Extra 2/?

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Inclina más la cabeza, ¿Crees que mido dos metros? -habló y el hombre frente a él agachó el cráneo, sonrió un poco cuando acarició los músculos en su cuerpo, sus manos tocaron con suavidad los hombros anchos, pálidos, cubiertos de cicatrices de cortaduras, mordidas blanquecinas y quemaduras rosáceas, sus ojos avellana lo recorrieron con atención.
Se mordió el labio un poco y apretó las piernas, se acercó lo suficiente para sentir la calidez del cuerpo ajeno contra el suyo semidesnudo. El calor se le subió por las piernas hasta el estómago cuando sus dedos se hundieron en el abundante cabello negro de Minho, suave, largo, el hombre frente a él suspiró por lo bajo y todos sus músculos se relajaron. El chico más joven se mojó los labios con su lengua y tomó los primeros mechones largos de la nuca, acercó la tijera y empezó a cortarlo.
-Me gusta sentir tus manos -lo escuchó decir y lentamente su cuello y sus hombros empezaron a llenarse de cabellos sueltos, Taemin marcó con su uña una ligera línea en el cráneo ajeno, determinando la zona que debía cortar por completo-. Me dan mucho sueño, Cachorro.
El menor sonrió cortando con más rapidez, Minho estaba sentado en una silla vieja de madera, sin respaldo que amenazaba con romperse en cualquier momento, la mirada de Taemin vagó por las cicatrices que empezaron a marcarse en el cráneo ajeno, en la luz de la mañana que chocaba contra su piel, contra el suelo del baño y los cabellos oscuros que caían y se regaban por el suelo de madera. Taemin cortó el último mechón y Minho bajó más la cabeza cuando el menor se inclinó para tomar el pote de jabón y la navaja de afeitar. El hombre repasó una mano grande por su cabeza y sostuvo el cabello largo cuando Taemin mojó la zona corta. Sus ojos avellana se clavaron en la piel de aquella zona, en la navaja cortando el cabello. La respiración de Minho era serena, tranquila, cuando terminó volvió a buscar la tijera y empezó a recortar un poco el resto de cabello. La voz de Minho sonaba lenta, rasposa, grave al hablar, al indicarle suavemente cómo lo quería.
No fue hasta que terminó que se permitió sacurdirle el cabello de los hombros, y de la espalda. Las manos de Taemin apretaron los músculos, y no fue hasta que sintió la cabeza de Minho chocar contra su pecho que se encontró con sus ojos negros, intensos, y risueños. La cicatriz que recorría casi la mitad de su rostro estaba pálida, Taemin le sonrió, mordiendo sus labios cuando sus dedos recorrieron el cuello ajeno, cuando sintió la manzana de Minho y este respiró profundo.
-No me toques así... -murmuró, entrecerrando los ojos, a pesar de las cicatrices, de la mirada cansada y de los labios agrietados que tenía... Minho se veía sumamente atrayente para él. El sol pegó contra su pecho desnudo, y la mirada de Taemin se desvió un poco a las partes íntimas del hombre. Suavemente se inclinó, besando apenas sus labios, sus manos traviesas empezaron a acariciar su pecho, sus hombros, cuando se separaron apenas unos centímetros fue cuando chocaron miradas-. Mmn... No tenemos espejo pero... Te ves sumamente exquisito con tu cabello despeinado y húmedo.
-¿Te gusta? -murmuró suavemente, pegando más su cuerpo al suyo, sintió las manos de Minho sobre las suyas.
-Te quiero coger -susurró Minho y Taemin sintió que su estómago se calentaba más, se removió un poco, mientras sus pupilas se dilataban y se semblante se volvía más lento, más seductor. Mojó sus labios una vez más cuando los dedos de Minho se entrelazaron con los suyos, seguían en su pecho, y podía notar los latidos que chocaban con fuerza. Podía notarlo, y eso lo volvía más peligroso. Taemin se mordió los labios ante la atenta mirada ajena, a pesar de que Minho tenía los ojos negros, supo, por la manera en que su respiración se volvía más lenta y pesada, que se habían dilatado.
-Me encantaría -respondió y los dedos de Minho se hundieron en las hebras de su cabello, sus labios se unieron, rápidos, encontrando sus lenguas de una estocada y uniéndolas entre el calor y el aroma a agua del lago que abundaba entre sus cuerpos. Taemin soltó el cuerpo ajeno y respiró profundo cuando Minho se puso de pie, tuvo que levantar la cabeza y rápidamente se colgó de su cuello. Gimió, sumamente caliente cuando de un salto se enredó en la cintura ajena, su delgada espalda, cubierta de cicatrices se golpeó, fuerte, doloroso, contra la pared. Su garganta gruñó pero el calor del momento lo atrajo de vuelta cuando las manos de Minho apretaron su cintura, se separaron unos segundos y se miraron, los ojos avellana de Taemin se pegaron a los negros de Minho, cegados, opacados, las yemas de sus dedos recorrieron su nuca rapada, sintiendo su pecho acelerado, su ropa interior apretada. La saliva se le escapó de los labios cuando sintió el bulto ajeno sobre su trasero-. Bájame... Bájame...
Se desprendió de su cintura y sintió las manos de Minho sobre su cintura, Taemin sintió el suelo de madera bajo sus pies y volvió a besarlo con fuerza, sus lenguas se encontraron, húmedas, calientes, necesitaban tanto contacto que Taemin no pudo evitar adentrar la mano en la ropa interior de Minho, apretó su intimidad, dura, y sintió la humedad en la punta cuando tocó con su pulgar, el mayor frunció el ceño cuando Taemin empezó a besar su barbilla, su cuello, las mordidas suaves que dejaba, las fuertes, su lengua lamió, entre su propia saliva y la sangre ajena hasta llegar a la ingle, rápidamente apartó toda prenda, relamiendo sus labios cuando el duro miembro se alzó, las cicatrices, las mordidas en la cintura de Minho fueron acariciadas por Taemin. Levantó la mirada cuando lo tomó entre su mano y los ojos negros de aquél lo miraban, con el ceño fruncido, con una mano en su cabello y las mejillas ligeramente calientes. Escuchó su gruñido, sus suspiros y el gemido ahogado en su garganta cuando metió dentro de su boca caliente su pene. Lo apretó ligeramente, y lo lamió, dejando rastro de su saliva por todo el falo.
Taemin gimió, apretando las piernas y su propia erección cuando la glande chocaba contra su garganta, cuando sentía su boca llena, su lengua, los dedos de Minho se enterraban en su cabello, fuerte, caliente, quiso comérselo entero, a pesar de que las lágrimas se le caían de los ojos. Sin embargo, de un segundo a otro Minho lo jaló con fuerza, la boca de Taemin se separó de su miembro, dejando un hilo de saliva, presemen, sobre sus labios húmedos e hinchados. Sus ojos avellana se levantaron, grandes, cuando volvió a jalarlo con fuerza y lo golpeó contra la pared, Taemin cerró los ojos, gimiendo, sintió la lengua de Minho en su boca, sus latidos se aceleraron, rápidos, chocando contra su caja torácica al momento de sentir la fría pared contra su mejilla, cuando Minho lo pegó contra la pared y le bajó la ropa interior de un tirón, Taemin gimió, pegando sus muslos contra los ajenos, apretando su propia erección cuando sintió el miembro de Minho contra sus glúteos. Gimió ruidosamente, retorciéndose cuando sintió su mano sobre su miembro, cuando empezó a masturbarlo con rapidez mientras le besaba el cuello, mientras lo mordía, los labios de Minho acariciaron las decenas de cicatrices que decoraban la espalda de Taemin, ahí, donde su piel se deformaba en rayas, cortadas, en decenas de nombres que no recordaba, y que ambos desconocían.
Los dedos de Minho se encerraron en su miembro cuando eyaculó, gimiendo, mientras la humedad manchaba con rapidez la palma ajena y Minho respondía con rapidez, Taemin respiró, ahogado, entre los espasmos y el ligero dolor en su estómago cuando sintió la humedad en su entrada, ahí, donde de una estocada Minho le había metido dos dedos hasta el fondo. Taemin abrió la boca, gimiendo ruidosamente, arqueando la espalda, su cabeza chocó contra el hombro de Minho y este aprovechó para atraer sus labios, sus lenguas se encontraron, a pesar de que Taemin se movía torpemente por los espasmos, por el calor, y por la debilidad de su cuerpo ante la reciente eyaculación. No fue hasta unos minutos que en su interior se sentía pegajoso y húmedo, se sintió abierto, débil, arrasado por el placer de ser tocado, de sentir el aroma del río en la piel caliente de Minho, de sentir sus latidos acelerados, de sentirlo ahí abajo.
Minho lo empujó contra la pared una vez más, y Taemin gimió porque seguía teniendo sus dedos en su interior, los labios del mayor besaron su cuello, y mordieron con brutalidad, cegando, generando un dolor que provocó un suspiro, un grito ahogado a la hora de ser penetrado de una estocada. El placer electrizante que chocó contra sus huesos fueron hacia su estómago, Taemin gimió ruidosamente, sintiendo que su cuerpo chocaba contra la fría pared cada vez que Minho penetraba su anatomía, sus manos sostenían con fuerza su cintura, sus manos, Taemin cerró los ojos con fuerza, ahogado, mientras la saliva se le escapaba de la boca, se sintió caliente, deseable, sucio, se sintió sumamente húmedo.
-¡Sí, sí! ¡Me gust.. Me gust-Ahh! -apretó los dientes y se ahogó en gemidos, en jadeos, Minho apretó sus muñecas, y le encantó ver sus manos contra la pared, hechas puños, le encantó ver la mano grande de Minho sobre sus muñecas, mientras estaba detrás de él jodiéndole entero. Taemin gimió, y pegó su frente contra la pared, mientras sentía su cabello húmedo, mientras sentía que el sudor le pegaba el cuerpo, el rostro, las jodidas mejillas. Sus ojos se cerraron con fuerza y sintió un ligero dolor en su cabeza, el calor lo cegó y sus ojos avellana volvieron a pegarse en sus manos, en sus manos, su muñeca apretada.
Taemin jadeó, gimiendo entre el placer y el dolor cuando sintió una fuerte mordida en su nuca, no movió su cuello, no lo hizo, porque no pudo, sentía los colmillos, los dientes enterrados en su carne, intenso, profundo. Taemin gimió, y las lágrimas se resbalaron de sus ojos cuando empezó a dolerle mucho, cuando, de repente, sus ojos se pegaron a sus manos, cuando vio que la piel de su muñeca se había tornado violácea y que la mano que lo apretaba era más grande, medio morena, cubierta de más vellos, Taemin miró con grandes ojos las cicatrices desconocidas, los cortes, de repente, se retorció, llorando, pero lo estaban apretando demasiado, lo estaban apretando tanto que la desesperación de aún tener la mordida en su nuca no lo dejó ver detrás.
-Min... Minho... -gimió y sintió la lengua en su nuca, larga, áspera, Taemin no podía dejar de ver la mano, ahí, sobre la suya contra la pared. De un momento a otro sintió una respiración fuerte, ajena, más acelerada y dura.
-Me gustas tanto, Animal -rugió, áspera, grave, cuando Taemin se volvió y se encontró con un par de ojos grises, dilatados, con un par de labios cubiertos de sangre y una mirada cegada y psicótica, Taemin ahogó un grito cuando sintió una mano sobre su boca, cuando, de repente, sintió el dolor por toda su mano. Por todo su cráneo, su cabeza.
-¡Taemin! -escuchó y un choque eléctrico cubrió su cuerpo entero, Taemin retrocedió, sintiendo un dolor terrible de cabeza cuando miró a Minho sentado en la silla, mirándolo con el ceño fruncido y con restos de jabón en el cabello. Taemin lo miró, temblando, y sintió que algo se resbalaba de sus manos. Sus ojos avellana bajaron la mirada a la navaja vieja, cubierta de sangre mientras su mano dejaba escapar gota tras gota de aquél líquido escarlata. Su cuerpo tembló, rápido, extraño, llevó una mano a su cabeza, ambas, y cubrió su piel de sangre cuando el llanto despertó en sus ojos-. ¿Cachorro... Qué pasa?
-Y-yo... Yo... Estaba cortando tu cabello y... Y no lo sé, no lo sé -murmuró, su garganta dolió y el llanto lo atrapó con fuerza, Minho se puso de pie, y se acercó a él, tomando su mano herida con lentitud. Los ojos llorosos de Taemin se pegaron a los negros y lo miró, fijo, intenso, sus manos recorrieron su rostro cicatrizado, a pesar de que manchó sus mejillas con sangre-. Eres tú... Eres tú...
-Ya... Ya... Estás aquí -murmuró Minho, apoyando su mano sobre la suya, sus labios se acercaron a su herida, suave, y la besó lentamente. Taemin lo miró, entre el llanto, cuando se separó y sus labios quedaron carmesí, puro, rojizo. Los ojos de Minho estaban como los recordaba, risueños, suaves, pudo notar en su mirada su tono juguetón, despreocupado, a pesar de que Taemin se estaba desangrando y que su respiración era agitada-. ¿Te perdiste?
-¿Qué...?
-Suele... Pasar mucho los primeros años -habló, suave, lento, Minho besó su muñeca, y Taemin notó que estaba blanquecina, cubierta de ligeras mordidas viejas, pero sin moratones. Sus ojos cristalizados lo miraron intensos, Minho ladeó la cabeza, sonriendo con dulzura después de haber dejado un besito sobre su piel. Taemin miró la mancha de sangre-. No tengas miedo, él no está, no eres animal, no más.
A pesar de eso, Taemin sollozó.
-Eres mi cachorrito, Eres Taemin -murmuró, y besó su mejilla con suavidad, el menor escondió su rostro en el pecho de Minho cuando este lo atrajo hacia sí, sintió que acariciaba su cabello-. Estoy aquí, estoy aquí, quédate conmigo. Ya no puede dañarte.

Violencia Animal (adaptación 2min)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora