El inquietante sonido de la alarma lo arrastró desde el mundo de los sueños a la realidad, aún sin abrir los ojos estiró su mano hacia la mesita de noche y de forma descuidada golpeó la pantalla de su teléfono celular hasta lograr apagarla.
Un par de quejidos se unieron a los suyos, dejando en claro que su acompañante tampoco estaba muy contento de ser despertado, aunque había sido su idea. Mientras juntaba toda su fuerza de voluntad para empezar el día, sintió una picazón en su nariz producto del cabello ajeno chocando contra su piel, lo que lo llevó a alejar su cabeza y abrir sus ojos.
Se sobresaltó y su sangre se heló al ver los cabellos negros cubrir su visión, hasta que su cerebro hizo conexión nuevamente, haciéndolo suspirar. Su acompañante se volteó y abrió un solo ojo para observarlo, con una sonrisa dibujándose en sus labios.
—¿Otra vez?— Preguntó divertido, como cada vez que ocurría.
—Otra vez— Respondió el mayor, con cansancio.
Y Quackity se largó a reír.
Lo abrazó por la cintura y lo atrajo hacia él, depositando un beso en su frente entre risas, logrando contagiar al mayor.
Desde que Quackity había vuelto a su color de cabello natural, Luzu se asustaba cada cierto tiempo. Estaba tan acostumbrado a su novio rubio, que ahora con otro color por momentos lo desconocía y se asustaba, hasta que su cerebro recordaba que seguía siendo el mismo Quackity.
Aún tenía fresco en su memoria la noche en que se levantó bastante dormido por un vaso de agua, y al volver a la habitación del menor y no ver su cabello rubio se sobresaltó, pensando que por culpa del sueño había entrado a la habitación de Vegetta por error. Pero al oír su voz recordó que el rubio ya no estaba, y volvió a su lado avergonzado de haberlo olvidado.
Llevaba como mínimo veinte sustos en los pocos días de Quackity pelinegro nuevamente, y estaba seguro que se asustaría unas veinte veces más antes de acostumbrarse a su nuevo color.
—¿Pero cómo te sigues asustando?
—Te recuerdo que te conocí rubio, todos los meses que he trabajo contigo has estado rubio, esta es la primera vez que te veo con el cabello negro— Se justificó, dejándose abrazar —Se me olvida tu cambio, sobre todo cuando tengo sueño.
—¿Debería pegarte una nota en la frente para que lo recuerdes?— Preguntó mientras comenzaba a acariciar su cabello —"Mi novio es pelinegro. No olvidar".
Luzu le dio un leve golpe en el pecho, desatando aún más su risa.
Desde que las grabaciones habían acabado, la vida de ambos parecía haber mejorado enormemente. Al no tener nada que hacer, pasaban la mayoría del día en casa, haciéndole compañía a Foolish o viendo alguna película en la sala.
Las pocas veces que salían eran para juntarse con Roier y Cellbit en la casa del primero o para ir a la discoteca de siempre a bailar por unas horas. Solo en dos ocasiones habían tenido una cita, más que nada porque ambos se negaba a arriesgarse tanto nuevamente, al menos por el momento.
Lo que sí habían hecho era ir al restaurante de hamburguesas que tanto le gustaba al menor y comer en el estacionamiento, lo más alejados posible del edificio. Foolish los acompañó una noche después de un día lleno de reuniones y castings, y los tres pudieron divertirse y conversar con tranquilidad bajo la luna y las estrellas.
Ahora que ambos pasaban más en casa notaron, de primera mano, lo desaparecido que andaba Vegetta. Alguna que otra vez lo vieron por la mañana, saliendo de su habitación directo hacia la entrada para ir al trabajo, y otras pocas veces lo vieron llegar en plena madrugada, directo a su habitación nuevamente. El mayor solía saludarlos a ambos cuando sus caminos se cruzaban, siendo Luzu el único que le respondía el saludo, ya que después de todo él seguía siendo su jefe, y merecía un mínimo de respeto por eso.
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Célebre [Luckity]
FanfictionLuzu se transforma en el guardaespaldas de Quackity, sin saber que eso lo llevaría a un profundo amor por él. -Fanfic de mi completa autoría, se prohíben copias y/o adaptaciones. -Shippeo cubitos no a los streamers. -Mención de otros ships: Fooliget...