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Félix despertó sintiendo el sol en su rostro, la luz le cegaba tanto que no podía reconocer bien su alrededor, intentó sentarse en la cama pero un enorme peso sobre su abdomen se lo impedía, trató de aclarar su vista y cuando logró ver mejor divisó sobre él un brazo; Changbin dormía plácidamente a un lado suyo tan ajeno al mundo y tranquilo que le transmitió esa misma paz, su brazo era el que le aprisionaba sin querer dejarlo ir, encontrándose a él admirando a aquel hombre que en poco de un mes había sido capaz de robar su corazón, tan ardiente y rápido cual llama de fuego que le aterraba.
Cuando pudo librarse se dirigió al baño pues anhelaba una ducha con urgencia, notando aquel dolor en su parte baja, más no lo odiaba. En su cuerpo se dibujaban pequeños mapas morados y azules adornando lo canela de su piel, pasó sus manos sobre ellos y algunos dolían todavía por lo que debía tener cuidado, su estado de relajación fue tanto que cerró los ojos y, en esos momentos, no notó la presencia de Seo junto a él posicionándose detrás de sí.
–Buenos días– dijo besando su hombro, seguía desnudo al igual que él.
–Buenos días –
–Lo siento si fui muy agresivo anoche, no pude contenerme– se excusó al notar las muecas de dolor en el rostro contrario, su mano masajeaba su cadera en el mismo lugar donde estaban marcados sus dedos.
–No quería que lo hicieras
–No me concedas tanto poder, no me sé controlar– sonrió ladino
–¿Estoy diciendo que lo hagas?– la sonrisa de Félix envío nuevas cosquillas a través de todos sus nervios, pero no dijo nada y solo se alejó para cerrar la llave de la bañera, echó sales de baño y entro en ella, con su mano estirada le invitó a entrar, cosa que hizo gustoso.
–De verdad duelen–
Estaba recostado contra su pecho, sentía su respiración, su pecho subir y bajar mientras masajeaba cada moretón para apaciguar el dolor hasta que sintió entre el agua una de sus manos bajar hasta su muslo
–No terminamos nuestra conversación ayer–
–Mmhjm– estaba absorto de todo, más cuando aquella mano empezó a indagar en su parte baja
–Desde que te vi me gustaste, Félix, y me pone loco verte con alguien más que no sea yo, que alguien más te toque– un dedo entró en él provocándole suspiros de placer– Que alguien más te bese…
Lee decidió apartarse de su pecho y voltearse para verle de frente, con agilidad consiguió colocarse a horcajadas sobre él, acción que le hizo sentir el miembro del otro rozar contra su entrada robándole un suspiro, Changbin por su parte colocó sus manos en su cadera luchando con las ganas que causaba cada roce en él.
–Y yo te odio, Changbin– su rostro fue un poema– Te odio por enamorarme de ti, no es justo que en menos de un mes me hagas sentir lo que me toma meses– tomó su rostro en sus manos y aquellas palabras salieron de su boca– Porque me gustas.
No hubo respuesta sino un beso como confirmación de que él sentía lo mismo, los dos eran indispensables para el otro, un amor que nació más rápido que cualquiera que hayan tenido anteriormente.
–Te tomó bastante aceptarlo– se sonrió y le besó nuevamente para hacerse paso dentro de él.
El sonido obsceno del agua chapoteando junto con sus besos y gemidos rápidamente fueron los sonidos que llenaron el cuarto de baño, el despertar más acertado que pudiesen tener, pero gracias a la noche anterior Félix juraba sentir todo con el triple de sensibilidad.
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Amor a muerte | Changlix
Hayran KurguLee Félix siempre tuvo entre sus creencias, sin importar qué, los más débiles debían estar fuera del cruel juego de la muerte a toda costa, fiel a sus principios aún dentro del retorcido mundo en el que nació, pero ¿Qué pasa cuando un día toda su re...