—¿Cuál es tu nombre?
—Quackity.
Era una habitación pequeña para su gusto, con una ventana que brindaba una espléndida vista hacia el centro de la ciudad y una luz natural que volvía más agradable la situación. El sofá en el que estaba sentado era más cómodo de lo que se veía, y el cojín decorativo que apretaba entre sus manos le brindaba el confort suficiente para mantenerse ahí.
La mujer sentada en el sofá individual frente a él lo observaba con una pequeña sonrisa ladina, tratando de transmitirle confianza y seguridad mientras anotaba en la libreta que tenía entre sus manos.
—¿Cuál es tu edad?
—Tengo veintitrés años.
—Muy bien— Escribió por un par de segundos más, para después dejar el lápiz sobre la libreta y levantar la vista para observarlo —Cuéntame, ¿Alguien de tu familia que haya pasado por esta situación?
Quackity mordió su labio, indeciso. No estaba seguro al cien por ciento, era muy joven en ese momento y su mente era muy frágil, ni siquiera estaba seguro si realmente habían ocurrido esos hechos o se los había imaginado para consolarse.
—Mi padre, creo— Hizo una mueca —Nunca me lo dijeron explícitamente, pero tengo recuerdos de mis padres discutiendo en la oficina en relación al alcohol que mi padre tenía, como también recuerdo algunas ocasiones en donde papá lo sacó a rastras de ahí porque no se podía mantener en pie por su propia cuenta.
La mujer asentía con su cabeza cada tantos segundos mientras anotaba nuevamente en su libreta.
Debido al ocupado horario que tenía, su única opción era una rehabilitación ambulatoria con un par de sesiones a la semana. Si bien a él no le terminaba de gustar esa modalidad, prefirió simplemente aceptarla y comenzar lo antes posible en vez de aplazarla hasta que la serie y las promociones terminaran.
Estaba consciente que este método requería mucha fuerza de voluntad y ganas de recuperarse de su parte, y que podría ser más difícil de cumplir y llevar a cabo, pero habría prometido que asistiría, y en sus planes no estaba el romper la promesa.
Ya era hora de tomar el control de su vida, si quería mejorar debía empezar lo antes posible y prepararse para el futuro. Ahora no estaba solo, tenía a alguien por el cual valía la pena salir del pozo oscuro donde se encontraba, y que merecía recibir su mejor versión después de todo el daño que le causó.
—Cuando él estaba así, papá me mandaba a mi habitación y me prohibía salir hasta que él llegara a buscarme, pero nunca le hice caso y siempre me escabullí. Así fue cómo presencié toda esa situación.
—Y tú, ¿Qué edad tenías cuando comenzaste a beber?
—Tenía quince, casi dieciséis— Confesó, apretando más el cojín entre sus manos —Pero no soy alcohólico, solo bebo socialmente o cuando estoy estresado.
—¿Si no eres alcohólico por qué viniste a rehabilitación?
El menor guardó silencio por unos segundos, sintiéndose levemente atacado.
—Alguien me pidió que viniera.
—¿Puedo saber quién es ese alguien?
—Un amigo— Contestó en voz baja, escuchando el ruido del lápiz contra el papel —Un amigo al que quiero mucho.
—Me imagino que sí, sino no hubieras venido— Dejó de escribir y acomodó el lápiz sobre la libreta otra vez —Me gustaría que me contaras sobre la primera vez que bebiste, con lujo de detalle, para poder entenderte mejor.
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Célebre [Luckity]
FanfictionLuzu se transforma en el guardaespaldas de Quackity, sin saber que eso lo llevaría a un profundo amor por él. -Fanfic de mi completa autoría, se prohíben copias y/o adaptaciones. -Shippeo cubitos no a los streamers. -Mención de otros ships: Fooliget...