aumentaba su ritmo y las mariposas de mi estómago comenzaron a volar. Argh! Quiero golpearme cada vez que me pongo cursi
-Lando, hola! ¿Qué haces aquí?-saludo aturdida dejándolo pasar
-Estaba visitando a mi familia, me quedaba de paso venir por aquí.-se encoje de hombros, cruzo los brazos enarcando una ceja.
-Lando, tu familia vive en un vecindario cerrado. Mi departamento queda del otro lado de la ciudad.-aprieto mis labios evitando que una sonrisa se dibuje en mi rostro
-¡Te extrañaba, okay?!-exclama- Ahí está, lo dije.-me da una sonrisa antes de extenderme la flor- Flo dijo que sonabas estresada cuando llamó, asi que estoy aquí para salvarte.-guiña un ojo tirando su cuerpo sobre el sofá
