Las apariencias engañan

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Salimos de la casa, y el entrelazo nuestras manos lo mire confundida.

El sonrió y se inclinó a darme un beso.

Aun que lo niegue yo también necesitaba eso.

—¿Por qué haces esto? No lo hagas más complicado tú y yo solo somos amigos, y no pasará nada más después. Casi arruinamos nuestra amistad por una relacion, los dos nos deseábamos aquella noche que me dijiste toda la verdad pero no quiero que se confundan las cosas -solté su mano y el gruñó-

—Tu sabes que no es así, lo sé por que eso es lo que me demuestras, tus acciones te delatan, tu mirada lo dice todo -aparté la mirada, vi un auto bastante conocido-

Camine hacia la esquina de la calle y efectivamente ese auto ya lo había visto, ese auto era de Lucas, el estaba vigilándonos desde hace un buen rato.

El sigue todos nuestros pasos, el ya sabe donde vive Anna y puede hacerle daño.

No dudé en regresar a la casa de Anna, ella abrió la puerta confundida.

—Tienes que venir ahora, solo empaca lo necesario.

—¿Que? -pregunto confundida- quedamos que mañana iría con mis cosas -solté un suspiro y me enderecé-

—Lucas, el cómplice de Samantha, sabe donde vives y el no dudará en matarte esta misma noche, el está enfermo, vi su auto pasar.

—¿Segura que no te confundiste?

—Anna, me guarde la placa de su auto por miedo al momento de denunciarlo por maltrato psicológico y físico, tienes que apurarte.

Me agarro de la mano y me llevo corriendo a su habitacion, puso una maleta encima de su cama y empezó a sacar ropa de montones y los puso encima.

—¡Wow! Solo lleva lo necesario

—Todo es importante, quien sabe si Taylor switf toca la puerta para cantarme -metió un par de jeans-

—Solo tú puedes pensar esas cosas -rodeo los ojos- ¿Y tus gatitos?

—Los dejare con mi mamá, ella los vendrá a recoger

La maleta estaba tan llena que no cerraba por completo, ella aunque lo intentaba no podía cerrarla.

Se recostó encima de la maleta y me ordenó que lo cerrara.

Apenas y pude lograrlo.

Salimos las dos y ella cerró la puerta y dejó las llaves abajo de su maceta.

La miramos confundidos

—¿Que? Se me pueden caer las llaves, además no es la primera vez que hago ok

—¿No se supone que venía mañana? -susurro Tom-

—Después te cuento -respondí- vámonos por que este lugar me da escalofríos.

Llegamos a casa y ella ingresó antes que nosotros, Catalina estaba sentada leyendo.

Levanto la mirada y vio a Anna, me miró confundida.

—Es mi mejor amiga, ella es Anna, Anna ella es catalina la mejor amiga de victoria -dijo tom-

—Que hermosa eres -la miro de arriba a abajo- seremos muy buenas amigas ¿donde dormirás? Supongo que con nosotras

—dormirá contigo, yo...-dudé en decirlo- yo dormiré en otra parte.

—¿donde?

—Con tom -se adelantó Anna en contestar, catalina sonrió- Lo siento, no debía decirlo.

—Ya se tenía que enterar, pero esto solo se queda entre nosotros, Gustav no puede saberlo.

—¿No puedo saber que? -dijo una voz masculina desde arriba, todos miramos para arriba-

—Que te robo dinero -dijo catalina rápido- te robó 5 dólares.

—por un momento pensé que fue Georg pero fuiste tú victoria.

—Pero yo si te robe -dijo Georg a su costado- para mi que algo traman

—olvidemos el tema por algo es un secreto ¿No?

Me metí en la cocina, me lave las manos y la cara.

Cuando pensé qué tal vez ya había terminado todo pues no, la señorita Samantha le quiere hacer daño a Anna.

Sonó mi teléfono, una notificación me llego.

Era Dylan

-princesa, estoy afuera sal y ven a darme unos buenos besos.

Dios! ¿Por que tiene que venir en los momentos menos esperados?

Camine lentamente hacia la puerta pero antes le hice señas a catalina de que alguien estaba afuera tenía que llevarlos a otro lugar.

O al menos a Tom.

Abrí la puerta y ahí estaba el apoyado en su auto con las manos en sus bolsillos mientras que se le notaba un bulto en el pantalón, ya sabía para que venía pero no era el momento.

—Princesa, no me llamaste ¿por que? -se acercó- ¿escondes algo?

—No, estuve ocupada -me encogí de hombros- mi hermano...se enfermo.

—Ya veo, entonces tengo otra pregunta -se acercó más a mi y yo me alejaba más-

El venía intimidante, realmente daba miedo, me golpeé con la puerta y ya no tenía escapatoria, el puso su mano en la puerta y acercó su rostro al mío.

—¿Por que te vi en casa de Anna? No se supone que tu hermano está mal, digo y también vi que te besabas con kaulitz ¿Tratas de engañarme? -ríe- tuviste que pensarlo dos veces antes de estar conmigo, no sabes lo peligroso que soy cuando estoy celoso.

—Tu y yo no somos nada, tengo derecho a besarme con quien yo quiera -levante la mirada- no tienes ningún poder sobre mi, mi hermano y sus amigos están adentro así que si me haces algo gritaré y ellos saldrán rápido.

—Tal vez si o tal vez no -acaricio mi pelo pero rápidamente me jalo de un tirón y me tiro al piso- Tu no puedes verte con el nunca más, ¿ahora ya sabes cómo soy realmente cuando estoy molesto? Ojo, y este no es el verdadero castigo.

—Imbecil, ¿Quien te crees? Yo puedo meterme con quien se me de la gana cuando quiera, no te atrevas a tocarme nunca -me pare del piso- tu tampoco me conoces cuando realmente estoy enojada -el ríe sarcástico-

—¿Debo asustarme? -se acercó a mi lugar y yo di mi un paso atrás, tenía que mostrar mi valentía- ¿Te crees valiente? Intenta hacerme algo.

Trate de mandarle un golpe a la cara pero el lo esquivo y agarro mi mano y empezó a torcerla, soltaba quejidos de dolor, con la mano libre le di una cachetada.

Me acerque más a él y le di un golpe con mi rodilla en sus entrepiernas

Me soltó y empezó a quejarse del dolor.

Soy tan estupida que me heche a correr a la calle, podía tocar la puerta y gritar pero bueno.

Corrí lo más rápido que pude y me escondí entre unos arbustos, escuché un carro acercándose y supuse que era el.

El pareció verme, me agarro del pelo, salió del auto y me levanto de una sola.

—¿Puedes meterte con cualquiera no? Entonces creo que no te importará que te coja en medio de la calle a plena luz del día -rie- pequeña zorra.

Me tiro al piso y se recostó encima mío, solo nos tapaba un pequeño arbusto, empezó a besarme de verdad le tenía mucho asco MUCHO ASCO lo empujaba con mis brazos pero era imposible el tenía más fuerza.

Empezó a bajar su manos hacia mi cintura y empezó a subir poco a poco la blusa.

Cuando pensé de que todo estaba perdido pues no, llego alguien y lo agarro por detrás.

amor secreto || •Tom Kaulitz •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora