42.- mis sueños me advierten

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—Dejare que se vengan los dos juntos y...solos, si no llegan a casa los mandaré a buscar con la policía y podrían meterte a la cárcel Tom por estar con una menor de edad -Tom trago saliva fuerte y me miro nervioso, Gustav salió de la pequeña casa con todos los chicos-
Minutos después nos cambiamos ambos, ninguno dijo una sola palabra en todo el tiempo hubo un silencio incómodo, al empacar mis cosas el agarro mi mano.
—Tranquila nosotros estaremos juntos siempre -me beso en la cabeza-
—Tom, Gustav no nos quiere juntos yo...No quiero alejarme de ti -lo abrace-
—Lo mejor es terminar esta relación -pase mi mano por su pecho y por última vez le di un beso-
Nuestro beso estuvo lleno de amor y deseo al otro, ninguno de los dos queríamos alejarnos nos necesitábamos, todos nuestros besos que imaginamos se desvanecieron.
—No puedes terminar conmigo así, Te necesito y tu a mi encontraremos una solución -me agarro del brazo-
—No...por el bien tuyo y mío nosotros no podemos estar juntos, vámonos por favor -me solté de su agarre y me fui al carro con mis cosas-
Es como si dejara atrás todos nuestros recuerdos,
A pesar de que no estuvimos mucho tiempo tenemos buenos recuerdos yo quería entregarle el anillo tenerlo me causaba tanto daño.
El vino detrás mío con todas sus cosas, se sentó al lado mío, tomo mi mano y la acaricio Justo donde estaba el anillo aparte mi mano y desvíe mi mirada para otro lado.
El soltó un suspiro de tristeza y aceleró el auto, durante el camino ninguno de los dos habló, se qué tal vez no fue la mejor decisión que tome pero gracias a mi el está metiéndose en problemas. No me gusta estar peleada con mi hermano el es lo unico que me queda y si le llegase a pasar algo prefiero no estar viva.
Lo sé soy una estupida por que a pesar de que mi hermano me maltrata y me amenaza constantemente yo sigo ahí, no le guardo ningún poco de rencor.
Poco a poco me quede dormida, abrí los ojos y otra vez me encontraba en una habitación oscura pero esta vez estaba atada a una silla al lado mío estaba Gustav también atado.
—Por fin despiertas -solto un suspiro de alivio- ¿Te encuentras bien?
Trate de moverme pero no pude, tenía un fuerte dolor en la cabeza es como si me hubiesen golpeado con algo en la cabeza, supongo que me desmayé.
—¿Por que estamos aca? ¡¿Por que estás sangrando?! -grite al ver que se estaba desangrado de la cabeza-
—Nos golpearon en la cabeza con una piedra, por eso nos desmayamos y despertamos amarrados ¿No recuerdas nada?
—No...
Escuchamos pasos aproximándose eran...
Samantha y Tom, ellos dos estaban con un cuchillo afilado en la mano.
—Te lo advertí, pero tú quisiste hacerte la valiente ¿no es así? -dijo ella mientras sonreí macabramente-
—¿Tom? ¿Que haces con ella? -pregunté confundida-
—El me ama, ¿creíste que eras la chica de sus ojos? -rio- Que ingenua de verdad, pronto sabrás la verdad.
—¿verdad? ¿El te ama?
tom se mantuvo en silencio y apartó la vista a un lado oscuro.
—¡Exijo una explicación! ¿Me engañaste? -dije con la voz entre cortada-
Atrás mío apareció un chico alto, vestido de negro otra vez el no.
Acaricio mis hombros y puso su mano en mi mentón, y empezó a acariciar mis labios con un dedo.
—Me parece tan extraño que no puedas reconocerme aun, después de tanto tiempo que pasamos juntos.
Por un momento pensé que era Dylan pero su voz no era así.
—Nos veremos pronto, te alegrarás al saber quién soy -sonrió y desapareció en la oscuridad-
Desperté con la respiración agitada miré para ambos lados no encontré a nadie, estaba sola en el auto.
Al parecer estábamos en una gasolinera, vi a Tom al parecer compraba cigarrillos.
Solté un suspiro de alivio al ver que estaba a salvo y solo era otra vez un sueño, ¿Por que otra vez soñé así? Pero solo que esta vez Tom estaba del lado suyo, tal vez mis sueños me advierten de algo.
Segundos después siento que alguien abre la puerta, voltee pensando que era Tom pero no eran dos chicos encapuchados me cogieron de los brazos y trataron de sacarme del auto a fuerzas, con todas mis fuerzas me resistí pero fue en vano ellos tenían mas fuerza que yo.
—¡TOM! ¡AYUDA! -grite mientras me aferraba al auto-
El chico me tapo la boca con su mano y me cargaron hasta una camioneta negra.
Lo último que pude ver fue saliendo a Tom de la tienda en la que estaba con un cigarrillo en la boca,
Me empecé a sentir mareada y mi cabeza empezó a dar vueltas cerré mis ojos y no recuerdo que mas paso después.

amor secreto || •Tom Kaulitz •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora