HMS:Sasha Waybrigth es una adolescente algo hormonal, bueno, bastante hormonal que le gusta una chica de su misma edad, Marcy Wu, la cual ha sido su amiga desde los 7 años, así que ante sus hormonas alborotadas intenta conquistar a Marcy aún que de...
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Pov Marcy
Estábamos en el departamento de Sasha, yo había conducido, ¿Sabía conducir?, si pero casi no conducía, estábamos en el cuarto de Sasha, ella estaba recostada en mi algo cansada y triste.
Escuché como suspiro, empezó a hablar.
—Marce... No se si perdonar a mi padre...— La escuchaba mientras acariciaba su cabello, lo único que podía hacer era estar para ella en estos momentos —El me ha hecho daño psicológicamente, me alejó de la persona que más quería y... por un lado, yo lo quiero pero no lo se— Ella me miró, había llorado mucho, le plante un beso en la frente y hablé.
(*Empieza a sonar mama's boy*, NAH MENTIRA)
—Sash, mira, yo no puedo decirte que lo perdones, no por qué no quiera decirte algo, si no por qué es tu decisión y tú debes de decidir si perdonarlo, tu corazón debe de guiarte, además, ¿Aún lo quieres, no?— Sasha asintió —Bueno si aún lo quieres, puedes perdonarlo o también tratar de arreglar las cosas con el aún que sea de poco a poco pero no perdonarlo por completo, pero si no quieres perdonarlo está bien, es tu decisión— Sasha estaba pensativa.
Ella me miró de vuelta y se sentó en mi regazo quedando enfrente de mí derrepente poso sus labios sobre los míos por unos minutos hasta que hablo.
—Mars, pareces psicóloga diciendo eso pero, tomaré en cuenta lo que me dijiste, tampoco puedo dejar las cosas sin arreglar con mi padre— Sonreí al escuchar las palabras de Sasha, aún que me dió risa lo de que parecía psicóloga.
La agarre de la cintura y ella entrelazó sus brazos en mi cuello, dejé un beso en sus labios mientras cerraba los ojos, mordí su labio sintiendo de nuevo el sabor del labial de Sasha, tome la iniciativa ahora yo y metí mi lengua en el beso, escuché como Sasha soltó un jadeo, okey... no se cómo sentirme debido a eso.
Nos seguimos besando durante un tiempo, hasta que nos alejamos por la falta de oxigeno, pude ver cómo sus ánimos habían subido un poco más, sonrió, me alegre al verla mejor, acerqué mi nariz contra la suya y hablé.
—Dios, como no amarte Waybrigth, eres tan hermosa, te amo.
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