Luego de que Samuel se me haya declarado estaba en vuelta en emociones y pensamientos, estaba feliz, desconcertada, asombrada y tantas cosas más...
- Y bueno... ¿Qué sigue ahora? - pregunto él.
- Mmh, no se - respondí no sin antes pensar en algo coherente, claro que habían muchas cosas para hacer pero la gran mayoría no ahora, a las 3 de la madrugada con un loco afuera, con "loco" me refiero al Padre de Samuel... Lo odio!
- No quiero volver a mi "casa" - confesó él marcando las comillas con los dedos.
- Tampoco quiero que vuelvas a ese lugar, no quiero que te vuelvan a hacer daño...- musite yo...
- Te prometo que nunca más volveré a dejar que me hagan algo, ni a ti tampoco - dijo Samuel acercándose a mi rostro tranquilamente mirándome con ojitos de bebé feliz y una pequeña sonrisita que ya conocía...♡
Sonreí tiernamente con una pequeña risita que se escapo de entre mis labios.
El me devolvió la sonrisa de la manera más cálida posible mientras se alejaba un poco de mi y levantaba ligeramente su cabeza con orgullo.
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Ese gesto me hizo muy feliz hasta que un repentino pensamiento llegó a mi cabeza y me hizo desvanecer rápidamente la tan prominente sonrisa que se había formado en mi rostro...
Samuel al verme así cambió rápidamente su reacción a una de preocupación y desconcertes.
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- ¿Qué sucede? - pregunto confundido.
- Alguna vez has intentado... - tire la pregunta al aire esperando que el supiera interpretarla pero en vez pensó otra cosa.
- ¿Intentar qué? - dijo con un tono pícaro mientras se acercaba a mis labios y quitaba el cabello de mi rostro para luego acomodarlo tras mi espalda.
- No, eso no - dije empujándolo.
- Oh... ¿Entonces a que te refieres?? - pregunto.
- ¿Alguna vez intentaste quitarte la vida? - pregunte con voz rígida pero en el fondo temblorosa...
Palidecio y luego agacho su cabeza.
Levanto nuevamente su cabezita y me miró neutro.
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- Lo intente pero falle...- confesó haciendome saltar el corazón.
Empeze a sentir un nudo en la garganta que me era incapaz de hablar.
Solo lo abrase y acaricié su cabello con ternura, él sujeto mi cintura y poso su cabeza en mi pecho para unos segundos después cerrar sus ojitos.
- Oh, Samu...- murmure con voz baja y quebradiza...
Él se limito a escucharme
- Lindo, no quiero que se te pase por la cabeza nunca más hacer algo así ¿Escuchaste? - advertí ahora mirándolo a los ojos...
- Te prometo que nunca más...- prometió él.
- Ahora me tienes a mi, estas a salvo aquí Sam - murmure intentando controlar mi respiración..
- Mi vida no ha sido fácil, tengo muchos problemas pero estar contigo resuelve el 99% de ellos - confesó haciéndome sonrojar.
- ¿Quién forma parte del 1%? - pregunté.
El agacho la cabeza y comenzó a hablar.
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Mi padre, es un monstruo, lo odio, no quiero volver - dijo para luego abrazarme fuerte.
- No tienes porque hacerlo, puedes quedarte aquí para siempre - dije.
El se limito a mirarme con la boca abierta como sin poder creerlo.
