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Para ser un día de semana normal, había muchísima más gente de la que Luzu esperaba.

Pensó que la fila para entrar al museo sería corta, pero al ver la multitud delante de él no pudo evitar sentirse mal y arrepentirse de haber hablado en primer lugar.

—¿Estás seguro de que no te molesta estar aquí?

El menor se giró hacia su dirección e hizo una mueca con sus labios. Llevaba unos lentes de sol negros con pequeños detalles en blanco, el cabello escondido bajo un beanie negro y un atuendo sencillo para evitar llamar la atención.

—Si me molestara ya me hubiera devuelto a casa— Contestó mientras rodaba los ojos, aún sabiendo que Luzu no podía verlo —Deja de preguntar lo mismo una y otra vez, de verdad quiero estar aquí contigo.

—Pero me sabe mal, has estado trabajando mucho y este es tu único día libre— Luzu hizo una mueca —Siento que no te estoy dejando descansar como mereces.

—Luzu, escúchame atentamente— Lo apuntó con un dedo de forma amenazante—Deja de preocuparte, te prometo que de verdad no me molesta acompañarte, lo disfruto. Además, aún no es ni mediodía, quedan un montón de horas para que descansemos, así que relájate y disfruta de la exposición, ¿Está bien?

—Está bien, lo haré.

Y con esas palabras, una sonrisa apareció en ambos rostros.

Hace un par de días Luzu había mencionado que se llevaría a cabo una exposición de su fotógrafo favorito, como también mencionó que le hubiera encantado asistir pero los boletos se habían acabado. Quackity lo escuchó atentamente, y cuando estuvo a solas con Rubius le rogó ayuda para conseguir un par de boletos, prometiéndole que se esforzaría aún más en las escenas y que no se volvería a quejar sobre los atuendos o peinados.

Y así fue como Quackity consiguió dos boletos, sorprendiendo a Luzu.

El mayor lo abrazó y repartió besos por todo su rostro, agradeciéndole una y otra vez mientras le hablaba de lo que verían y contándole sobre otros trabajos que el fotógrafo había realizado antes. Fue después de calmarse que cayó en cuenta que los boletos tenían la fecha del único día libre de Quackity en esa semana, y de a poco comenzó a arrepentirse de querer ir.

Cuando lo fue a despertar, mientras desayunaban y antes de salir le preguntó si de verdad quería ir, aclarándole que no se sentiría mal si decidía quedarse en casa para descansar, pero Quackity se negó y le aseguró que quería asistir, que le ayudaría a cambiar de ambiente y distraer la mente del trabajo.

Por suerte, el frío y el viento que habían estado experimentando el último tiempo habían desaparecido. Justo ese día el sol decidió salir a brillar con más fuerza, las nubes negras cargadas de agua desaparecieron y el viento decidió calmarse.

Perfecto para una cita.

—¿Luzu?— Quackity llamó, ganándose la atención del mayor de inmediato —¿Te dije lo bien que te ves vestido así?— Preguntó, observándolo de pies a cabeza.

Para Quackity, ver a Luzu vestido de manera casual y no con los traje que usaba era sorprendente. Esta era la segunda vez que lo veía vestir así, pero la primera no la aprovechó como correspondía ya que fue cuando el mayor volvió a casa después de la discusión que tuvieron.

Ahora que estaba todo bien entre ellos, podía aprovechar de deleitar la vista con la belleza del hombre parado a su lado, con el cabello peinado hacia atrás y una sonrisa coqueta que adornaba su rostro.

Por un momento estuvo a punto de besarlo, pero recordó en dónde se encontraba. Si bien lograba pasar desapercibido, no podía asegurarse de que nadie lo reconocería o que los paparazzi no comenzaran a fotografiarlo, así que por seguridad de ambos y de su reputación decidió mantener la distancia, separándose unos centímetros del mayor.

Célebre  [Luckity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora